Los parados sevillanos de más de 45 años crecen un 33% en cinco años

Cruz Roja pone en marcha un programa para este colectivo y el 40% de los participantes logra volver al mercado laboral

De izquierda a derecha, Carmen de la Corte, María Rodríguez y Nati Molero, de Cruz Roja JESÚS SPÍNÓLA

CRISTINA AGUILAR

En plena crisis, en 2011, el número de desempleados mayores de 45 años en la provincia de Sevilla era ya sangrante: 74.255, según los datos de junio de ese año. Esto es, el 35,23% del total de parados. Sin embargo, mientras la crisis económica avanzaba como Atila, anulando cualquier brote verde a su paso, la cifra continuaba creciendo, tal y como refleja el último informe del Observatorio Argos para la Consejería de Empleo, Empresa y Comercio de la Junta de Andalucía. En junio de 2016, 98.500 personas mayores de 45 años engrosaban la lista del paro (un 43,43% del total de desempleados en la provincia). Lo que significa que en cinco años, el número de parados en esa franja de edad ha aumentado un 32,65%.

Un dato, además, que cuadruplica al de los jóvenes parados, que se queda en 23.442. Esta última cifra no deja de ser funesta, puesto que pone en jaque a tantos que ven en el extranjero la única salida para esta difícil situación. Pero la de los mayores de 45 sigue siendo, si cabe, más aciaga. «La mayoría de estas personas tienen una carga familiar, encontrándose muchos al borde de la exclusión social o ya sumidos en ella», declara Carmen de la Corte, coordinadora del nuevo programa de empleo que ha puesto en marcha Cruz Roja para estos veteranos.

En relación con esto, durante este año, concretamente en el mes febrero, se ha producido el mayor pico de desempleados de más de 45 años desde el inicio de la crisis económica, siendo 101.071 el total de las personas paradas. La explicación a este dato, en cierto modo, se encuentra en aquellos parados de larga duración que, con el paso del tiempo, han abandonado la lista de desempleados menores de 45 para pasar a la de mayores de esa edad. No obstante, desde febrero hasta el pasado mes de junio el número de parados ha disminuido hasta los 98.500. Una evolución positiva gracias al incremento de contratos, sobre todo, provenientes del sector servicios, «el único que está dando salida ahora mismo en Sevilla a este colectivo», señala Carmen de la Corte.

Ante este panorama, a los programas de empleo para mayores de 45 años que ya tenía en cartera, Cruz Roja da una vuelta de tuerca más. Una nueva posibilidad para estas personas que, a menudo, llegan a sus oficinas perdidas y enfrascadas en la desesperanza de no encontrar trabajo tras un largo periodo.

El programa de Cruz Roja, que comenzó en enero de 2016 con financiación europea y de la Fundación Bankia , queda muy lejos de una mera bolsa de empleo, como puede ser el Servicio Público de Empleo Estatal (antiguo Inem).

Se trata de un itinerario que va más allá de la información y la orientación. De esta forma, la persona que acepta formar parte de este proyecto se «compromete» a participar en una serie de cursos que suelen durar entre dos y seis meses, dependiendo también de esa «urgencia» en el núcleo familiar. En este sentido, del casi el centenar de personas que se han inscrito en este programa específico, el 40% ha conseguido un empleo.

Después, a través de sesiones individualizadas y grupales, van desgranando cuáles son los puntos fuertes de estas personas, que pueden llegar a potenciar, y sus carencias. Asimismo, ante esa falta de autoestima con la que llegan, les proponen cursos de «coaching» (entrenamiento personal). «Les ayuda a empoderarse. Una motivación que les hace enfrentarse al mercado laboral con una actitud menos derrotista», puntualiza Belén Barbosa, orientadora del departamento técnico de Cruz Roja.

En cuanto a la motivación, los que más trabajan en ese campo son la psicóloga María Rodríguez y el psicopedagogo Antonio Rodríguez , ambos voluntarios en Cruz Roja.

María, que forma parte del programa de mayores de 45 desde abril de este año, asevera que en las sesiones sacan lo positivo de cada persona. «Hace poco llegó una señora muy preocupada porque nunca había trabajado fuera de casa y que, por lo tanto, no sabía qué poner en el currículum. En estos casos, les hacemos ver que tienen una valiosa experiencia en el cuidado de menores, de ancianos, mantenimiento del hogar. Entonces ven que en realidad sí tienen una experiencia que plasmar y salen muy animados».

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