«Mi padre no era un sintecho ni llevaba años en una sala de espera»
El Defensor del Pueblo actua de oficio ante la muerte de Salvador en las escaleras del hospital
![Hospital de la Mujer](https://s3.abcstatics.com/media/sevilla/2016/03/03/s/hospital-fallecido-puerta--620x349.jpg)
La familia de Salvador Chacón , el hombre de 67 años que falleció el pasado domingo en las escaleras del Hospital de la Mujer , perteneciente al complejo hospitalario Virgen del Rocío, continúa consternada ante «los numerosos errores» en las informaciones publicadas respecto a su muerte. «Mi padre era no era un sintecho, no falleció por hipotermia -según la autopsia-, no llevaba tres años durmiendo en el hospital y sí tiene familia», afirmó su hija en una carta remitida a Efe.
En la misiva, también recalcaba que «agradezco que se luche por la causa de las personas sin hogar, pero es indignante que se use a mi padre como conejillo de Indias inventando que no tiene familia, que es un sin techo, o que lleva tres años en una sala de espera durmiendo».
Los hijos de Salvador, dos de los cuales viven en Málaga y cinco en Sevilla, indicaron además que el fallecido llevaba su documentación y un móvil, lamentando en este sentido que, a pesar de eso, «nadie los avisó cuando lo encontraron sin vida» .
Denuncia por desaparición
De hecho, pasadas 36 horas sin saber nada de él, lo dieron por desaparecido y pusieron una denuncia, localizándolo poco despues en el tanatorio.
Francisco Chacón, otro de sus vástagos, confirmó que su padre residía en Málaga con su madre, que aún vive y que, en algunas ocasiones, se desplazaba hasta Sevilla. Como afirma, les decía que se quedaba a dormir en casa de un amigo , argumento que ellos creían. Según apuntan, el sevillano no aceptaba irse con algunos de sus hijos «porque pensaba que sería una carga para ellos».
Salvador, que había trabajado durante años en el conocido restaurante Mara , hasta poco antes de su jubiliación, era «muy querido» entre sus vecinos. En el entorno del local, s e dedicaba a aparcar coches y ayudaba a subir la compra a sus conocidos. Emilia García, una de las empleadas del restaurante, reconoció a ABC de Sevilla que «gozaba de la confianza de todos por su carácter afable y su buena educación».
Sin constancia de dolencia
García aseguraba, por otra parte, que su ex compañero, que había sido pinche de cocina, acudía a menudo a por comida. «Nosotros le dábamos lo que él pedía y se lo llevaba al hospital, donde calentaba el almuerzo o la cena», añadía, si bien desconocían los motivos que lo llevaron a tal situación . Al parecer, y a pesar de su «demacrado aspecto», tampoco tenían constancia de que sufriera ninguna dolencia.
La controversia que ha generado el fallecimiento del sevillano ha provocado que la Oficina del Defensor del Pueblo Andaluz, dirigida por Jesús Maeztu, abriera ayer una actuación de oficio. De esta manera, el Defensor se ha dirigido a la Dirección del hospital sevillano y a la Delegación del Área de Bienestar Social y Empleo del Ayuntamiento de Sevilla a fin de « valorar la actuación de las administraciones que pudieran haber estado llamadas a conocer la situación de esta persona, y realizar algún tipo de actuación para preservar su salud o mejorar sus condiciones habituales de vida».
Con ello pretende conocer, entre otras cuestiones, « si la persona fallecida demandó asistencia sanitaria y, en su caso, la prestación que se le dio, así como si se llevó a cabo alguna intervención social».
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