SOCIEDAD
Un afectado de Asperger: «Para lo que sí necesito ayuda es para hacer una tortilla de patatas»
Por primera vez en España dos jóvenes con el síndrome llevan una vida independiente en un piso tutelado
No nos enseñan su casa porque tienen que terminar de decorarla pero ya se han organizado divinamente aunque todavía no saben hacer una tortilla de patatas, bromea Guillermo , uno de los dos jóvenes con síndrome de Asperger —forma parte de los trastornos del espectro autista— que han iniciado el camino de una vida independiente.
Vive con Eduardo en un piso cedido por Emvisesa y los dos son protagonistas de un proyecto de viviendas tuteladas que ayer presentó Autismo Sevilla y que, según su presidenta, Mercedes Molina, es pionero en toda España. El derecho que tiene cualquier persona a salir de la casa de sus padres también es de Guillermo y Eduardo y por eso, con ayuda, porque no tienen ninguna discapacidad intelectual aunque sí problemas de socialización, lo están ejerciendo, y con éxito.
En la presentación de ayer Luis Arenas , el director de este proyecto denominado «Vida Independiente», explicó que es posible que estas personas vivan solas con la confianza en ellos como pilar básico y el apoyo de los mediadores que les ayudan. Ante la mirada atenta de sus padres que estaban entre el público, embobados y orgullosos, Guillermo narró que vive en el piso desde hace meses después de haber estado en una residencia, un lugar en el que no se sentía cómodo porque «había demasiada gente» .
Dijo que está seguro de que, poco a poco, puede vivir solo y que ya está cogiéndole el pulso «a poner la lavadora pero no a la tortilla de patatas así que desde aquí pido ayuda», bromeó el joven. «Esto se puede hacer en un piso en una residencia, no», añadió Guillermo a quien todavía le queda «conocer el barrio y a gente nueva».
Eduardo relató que le dieron el diagnóstico de su padecimiento tarde y que por eso se tuvo que poner a estudiar por su cuenta y por las noches.
«De todas formas —siguió— he recuperado el tiempo perdido, he estado trabajando en sitios y ahora he salido de la casa de mi madre. Ya lo que me queda es encontrar un trabajo que esté cara al público, que yo me relacione con los demás como, por ejemplo, la hostelería».
Tras la intervención de estos protagonistas, Inmaculada , la madre de Guillermo, reivindicó conciertos para que haya más pisos; y Carmen , la madre de Eduardo confesó que la «vida me ha cambiado porque el día en que yo falte sé que mi hijo se valdrá por sí mismo».
Por su parte, Mercedes Molina insistió en que urgen servicios como este, mirando en ese momento al director de Personas con Discapacidad de la Junta de Andalucía, Gonzalo Rivas , que acudió al acto y que conoce bien la problemática por su pasado al frente de colectivos de discapacitados.
Pero su respuesta fue vaga . En su intervención contestó que tienen su apoyo pero no precisó en qué, cuándo, cómo y con qué presupuesto.