RELIGION
El párroco reza por el ladrón al que una juez prohíbe acercarse a la iglesia
El acusado del robo sacrílego en la parroquia del Corpus Christi, obligado a alejarse de cualquier templo
Dentro de la parroquia, en la misa de ocho de la tarde del miércoles, rezaron los fieles por su «conversión» después de que el párroco del Corpus Christi, Jesús Donaire , pidiera expresamente por el ladrón sacrílego que había hurtado objetos litúrgicos del templo el domingo por la noche.
Fuera de la parroquia, a la mañana siguiente, la juez instructora del caso puso en libertad al acusado , A. C. N. de 49 años de edad y con casi treinta detenciones anteriores en su historial delictivo, con expresa orden de alejamiento de «iglesias, parroquias o establecimientos religiosos».
Sucedió en la misa de sufragio por un difunto el miércoles por la tarde. Cuando dos de las nietas del finado terminaron las preces de la oración de los fieles en la que se aplican las intenciones, el párroco Jesús Donaire retomó el ritmo de la misa pidiendo a los fieles que rezaran por el ladrón, detenido después de hallarse los objetos litúrgicos en su domicilio. Como quiera que el oficiante debió de advertir la extrañeza que su súplica desencadenó entre los asistentes al oficio religioso, en seguida se apresuró a señalar que el rezo se dirige para mover al acusado a la «conversión» que para la Iglesia determina el paso por el confesionario.
El perdón religioso frente al estricto cumplimiento de la ley humana: el párroco víctima del hurto reza por él en la oración de los fieles del oficio vespertino y la Fiscalía pide el alejamiento del acusado de cualquier templo en evitación de posibles reincidencias.
Si el individuo en cuestión quisiera confesar su culpa contra el séptimo mandamiento -«No robarás»- , tendría que hacerlo fuera de una iglesia, a la que por orden judicial tiene vetada la entrada.