TURISMO

El paseo Marqués de Contadero, un agujero negro para Sevilla en plena temporada alta

El vallado repleto de pintadas que se ve desde hace dos años junto al río provoca las quejas de los turistas, que lamentan la pésima imagen del paseo fluvial

Un gran vallado metálico repleto de pintadas ilustra el paseo Marqués de Contadero JUAN JOSÉ ÚBEDA

EDUARDO BARBA

Si el triángulo que forman la Catedral, el Real Alcázar y el Archivo de Indias supone el corazón turístico de Sevilla, el tramo del río Guadalquivir que discurre entre los puentes de Triana y el de San Telmo conforma los mismísimos pulmones de la capital andaluza; lo que hace «respirar» a la ciudad y a sus visitantes. Pero desde hace ya casi dos años se viene sufriendo un importante atasco en esas vías respiratorias, en ese escenario de postal. La imagen más prototípica de la ciudad, la que se percibe y se inmortaliza desde la orilla de Triana, aparece parcialmente tapada de chapas a causa de la obra que se viene realizando en el paseo Marqués de Contadero para poner en marcha el centro de atención al visitante. Que empezó a ejecutarse en mayo de 2015, unos días antes de las últimas elecciones municipales, y que sigue acumulando demoras por las diferencias entre la constructora y el Ayuntamiento.

Se trata de un proyecto crucial para impulsar el turismo y diversificar el flujo de visitantes, cada vez mayor, pero la adjudicación del proyecto con una baja de nada menos que el 40% a finales del mandato anterior, el del popular Juan Ignacio Zoido , ha generado después muchos problemas por divergencias entre la adjudicataria y la Gerencia de Urbanismo, que ejerce la dirección facultativa de la obra. Dos años después, el vallado sigue colocado desde la Torre del Oro hasta el mismo puente de Isabel II y el centro de recepción no está acabado del todo. Atrasos. El sino de Sevilla.

De esta forma, la imagen que se ofrece al turista en un espacio trascendental desde el punto de paisajístico es deplorable. Y lo es a pesar de que se pensaba llegar a las fiestas de primavera , temporada alta de la ciudad, con la obra del centro de atención al turista acabada y el vallado retirado. A solo unos días del arranque de la Semana Santa, este paseo principal de la ciudad no es más que un gigantesco cajón de obra lleno de pintadas que destroza el panorama y que, además, mantiene cerrados los tradicionales kioscos.

Generalizada decepción

Para los turistas, como es lógico, este cuadro sorprende tanto como molesta y decepciona. «No pensábamos que esto iba a estar así, con este aspecto tan malo. Es una zona muy importante y nos habían hablado del paseo junto al río, que ahora no podremos dar. Es una lástima», recalcaba Steve Rogers , un británico que visita Sevilla con tres amigos más.

En la misma línea hablaban Amanda y Peter , matrimonio de estadounidenses que, tras bajar de uno de los autobuses turísticos que se detienen en el Paseo de Colón, se quejaban de que «la agencia de viajes nos había subrayado el recorrido por el río, la travesía en barco y las vistas de la ciudad desde Triana. Es un engaño y deberían habernos avisado de que estaba tan mal. Cuando regresemos a Boston vamos a informarles para que puedan avisar a quienes quieran venir a Sevilla, para que tengan en cuenta que esta zona está desastrosa. No sabemos cuánto tiempo lleva así o cuánto tiempo va a seguir estando de esta forma, pero habría que avisar».

Elsa, una jubilada colombiana que ya había estado en Sevilla en la Expo 92, destacaba que «la ciudad está muy bien, incluso mejor que entonces, y la zona de los monumentos es una maravilla y la encuentro más cómoda porque no hay tráfico, pero este paso junto al río ha empeorado . Estas obras estropean mucho el espacio, que debería ser el más cuidado de la ciudad y está repleto de vallas y suciedad. A eso se suma la vista, que con la torre tan alta que han construido cambia por completo la percepción de Sevilla. Habrá gustos para todos, pero me parece una agresión».

«Ya nos ha pasado en varios sitios. Fuimos a París y Notre Dame tenía andamios. Luego nos pasó lo mismo con la catedral de Santiago , con esos andamios en el Obradoiro . Y ahora venimos a Sevilla y nos encontramos con toda la zona del río vallada. Estamos gafados», comentaba con cierta sorna el matrimonio barcelonés formado por Emilio y Neus , quienes buscaban «la belleza de Sevilla antes de que se llene de gente la semana que viene con las cofradías».

Además de la visión estrictamente turística, otro sector de visitantes dejaba ver su enojo por el aspecto de este paseo entre el casco viejo y el Guadalquivir: los aficionados taurinos, que se topan con todo el vallado ante la Maestranza. «Si esto va a estar así para la Feria de Abril, la imagen de Sevilla se va a ver muy perjudicada , porque es mucho el público que pasa por esta zona», se lamentaba el francés Antoine Martin .

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