tribunales

Once años por abusar de su hija en una casa «okupa» de Torreblanca y en vacaciones en Chipiona

La Audiencia de Sevilla, además, impone al condenado la retirada de la patria potestad sobre la víctima, que tenía doce años en el momento de los hechos

Sala de la Audiencia de Sevilla EP

J.D.

La Audiencia de Sevilla ha condenado a R.M.M. a once años y un día de prisión por abusar de su hija , cuando ésta tenía doce años de edad, en el piso que ocupó de forma ilegal en Torreblanca tras separarse de su mujer y madre de la víctima; así como durante las vacaciones que pasaban en Chipiona .

El acusado fue juzgado el pasado 1 de diciembre por la Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla, en una vista oral en la que aseguró que «en ningún momento le había pegado, ni le había puesto una mano encima» a su hija , argumentando que ésta lo denunció por los abusos porque se opuso a que ella fuera a una boda con su madre el fin de semana que le tocaba a él por el régimen de visitas establecido tras el divorcio.

Sin embargo, el tribunal, en una sentencia facilitada a este periódico por el TSJA, expone que tras toda la prueba practicada en el juicio considera probados los abusos , en especial por el testimonio único de la menor, amén de las documentales, el informe del tratamiento realizado por la menor con la perita psicológica especialista de Adima, así como los partes de asistencia médica, exploración ginecológica y psicológica de los forenses.

El acusado, ejecutoriamente condenado por delito contra la seguridad vial y por delito de amenazas en el ámbito familiar , tuvo con su exmujer dos hijos. Desde mayo hasta el 29 de agosto de 2017 , este varón, con motivo de satisfacer de forma habitual sus deseos sexuales, y en el transcurso del régimen de visitas que le correspondía con sus dos hijos, los cuales tenían lugar en la vivienda que ocupó de forma ilegal en Torreblanca y también cuando disfrutaba de las vacaciones junto a sus dos hijos en Chipiona.

Aprovechaba los momentos de las noches en los que se encontraba a solas con su hija, de doce años , para abusar de ella. En una ocasión, una noche de junio cuando estaba en la playa con unos amigos y sus dos hijos, aprovechó que todos estaban dormidos para abusar de ella.

«Mamá nos matara a los dos»

Después de realizar las anteriores acciones sexuales, el procesado le decía a su hija que n o le podía contar a nadie lo que le hacía, ni siquiera a su madre, porque si no él iría a la cárcel , y su madre los mataría a los dos.

A fin de evitar seguir visitando a su padre, el 4 de septiembre le contó a su madre lo ocurrido en los meses anteriores, presentando la presente denuncia. Ese mismo día, la menor presentó en la exploración ginecológica una dilatación de dos centímetros en el introito vaginal, como consecuencia de los actos sexuales realizados por su padre.

La menor ha precisado y sigue precisando tratamiento psicológico como consecuencia del estrés postraumático que los hechos referidos le ocasionaron y que le generaron una alteración de su estado anímico (ansiedad, irritabilidad, hipervigilancia, cansancio, tristeza y llanto frecuente), con pérdida de peso, con dificultades para conciliar el sueño, crisis de ansiedad, irritabilidad, estado de ánimo depresivo, sentimiento de culpa por haber contado la situación sufrida, sentimientos de estigmatización y vergüenza, temor a la represalias que el padre pueda tomar por haberlo contado, sentimientos ambivalentes hacia la figura paterna, descenso en su resultado académico, y síntomas disociativos.

A pesar de lo que solicitaban Fiscalía y acusación, los magistrados sólo ha podido encuadrar los hechos probados en los abusos sexuales continuados, por cuanto no ha quedado acreditado que el procesado hubiera precisado el empleo de la violencia o intimidación para llevar a cabo sus actos.

«Lo que la joven siempre manifestó es que su padre le decía, después de realizar los actos sexuales, que no se lo contara a nadie porque si no le meterían en la cárcel, y no se lo contase a su madre, porque los mataría a los dos. Lo que no puede considerarse unas amenazas para conseguir el ataque a la menor sino para conseguir que la misma evite que lo cuente a terceras personas y consiga que permanezca oculta su deleznable acción », señala el tribunal.

Sí aprecia la Sala que en los hechos existió prevalimiento porque el procesado aprovechó la clara relación de superioridad que tenía sobre la menor, derivada no sólo de la gran diferencia de edad, sino del hecho de que era su padre, a quien, la menor, «quería mucho» .

Patria potestad

Por último, el tribunal indica que la menor carece de motivos para faltar a la verdad en este tipo de sucesos con el padre, de quien siempre ha indicado que «quería y quiere mucho» , pese a lo sucedido, insistiendo en que «no quiere que vaya a la cárcel» .

La menor de forma rotunda y contundente , sin ambages, ni contradicciones, con seriedad, relata a una edad muy temprana conductas que sólo los adultos alcanzan a saber, y que ella, en su lenguaje de niña, cuenta, sin comprender el verdadero significado, en esos momentos.

Por todo ello, la Audiencia condena a R.M.M., por un delito continuado de abusos sexuales a menor de edad, a la pena de once años y un día de prisión, inhabilitación especial para cualquier profesión u oficio, sea o no retribuido, que conlleve contacto regular y directo con menores de edad por un tiempo 14 años, y prohibición de acercamiento a menos de 500 metros a de su hija durante 18 años , tiempo en el que tampoco podrá comunciarse con ella.

Asimismo, se le impone la medida de libertad vigilada por plazo de seis años tras salir de la cárcel y le condenan a la privación de la patria potestad respecto de su hija por tres años, cuando ella ya cumplirá la mayoría de edad. Tendrá que abonar una indemnización de diez mil euros.

Esta sentencia de la Audiencia de Sevilla se conoce un día después de que el Tribunal Supremo advirtiera de que aproximadamente el 80 por ciento de los casos de abusos y agresiones secuales a menores eran llevados a cabo por personas del entorno de confianza de las víctimas. Este mensaje lo incluía en una sentencia en la que confirmaba la condena a 15 años a un padre por violar a su hija también en Sevilla.

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