RECORTES SANITARIOS

«Me pase trece horas en un sillón por falta de cama»

Una paciente diabética relata el calvario que sufrió en el hospital Virgen Macarena

María del Mar en el sillón del hospital ABC

AMALIA F.LÉRIDA

«De vergüenza» califica la sevillana María del Mar Pérez Mateos , de 40 años de edad, lo que ha vivido, sufrido y visto en el hospital Virgen Macarena de Sevilla en donde ingresó el pasado miércoles por la mañana con vómitos, cansancio y fallo respiratorio a consecuencia de la diabetes que padece, porque, según sostiene, tuvo que pasar «trece horas en un sillón» del área de estancias cortas de Observación.

Relata que por la mañana, tras notarse esos síntomas, acudió a la Unidad de Día de Diabéticos y desde allí la derivaron a urgencias porque «tenía 6 gramos de azúcar en sangre y 5,6 de acetona». Enseguida le administraron insulina y suero y una vez estable la pasaron a una sala cercana a la zona de Observación «en la que había unos catorce o quince sillones y allí me tuvieron trece horas».

Trece horas con dolores de espaldas, el suero y «una incomodidad enorme porque los sillones son como los que hay en las habitaciones para los familiares de los enfermos sin otro tipo de diseño o comodidad añadida para estos casos».

Durante todo ese tiempo pudo comprobar que allí «había personas que llevan dos, tres días y hasta una semana y un hombre con osteoporosis veinticuatro horas, además de una señora con 80 años». Ir al baño era una odisea, «porque el aseo es para verlo». «Cabe una persona justita, justita y yo, como llevaba la pértiga con el suero, tenía que dejarlo fuera y la puerta entreabierta para poder hacer mis necesidades».

María del Mar asegura que iba a pedir el alta voluntaria porque ya no aguantaba más pero a la una de la madrugada le dieron cama y gracias, según dice, a «que unos amigos míos se plantaron y le insistieron al médico que yo no podía estar así».

«A los diez minutos de hablar mi amigo con el médico —explica— me pasaron a la habitación 571 cama 2, sobre la una de la madrugada. O sea, que camas sí que hay lo que pasa es que las tienen ahí vacías para casos extremos, como pasa en verano».

A las dos de la tarde del jueves le dieron el alta y todavía en su casa le dolía el cuerpo de la «postura que tuve en el sillón». La semana que viene María del Mar tiene que volver al hospital a consulta y va a presentar una reclamación porque entiende que es «denigrante» que una persona esté «en un sillón en esa sala y en unas condiciones para las que no encuentro calificativo».

«Todos deberíamos quejarnos por escrito porque es una vergüenza lo que se está viendo. Todas las horas que he estado allí me ha dado tiempo de hablar con los pacientes y el malestar es generalizado. Y camas hay... ¿eh? Le digo yo que camas hay».

Por su parte, un portavoz del hospital Virgen Macarena asegura que «según lo registrado en su historia clínica, la paciente estuvo en estancias cortas apenas doce horas».

Refiere que el Plan Andaluz de Urgencias y Emergencias establece que el 85% de pacientes ingresados en sillones no deben superar ese tiempo y asegura que en Virgen Macarena el porcentaje de enfermos que no lo rebasa es del 98,67%. Por último, afirma que los pasados días 28 y 29 no hubo presión asistencial alguna en el centro hospitalario ni retenciones.

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