Misterios de Sevilla

Pesadillas y terrores nocturnos

A veces el peor de los miedos proviene del mundo de los sueños, de lo onírico, de lo irreal, allá donde lo imposible es posible y viceversa, un mundo de fantasía donde la realidad no importa y sí el efímero momento que se vive

José Manuel García Bautista

A veces el peor de los miedos proviene del mundo de los sueños, de lo onírico, de lo irreal, allá donde lo imposible es posible y viceversa, un mundo de fantasía donde la realidad no importa y sí el efímero momento que se vive.

Un mal sueño se puede convertir en una pesadilla y esta, a su vez, en una experiencia eterna que nos marcará el resto de nuestros días. Pesadillas y terrores nocturnos pertenecen a ese mundo de difícil catalogación donde el misterio de la vida también se hace presente.

Uno de los mecanismos que causan más inquietud y miedo en los seres humanos son, sin dudas, las pesadillas . Las pesadillas son llamadas también parasomnias y están relacionadas directamente con el sueño y su fase REM (Rapid Eye Movements).

Las pesadillas son un trastorno del sueño que se produce cuando su frecuencia e intensidad interfieren con la actividad cotidiana de la persona. Las pesadillas se producen durante el REM o, en español, MOR, que son los períodos de sueño con movimientos oculares rápidos (la llamada fase MOR, en español «Movimientos Oculares Rápidos», también llamada fase o sueño REM, del inglés «Rapid Eye Movement»).

En la fase MOR la persona está inmóvil mientras duerme, siendo más frecuentes en la segunda mitad de la noche. También puede presentarse en la fase II del sueño. En este caso es posible que se acompañen de movimientos mioclónicos .

Las pesadillas no deben confundirse con los denominados terrores nocturnos que hacen su aparición en las fases III y IV del sueño, siendo más frecuentes entre los 4 y 12 años, y suelen disminuir según avanza la edad. Esta tipología se presenta acompañada de sensación de opresión en el pecho y dificultad para respirar .

Llamamos terror nocturno a un trastorno del sueño que provoca en la persona que lo experimenta un terror extremo y un estado de inhabilidad para recuperar la consciencia completamente .

Los terrores nocturnos se producen en niños pequeños durante las primeras horas de sueño, en las fases 3 y 4 del sueño NO-REM. Así, el niño denota esta mala experiencia ya que grita de forma súbita, tiene un despertar de tipo vegetativo con sudoración, taquicardia e hiperventilación. Puede ser difícil de despertar y rara vez recuerda el episodio al despertarse por la mañana.

Las modernas enciclopedias virtuales nos dicen al respecto de los terrores nocturnos: «Las crisis recidivantes son raras y el tratamiento suele estar basado en medidas para tranquilizar al paciente por parte de los padres. Tanto el terror nocturno como el sonambulismo son alteraciones del despertar . Por el contrario, la pesadilla se produce durante el sueño REM y provoca un despertar completo con memoria por parte del paciente del episodio desagradable asociado con el sueño. También puede llamarse síndrome Eserenol, que es cuando afecta a personas mayores. Se puede medicar».

Ante ambas situaciones es bueno que la persona que las padece tenga conciencia que lo que vive es irreal –todo con práctica se logra- y debe aprender a controlar emociones e impulsos sabiendo distinguir lo que es sueño de lo que es realidad por muy real (valga la redundancia) que esta nos parezca.

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