Pilar León-Castro, catedrática de Arqueología: «Hay universitarios que no saben dónde está Grecia»

Docente e investigadora desde hace cincuenta años, cree que las generaciones anteriores llegaban mejor formadas a la Universidad

Pilar León-Castro, catedrática emérita de Arqueología en la Universidad de Sevilla RAÚL DOBLADO
María Jesús Pereira

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La arqueóloga Pilar León-Castro (Sevilla, 1946) ha cumplido 50 años como docente universitaria e investigador a, y continúa al pie del cañón como catedrática emérita de la Hispalense. Gracias a Antonio Blanco Freijeiro se enganchó a la arqueología y hoy está considerada como una de las grandes especialistas en el yacimiento de Itálica. Ella fue una de las primeras mujeres universitarias sevillanas en formarse en el extranjero y después de licenciarse en Filosofía y Letras amplió sus estudios en Arqueología clásica en Bonn (Alemania) con una beca de la fundación Alexander von Humboldt. M iembro de la Real Academia de la Historia, de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, de la Buenas Letras de Sevilla y de Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, esta investigadora asegura no haber encontrado más dificultades que un hombre para hacer su carrera científica. «En honor a la verdad jamás me ocurrió eso en el ejercicio de mi carrera», dice.

-Usted ha formado a muchas generaciones de historiadores y arqueólogos. ¿Ha encontrado mucha diferencia entre las primeras y las últimas remesas de universitarios?

-Gran diferencia. Las generaciones universitarias más antiguas estaban mejor formadas, mejor preparadas, más abiertas al conocimiento de lo arqueológico.Esto no es una cuestión de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Es que sencillamente la formación era antes mejor. El alumno de hoy es una persona inteligente, inquieta y curiosa pero carente de formación por completo. Desgraciadamente no es culpa suya.

-¿A qué lo achaca?

-A la calamidad que significa la educación desde el kindergarten hasta la Universidad.

-¿Fue la Logse la culpable de que llegasen los estudiantes menos formados a la Universidad?

-La cosa es calamitosa pero tengo que decir que no es un mal exclusivo de España, sino un mal generalizado en Europa. Lo que ocurre es que en otros países europeos ese mal no ha alcanzado los niveles estrepitosos de desastre de aquí. Todo ello es consecuencia de la debilidad de Europa, de unos complejos y temores inexplicables desde el punto de vista de su presencia y significado en la historia del pensamiento, de la cultura, de los valores superiores...

-Déjeme que meta el dedo en la llaga. ¿Con qué cosas ha dado usted un respingo dando clases?

-Me he encontrado con alumnos de primero de carrera que no saben dónde está Grecia o Italia. No es que me pase a mí, es que le pasa a todos los compañeros en las facultades de Letras. Figúrese si pregunto dónde está Aquisgrán, un sitio de trascendencia universal para Europa. ¡Pues no tienen ni la más mínima idea!

-En su discurso de ingreso a la Real Academia de la Historia defendió que el arte griego ha sido un elemento de cohesión cultural. Ahora, sin embargo, parece que el arte es un valor a la baja en los currículos académicos de Secundaria y Bachillerato.

-Totalmente. Las humanidades están a la baja en los planes universitarios, lo cual es una contradicción manifiesta porque luego la gente de humanidades es sumamente valorada y llamada a puestos directivos y de responsabilidad en empresas de ingeniería, arquitectura, de creación técnico-tecnológica e incluso científico. El individuo que tienen una buena formación humanística, no digamos ya el especialista en humanidades, tiene una mente amplia, es una esponja absorbente y da un resultado empresarial más útil y rentable a la hora de aportar ideas, de crear pensamiento, de sugerir vías de interés...

-Ahora prima lo tecnológico. ¿Qué futuro profesional tienen los estudios de letras?

-El mundo de las letras no va a desaparecer nunca. Ahora puede estar completamente arrasada por lo técnico-tecnológico, pero esas verdades, preguntas, faltas de respuestas, inquietudes... que están siempre latentes en el individuo y en el alma humana van a seguir siendo así toda la vida y la respuesta de verdad sólo puede venir desde el individuo que piensa, piense como piense.

-Se ha hablado del peligro de una ciencia deshumanizada.

-Naturalmente. Conste que en el mundo de ciencias encuentra uno gente de un pensamiento humanístico magnífico y esa simbiosis es lo que crea individuos y mentes como la de Losada Villasante.

Pilar León-Castro es miembro de la Real Academia de la Historia, de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría , de la Buenas Letras de Sevilla y de Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba RAÚL DOBLADO

-En la carrera de Arqueología hay mucho paro a pesar de que España debería ser una mina de oro para ellos.

-Hay paro en determinadas facetas profesionales de la arqueología pero no es la arqueología de ciudades porque está legislado que cualquier intervención en un Casco Histórico debe venir acompañada de una intervención arqueológica.

-Recientemente se ha sabido que una galería de Manchester retiró un cuadro de ninfas desnudas.

-!Pero si las pobres ninfas del cuadro parecen monjas¡ No sé por qué tienen que quitarlas de en medio. Por esa regla de tres, adiós Venus del Espejo, adiós a la Venus de Botticelli...

-¿Se está llevando a extremos surrealistas el discurso feminista?

-En ese juego no merece la pena entrar porque la respuesta me llevaría un día entero.

-¿Tuvo como mujer más dificultades que un hombre para hacer una carrera científica?

-Tengo que decir en honor a la verdad que jamás me ocurrió eso en el ejercicio de la profesión y se debe, sin duda, a que la Universidad, aunque tiene tirilla , es un medio científico y social más abierto que la empresa privada. Mi generación vivió lo que fue la gran Universidad española y teníamos aquellas oposiciones tremendas para acceder a una plaza. En esas oposiciones sí escuchábamos aquello de que los chicos estaban más necesitados a la hora de obtener una plaza, pero nos lo tomábamos de manera humorística y nunca nos sentidos ofendidas.

-Pues recientemente el decano de la Facultad de Educación de Sevilla fue condenado por abusar de tres profesoras.

-Comprenderá que dementes y cretinos los ha habido toda la vida de Dios.

-Cuando usted acabó la carrera, ¿la arqueología era cosa de hombres?

-En cierta manera la arqueología se veía como algo de hombre porque estaba el componente de la excavación de campo, que yo he practicado poquísimo porque soy digna discípula de mi maestro pero era un requisito que había que cumplimentar y para mí fue Itálica. He cogido poco el pincelito porque cuando yo entré a dirigir la excavación del Traianeum de Itálica ya era profesora adjunta en la Universidad de Sevilla. De final de estudiante y principio de ayudante con Blanco Freijeiro colaboré con José María Luzón en las excavaciones del Pajar de Artillo, y allí tenía que hacer las tareas propias de un ayudante pero de pincel he sido poco, tengo que reconocerlo.

-¿Es fácil conciliar la familia y las excavaciones arqueológicas?

-El hecho de no tener familia dependiente de mí ha sido una facilidad enorme en mi trabajo porque cuando tenía que viajar era coger el bolso y salir andando. ¿Que si mi carrera hubiera sido la misma de tener hijos? Siempre he pensado que no y por ese motivo he admirado siempre extraordinariamente a las mujeres que han sido capaces de conllevar ambas facetas de la vida, que tan importante son. Yo no he sido capaz.

 

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