El ex pinche que murió en las escaleras de un hospital
Salvador, que trabajó durante años en el conocido restaurante Mara, tenía familia y domicilio en Málaga
La de Salvador Chacón es, sin duda, una historia peculiar . Desde que fuera hallado sin vida en las escaleras del Hospital Virgen del Rocío a las 13:15 horas del pasado domingo, concretamente en las puertas del ala de Maternidad , no han cesado las informaciones sobre su supuesta forma de vida. Este hecho ha obligado a su familia —mujer e hijos— a manifestarse en las redes sociales y ponerse en contacto con diversos medios de comunicación para desmentir que fuera una persona sin hogar y asegurar que tenía su residencia en Málaga .
Aun así, por motivos que se desconocen , el hombre, de 67 años , se dedicaba a aparcar coches en los alrededores del centro sanitario, donde era muy conocido por su carácter «afable» y su buena educación, tal y como aseguró «La Carpa» a ABC de Sevilla. La asociación también quiso denunciar «la pasividad de los servicios sociales y de emergencias» , que lo encontraron sin vida un par de horas después de que falleciera, a plena luz del día, sin que pudieran hacer nada por reanimarlo.
Sin embargo, desde el Ayuntamiento insisten en que Salvador «no consta en ninguna base de datos como persona sin hogar» y desde el propio Hospital recalcan que «en ningún momento solicitó asistencia» . De hecho, estaba en la zona de Maternal, «un lugar muy tranquilo y con jardines» al que pacientes y familiares «suelen acudir para pasear o tomar el aire», abundan.
Estos datos no distan mucho de los arrojados por Emilia García , trabajadora de Mara , restaurante en el que el fallecido se ganaba la vida «esquivando gambas» antes de que las circunstancias por las que atravesaba lo empujaran a abandonar su empleo. «Conocemos a Salvador desde hace mucho años porque trabajó con nosotros hasta poco antes de su jubilación, cuando recibió su finiquito» , ilustra.
El hombre, que había vivido durante años en el Polígono Sur , frecuentaba mucho la zona, donde además de aparcar coches subía la compra a los vecinos . «Gozaba de la confianza de todos . Era muy cariñoso y bastante respetuoso», indica.
Dormía en la sala de espera
El suceso ha conmovido a todos sus compañeros, que recuerdan cómo acudía cada día a por comida, café o resfrescos. «Nosotros le dábamos lo que pedía y él se lo llevaba al hospital. Allí se calentaba el almuerzo o la cena y en la sala de espera dormía» , añade.
A ninguno de ellos le consta que tuviera adicción alguna , aunque su «demacrado aspecto» suscitaba preocupación entre quienes lo conocían. « Nunca lo hemos visto beber . Aquí sólo le dábamos bebidas sin alcohol, que era exactamente lo que él demandaba», cuenta García, a lo que añade que «sabemos incluso que dejó el tabaco hace unos meses , cuando le dieron de alta en el hospital tras ingresar por una afección pulmonar».
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