Patrimonio autoriza obras de urgencia en la torre de San Bartolomé por su estado ruinoso
Las columnas del campanario presentan fisuras y los revestimientos de la fachada, riesgo grave de caída
La parroquia inicia actividades para sufragar las primeras obras de restauración, que costarán 200.000 euros
El estado de conservación de la torre de la iglesia de San Bartolomé es tan malo que la Gerencia de Urbanismo ordenó al Arzobispado la realización de obras urgentes de seguridad en 2015. Entonces se cubrió con lonas y mallas de seguridad el campanario y los remates de portadas para evitar la caída de azulejos, ladrillos y cerámicas. Ahora, l a Comisión Provincial de Patrimonio , dependiente de la Junta de Andalucía, ha dado el visto bueno a las obras de urgencia en esa torre de esta iglesia neoclásica sevillana, B ien de Interés Cultural (BIC) desde 1997, que presenta grietas y fisuras en el interior de la torre en el campanario, así como pérdida de revestimiento en sus fachadas. A la espera de la licencia de la Gerencia de Urbanismo, el inicio de las obras está previsto en el primer semestre de 2017 y su duración será de ocho meses.
Las obras de emergencia en esta torre de finales del siglo XVIII que da identidad a la iglesia y al barrio se elevan a 200.000 euros y serán sufragadas por el Arzobispado de Sevilla y la parroquia de San Bartolomé y San Esteban. El proyecto ha sido encargado a la arquitecta y catedrática de Escuela Universitaria Lola Robador, artífice también de la restauración de las fachadas del Ayuntamiento de Sevilla en la plaza de San Francisco y varios elementos del Real Alcázar. La restauración se ha dividido en varias fases, comenzando por las obras de mayor urgencia en la torre campanario, a las que seguirán las de la fachada y sus esgrafiados, dibujos geométricos hechos en las paredes a base de incisiones.
«El objetivo del proyecto es velar por la seguridad, detener la ruina del campanario, consolidar, restaurar, proteger y recuperar su riqueza cromática, empezando por evitar la entrada de agua por la parte superior y reforzando los lugares más críticos», según Robador, quien explicó a ABC que las humedades y problemas de estructura comenzaron en esta torre a raíz de que se cayera el remate de la torre en los años 50 del siglo XX, «quedando una óculo que ha permitido la entrada de agua».
Además, las campanas también se encuentran en un estado muy deficiente, necesitando una actuación urgente los yugos y ejes. Juan José Saúco, párroco de San Bartolomé y San Esteban , explica que «la campana mayor la hemos dejado de usar para evitar vibraciones en el edificio». La arquitecta anuncia que cuando haya presupuesto se procederá a la metalización de las campanas.
En cuanto a las fachadas, sufren un gran deterioro sus balcones y cerrajería, y sus revestimientos tienen grandes desprendimientos. «Los azulejos y ladrillos están sueltos por falta de adherencia, lo que obligó a poner una malla de seguridad en la parte superior de la torre», informa la arquitecta responsable de esta restauración, quien explica que algunos de los azulejos que se han desprendido tendrán que encargarse a ceramistas sevillanos con experiencia.
Para dar mayor consistencia a la estructura de la torre se procederá a la consolidación de fisuras en escaleras y en el interior de los muros de la torre, así como al reforzamiento de las columnas del campanario con mortero y malla de fibra de vidrio y se pondrá una cubierta inclinada a cuatro aguas en el campanario. También se consolidarán los pretiles, fábricas y antepechos del campanario, así como los balcones y frontones triangulares de las fachadas y se limpiará e impermeabilizará la cornisa superior e inferior del campanario. En cuanto a los revestimientos de las fachadas, se restaurarán enfoscándolos con mortero de cal. La cerrajería se pintará, se instalará un sistema antipalomas y un pararrayos y se sustituirá la puerta de madera de acceso a la torre por una de madera de iroko de dimensiones similares a la actual.
En lo que respecta a los esgrafiados, en 2015 se recogieron los revestimientos desprendidos en las fachadas que tenían incisiones en con formas geométricas y distinto colorido. A la espera de que haya presupuesto para restaurar esos decorados, se han «sellado sus bordes para evitar que continúen deteriorándose».
La arquitecta indica que «estos esgrafiados eran muy frecuentes en su época pero han llegado pocos a nuestros días . En este caso presentan una gran riqueza cromática, con superposición de los colores característicos del barroco sevillano, tonos almagras, ocres, tierras, calamoches, blancos, azules... que en distintos estratos se superponen con diferentes textura y luminosidad, por lo que es muy interesante recuperarlos». «Todas las actuaciones se realizarán con los mismos materiales con los que se construyó la torre y se emplearán otros nuevos compatibles que garanticen su durabilidad». El arquitecto que dejó mayor impronta en esta iglesia construida sobre una antigua sinagoga fue A ntonio Matías de Figueroa.
Para sufragar esta obras, l a parroquía de San Bartolomé y San Esteban está realizando distintos actos para recaudar dinero. «Hemos hecho mercadillos, paellas y fiestas. Cuando se liciten las obras haremos una campaña de recolecta más intensa», anuncia el párroco Juan José Saúco. La Gerencia Municipal de Urbanismo ya concedió licencia de obras a la Archidiócesis de Sevilla el pasado 30 de noviembre para la rehabilitación de la citada torre campanario, por lo que las obras están pendientes sólo de que el Arzobispado las contrate.
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