CRÓNICAS DE UN BARRIO

«En Pino Montano urge un nuevo centro de salud»

Los vecinos de Los Mares solicitan un convenio de colaboración con el Ayuntamiento para mantener las zonas verdes

La «Plaza del Óvalo», en Los Corrales, utilizada para hacer botellón PEPE ORTEGA

CRISTINA AGUILAR JAENES

Pino Montano continuó creciendo. Y mientras en Los Oficios se levantaban las últimas promociones de viviendas, en las décadas de los 80, los 90 y entrado el nuevo siglo, nacían otras barriadas que cerraban el círculo de esta zona del Distrito Norte: Los Mares, Las Estrellas, Los Corrales y Parques de Andalucía.

Una de las primeras fue la de Nuestra Señora de Consolación. Aunque pocos la conocen por ese nombre al ganarse rápidamente el apelativo de «La patada» y, posteriormente, por sus calles, el de Los Mares. Pero, ¿qué motivó que se llamase «La Patada»? La historia tiene que ver con cómo los vecinos de este núcleo residencial lograron acceder por primera vez a sus viviendas en 1980.

Los bloques estaban construidos y asignados a las familias que desde hacía meses pagaban religiosamente su hipoteca, pero el Patronato Diocesano del Hogar de Nazaret demoró la entrega. La desesperación por la espera, unido a la necesidad de muchos por tener ese primer hogar, los llevó a dar «la patada» a las 1.216 puertas que ya tenían sus nombres. El litigio con el Patronato continuó hasta 1990, cuando por fin consiguieron las escrituras de sus casas.

Sin embargo, esa dilación provocó, entre otras cosas, que el Ayuntamiento no recepcionara las zonas comunes de la barriada, ni tampoco se firmara un convenio de colaboración para su mantenimiento. Por este motivo, los vecinos se constituyeron como intercomunidad , que funcionó con normalidad hasta 2005, cuando se modificó la Ley de entidades públicas y privadas. Según los estatutos que en su día registraron y con la nueva Ley en la mano, no podían continuar como intercomunidad, por lo que pasaron a ser una asociación de vecinos. Una situación que los incapacitaba para exigir con obligatoriedad cobrar a los residentes la cuota de 6 euros que hasta ahora habían recaudado mensualmente.

«Tenemos un gran problema. El Ayuntamiento dice que esta es una zona privada y que estamos obligados a mantenerla y el juez, por su parte, que somos una asociación y que no tenemos capacidad jurídica para cobrar las cuotas, por lo que, ¿quién mantiene las zonas comunes? », se pregunta Manuel Castillo, presidente de la entidad vecinal de Los Mares, que añade: «Con la nueva Ley, el 15% de los vecinos ha dejado de pagar, pero ante la falta de colaboración municipal, nos vemos obligados a seguir manteniendo las zonas verdes. De no ser así, esto se convertiría en una selva».

El pasado 18 de mayo, los vecinos de Los Mares reclamaron al Ayuntamiento la firma de un convenio de colaboración para el mantenimiento de las zonas verdes, una medida que se lleva a cabo en Los Oficios, donde la comunidad de propietarios recibe anualmente 80.000 euros como subvención municipal para la conservación de sus jardines. «Nos encontramos en un vacío legal, lo único que necesitamos es que el gobierno municipal se implique igual que lo hace en otros barrios», afirma Concepción Vivero, tesorera de la asociación.

Así, recuerdan también que durante el segundo mandato de Alfredo Sánchez Monteseirín firmaron dos programas contrato de cara al futuro convenio de colaboración, una cuestión que para los vecinos es «prioritario» retomarlos.

Como consecuencia de todo esto, están teniendo problemas para el mantenimiento de las zonas verdes. En concreto, hace dos años se cayeron varios olmos sobre los vehículos estacionados , sin causar daños personales. Transcurrido un año, técnicos de Parques y Jardines señalaron tras una inspección a 30 árboles con un punto blanco que debían ser cortados y sustituidos por otros ejemplares por el riesgo que conllevaban al estar huecos. «Existe un peligro real, constatado por técnicos municipales desde hace un año y no los cortan. El punto blanco que pusieron casi ni se ve ya», manifiesta Manuel Llano, secretario de la asociación de vecinos.

En cuanto al mantenimiento de las zonas verdes, la poda es para el presidente de la asociación de vecinos Miguel Hernández, Luciano Gómez, uno de los grandes problemas de las barriadas Las Estrellas y Los Corrales. «Si hay naranjos, rara es la vez que no tienes que agachar la cabeza para pasar, y muchos árboles, como los de Camino de los Toros o los de la calle Estrella Adara, hunden o levantan las aceras con sus raíces, provocando el deterioro de éstas».

Respecto de esto, los vecinos de Los Mares también critican el estado de calles como Mar Tirreno, Mar Jónico o el paseo central, cuyo pavimento «está muy deteriorado por los árboles y el paso del tiempo», puntualiza Manuel Castillo.

Colapso

Por otro lado, a los vecinos de estas cuatro barriadas de Pino Montano les preocupa la situación de «colapso» que tiene el centro de salud «Pino B», el que a ellos les corresponde.

Crearon junto a Los Oficios una plataforma, «Por la buena salud», cuyo objetivo era la construcción de un nuevo centro de salud, una cuestión que consideran prioritaria. «Es una necesidad urgente. Las citas para los médicos de familia y pediatras están tardando hasta diez días », señala Luciano Gómez.

En este sentido, cuenta la vocal de Salud de la entidad vecinal de Los Mares, Carmen Reyes, que, a través de esta plataforma se consiguió la ampliación del centro de salud «Pino A», que da cobertura a Los Oficios. Un compromiso adquirido con la Delegación de Salud y el Ayuntamiento hispalense para que en los presupuestos andaluces de 2017 se contemple una partida para dicha ampliación. «Pero mientras se consigue el nuevo centro de salud, también es necesario que esos presupuestos incorporen una mayor dotación de facultativos para el “Pino B”, ya que en este centro es imposible llevar a cabo una ampliación».

Para los vecinos de Los Mares y Las Estrellas, la transformación de la «Plaza del Óvalo» , conocida por su forma al carecer de nombre propio, es otro proyecto que llevan reclamando desde hace varias legislaturas. «Se ha convertido en una zona utilizada únicamente por los chavales que vienen a diario a hacer botellón. Todos los días encontramos la plaza llena de cristales y litronas en los bancos », lo que corrobora Luciano Gómez: «Queremos que se convierta en una zona de uso para todas las edades, que albergue una zona de juegos infantiles, para mayores, pistas deportivas y un pipi-can, parecido al que hay en la calle Estrella Polar: un espacio que sí pueden disfrutar los vecinos».

Pero el botellón no es sólo un problema de los vecinos de Los Corrales y las Estrellas. Los de Los Mares también lo vienen padeciendo desde hace más de cinco años: «Nuestra barriada es la única en la que han dejado bancos en las ocho plazoletas que tenemos. En Los Oficios, por ejemplo, los quitaron para evitar precisamente el botellón. Así —manifiesta el secretario de la asociación de vecinos Los Mares, Manuel Llano—, todos los días, entre las diez de la noche y las dos de la madrugada, los vecinos tienen que soportar a estos chavales chillando, con sus equipos de música y fumando cachimbas. Algo que, además, genera muchísima suciedad».

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