SEVILLA

Las otras vidas de la antigua estación de Córdoba

El edificio, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), ha tenido varios usos desde que recibió su primer tren en 1901

Vidriera de la fachada trasera del centro comercial Plaza de Armas, propiedad de Adif Vanessa Gómez
María Jesús Pereira

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El primer tren llegó a la estación Plaza de Armas en 1901 y el último salió el 29 de septiembre de 199 0. Conocida popularmente como estación de Córdoba, comenzó a construirse en 1901 por la compañía privada M. Z. A, llamada así porque hacía el trayecto Madrid-Zaragoza-Alicante. Según el catálogo de Arquitectura Contemporánea de Andalucía de la Junta, el edificio fue ejecutado bajo las órdenes de los ingenieros Nicolás Suárez Albizu y el portugués José Santos Silva.

El inmueble es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura de hierro y cristal de Sevilla, además de muestra del estilo neomudéjar. Sus autores se inspiraron en la mezquita de Tánger y en el patio de los Leones de la Alhambra.

Fachada lateral de la antigua estación de Plaza de Armas Vanessa Gómez

En el edificio, catalogado Bien de Interés Cultural, se aprecian los avances que durante el siglo XX se produjeron en esta tecnología de construcción. Tiene 105 metros de longitud, 30 metros de anchura y 20 de alto, lo que permitía dar cobijo a los andenes al estar apoyado el inmueble en pilares de hierros cimentados con un sistema revolucionario para la época. Siguiendo el estilo parisino, en el exterior se dispuso de una chapa ondulada y en el interior, de un revestimiento de madera.

En 1982 fue objeto de una reforma por parte del arquitecto Antonio Barrionuevo y de los ingenieros Damián Álvarez y J. Cañada, reforma que afectó al vestíbulo.

Durante 89 años, generaciones de sevillanos usaron esta estación, cuyas vías férreas se convirtieron en un muro entre el río y la ciudad. El último tren a Madrid salió el 29 de septiembre de 1990 de esta estación y el tráfico ferroviario se concentró en la estación de San Bernardo, hasta que en 1991 se inauguró Santa Justa. P oco después de cerrar sus puertas, se desmantelaron las vías férreas de Plaza de Armas para ampliar la calle Torneo.

Escaleras del centro comercial que dan acceso a los cines Cinesa VANESSA GÓMEZ

La Estación de Plaza de Armas estuvo en desuso desde 1990 hasta que la Expo 92 en Sevilla la sacó de su letargo , convirtiéndose en parte del pabellón de Sevilla. Finalizada la Muestra Universal, la antigua estación de Córdoba volvió a caer en el olvido durante otros siete años.

Su conversión en centro comercial y de ocio en 1999 hizo que la estación de Córdoba volviera a tener protagonismo y a ser frecuentada por los sevillanos, ya que en ella había salas de cines, comercios, bares y una discoteca. La detección del llamado «mal del ladrillo» en su fachada, con el consiguiente riesgo de desprendimientos, obligó a poner una lona que dejó oculto el centro comercial, comenzando su decadencia. Primark se fijo en él para instalar su primera tienda y propuso vaciar todo su interior, cosa que no llegó a autorizar Patrimonio por lo que la firma irlandesa desistió.

Ahora, el centro comercial está vacío en un 60% porque no se han renovado alquileres por parte de Adif , propietaria de esta estación, que ahora quiere coger otro tren, quizá el último que le quede para relanzar Plaza de Armas con un nuevo proyecto. Sería el undécimo que ha tenido este edificio protegido.

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