Pedro López, la «benignidad» redentorista en Nervión
El párroco del Santísimo Redentor, que ha sido elegido consultor general de la Congregación de los Redentoristas, se despide este domingo de su parroquia en una misa
![Pedro López, ante el icono del Perpetuo Socorro en su parroquia](https://s1.abcstatics.com/media/sevilla/2017/01/12/s/pedro-redentorista-nervion-kUvF--620x349@abc.jpg)
Este próximo domingo, a las ocho de la tarde, la feligresía de la parroquia del Santísimo Redentor , en Nervión, va a despedirse de uno de sus párrocos más emblemáticos, Pedro López , un redentorista que, en poco más de año y medio, ha sabido llevar la labor de sus antecesores a las mayores cotas, abriendo las puertas del templo con espíritu de familia, creando un espacio humano dinámico, alegre, solidario, de diálogo y reconciliación , de compromiso y anuncio del Evangelio , en el camino de la Iglesia en salida del Papa Francisco. Su nuevo cometido, para el que fue elegido en el capítulo general de la Congregación celebrado en Pattaya (Tailandia) será el de consultor general y lo llevará a tener su casa en Roma y en los aviones porque estará en viajes permanente a los 82 países, con un total de 800 comunidades , donde hay congregaciones redentoristas que visitar.
El padre Pedro López siempre soñó con «ser misionero» . Ese ha sido su itinerario desde que este granadino de Jayena que hoy tiene 54 años conoció a los redentoristas en Santa Fe. Con 18 hizo su profesión religiosa, después fue novicio en Burgos y tras ello estudió Teología hasta que fue ordenado sacerdote a los 25 años . Los veinte años que pasó en misiones populares en España y América Latina fueron un tiempo «apasionante y disfrutado», que —dice— «me moldearon el carácter». Después fue elegido superior provincial en España , cargo que ocupó durante los siete años preceptivos, y recaló en Sevilla, en esta parroquia del Santísimo Redentor y Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en la calle Espinosa y Cárcel, que empezaron a levantar los redentoristas a principios de los años sesenta. «Aquí estoy feliz. No entraba en mis planes marcharme, pero me han elegido y lo he aceptado como don, como un proyecto de Dios que no hay que discutir sino disfrutar». Se va «encariñado con Sevilla» , de donde «sólo me llevo cosas buenas y ganas de volver», añorando ya su parroquia, en la que ha «aprendido a ser mejor misionero y sacerdote» .
En Nervión no sólo deja profunda huella por su carácter amable, su cariño y su talante y esa sencillez tan propia de los redentoristas, que fueron tildados de «jesuitas de campo» , sino por los rotundos resultados de su ministerio sacerdotal . Más de 2.500 personas asisten a las misas de la parroquia los fines de semana. Hay seis eucaristías los domingos —especialmente la de la familia, la parroquial y la de los jóvenes—, tres los sábados y tres diarias, estas últimas en una preciosa capilla semicircular anexa a la gran iglesia del conjunto parroquial . En la cripta hay también misas para los alumnos de las salesianas, vecinas del barrio, al igual que las carmelitas. Tiene 450 niños preparándose para recibir la Comunión, 210 para la Confirmación y 140 en postcomunión. Alrededor de 800 personas menores de 18 años participan en sus grupos y cuenta con 90 catequistas.
La feligresía se acerca con la confianza de obtener respuesta y acogida a la parroquia , que ha formado cuatro nuevos grupos de matrimonios jóvenes, de formación para padres y en la que los estudiantes usan lo que han dado en llamar la «parroteca» . La atención a las personas sin hogar es otra de las grandes iniciativas que ha echado a andar con este entusiasta redentorista con el proyecto «Pedro Dondes» , con cincuenta voluntarios y con veinte más en espera de formación, que patea las calles de Nervión a Santa Justa tres días a la semana. «En un mes hemos sacado a una persona de la calle y más de quince vienen ya a la acogida de la parroquia», cuenta, ilusionado, este sacerdote que ejerce la «benignidad» pastoral del fundador de su Congregación, San Alfonso María de Ligorio.