Piden 20 años de cárcel para el autor del crimen del vicario de San Isidoro

El acusado reconoció a la sobrina del párroco que «había cosido a puñaladas a su tío»

La Policía, en el lugar del suceso ABC

ABC

La Fiscalía de Sevilla ha solicitado 20 años de cárcel para José Eugenio A.F., el hombre que fue detenido el día 16 de julio del pasado año 2015 en la capital hispalense como presunto autor de la muerte a cuchilladas del vicario parroquial de San Isidoro, Antonio Carlos Martínez Pérez .

En este sentido, fuentes del caso han informado a Europa Press de que, en el escrito de acusación elevado al Juzgado de Instrucción número 10 de Sevilla, el Ministerio Público pide para el imputado 20 años de cárcel a cuenta de un presunto delito de asesinato.

El pasado 6 de junio, la juez Pilar Ordóñez dictó auto de apertura de juicio oral contra el acusado, que será enjuiciado por un jurado popular, y le impuso una fianza de 200.000 euros para hacer frente a las posibles indemnizaciones a los familiares del sacerdote, en concreto a su hermano y a sus cinco sobrinos por los daños y perjuicios causados.

La magistrada explica en el auto, consultado por Europa Press, que tanto la Fiscalía como la acusación particular solicitaron la apertura de juicio oral por un delito de asesinato, mientras que la defensa del acusado mostró su disconformidad con lo anterior al entender que los hechos serían constitutivos de un delito de homicidio con la eximente completa de anomalía o alteración psíquica, o subsidiariamente la atenuante de arrebato u obcecación o eximente incompleta.

La instructora relata que, entre los hechos que serán sometidos a un jurado popular, se recoge que el fallecimiento del vicario se produjo sobre las 20,07 horas del día 16 de julio de 2015, siendo encontrado el cadáver en el portal de su vivienda en el número 8 de la calle Francisco Carrión Mejías.

El cadáver presentaba, según el informe del médico forense, un patrón lesivo fundamental que se corresponde con nueve heridas por arma blanca de tipo inciso-punzante producidas por un arma que ha actuado por la punta y por el borde, heridas que «son compatibles en su producción con el arma blanca que fue intervenida por la Policía Científica cuando procedieron a la detención del acusado y aportada para su examen».

Según precisa la juez, estas heridas estaban localizadas en el hemitórax izquierdo y la región abdominal y afectaban a órganos torácicos y abdominales (pericardio, corazón, hígado e intestino grueso), así como en miembro superior izquierdo, siendo la herida directamente relacionada con el mecanismo de la muerte la producida en la región torácica izquierda por la afectación cardíaca descrita.

«Cosido a puñaladas»

Y es que esta herida provocó una gran hemorragia interna dando lugar a una hipovolemia aguda (shock hipovolémico), señala la juez, que agrega que las heridas producidas en el miembro superior izquierdo (mano, antebrazo y brazo) «son sugestivas de lesiones típicas de defensa, en un intento de parar acometidas y de sujetar el arma», dando lugar a lesiones de carácter cortante y punzante.

La magistrada asevera que estas lesiones denotan una situación de lucha-defensa con respecto a su agresor , a lo que se suma que todas las heridas observadas en el cadáver «presentan características de vitalidad».

Según los testigos presenciales, éstos observaron que el agresor se marchó en un Seat Altea propiedad del acusado , quien «confesó vía telefónica» a su esposa y sobrina del fallecido que «había cosido a puñaladas a su tío».

Cuchillos de cocina de un bazar

La juez añade que, sobre las 20,14 horas, fue interceptado el vehículo en la esquina de la calle San Vicente de Paúl , encontrándose en su interior el investigado «portando dos cuchillos de cocina que ese mismo día había comprado en un bazar chino » de Triana.

Al hilo de ello, expone que, una vez examinada la camisa que portaba el fallecido, ésta presentaba tres cortes por penetración en su parte anterior y otra en su parte posterior, «cortes que son compatibles con alguno de los dos cuchillos intervenidos ».

Tras los oportunos análisis, fueron encontrados restos de ADN del fallecido en la empuñadura y hoja con restos de sangre de uno de los cuchillos intervenidos, en la sangre recogida del antebrazo izquierdo y en la esclava de la mano derecha del acusado , en los restos de sangre de la alfombrilla del coche del imputado y en la camisa que éste llevaba al ser detenido.

Asimismo, se evidenció ADN del acusado en la empuñadura del mismo cuchillo.

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