Cultura
La obra inaugural de la Feria del Títere de Sevilla muestra a la Virgen en forma de vagina
El festival, que arrancó este martes con la obra de El Espejo Negro, lo organiza y financia el Ayuntamiento de Sevilla a través del ICAS y en colaboración con el Ministerio de Cultura
La compañía malagueña El Espejo Negro, a quien está dedicada la XL edición de la Feria del Títere de Sevilla, inauguró el pasado martes el festival con la obra «Espejismo» en el teatro Alameda. Su autor, Ángel Calvente , celebraba con ella treinta años de trayectoria. Lo hacía planteando reflexiones acerca de la libertad de expresión y sus límites, lo que desembocó en una ofensa a los sentimientos religiosos. Ofensa que parte de la libertad de creación , pero que ha costeado el Ayuntamiento de Sevilla a través del Instituto de la Cultura y las Artes Escénicas de Sevilla (ICAS) y en colaboración con el Ministerio de Cultura. El conflicto, por tanto, se halla en que son los ciudadanos los que han pagado con sus impuestos esta ridiculización de la imagen de la Virgen.
«Espejismo» es una producción en la que tenebrismo, crítica y humor se dan la mano. Varios actores manipulan las marionetas en la escena con amplia habilidad técnica y crean pasajes en los que se valen de recursos propios de la música, la danza, el teatro y la comedia. Una premisa que se fue desarrollando a medida que avanzó el espectáculo. En él pudimos ver a un muñeco de Isabel Pantoja cantando detrás de una reja, en prisión, al dictador Francisco Franco con sonidos de sevillanas y coplas al fondo, una hez fecal que dialogaba desde el suelo con una mosca y un obseso sexual que se balanceó semidesnudo reclamando sexo oral al público de una fila determinada. Así fueron sucediéndose algunos de los protagonistas, que número a número fueron desvelando el tono de la obra: crudo, ácido , también hilarante en algún momento, desplegando lo que la misma compañía ha denominado «humor corrosivo». Una característica que no es nueva en El Espejo Negro.
La mayor parte de las mofas fueron dirigidas a la Iglesia y a la historia de las religiones, que todas se asemejan en algo, según esta interpretación. También a los que se sienten orgullosos en demasía de la bandera de España , a la Monarquía , cuya reina se peina presumida frente a un espejo, y a quienes no ven más allá de su afición por el fútbol. A ello se le añadieron varios temas alejados de cualquier ideología. Comedia universal en la que destacaron los motivos sexuales y el humor físico.
Ofensa a la Virgen
Pasada la hora de su inicio, una vagina de gomaespuma ocupó la atención de los espectadores. Sobrevolando las tablas del escenario, arrancó a cantar. Acto seguido, con bruscos movimientos, la vagina tomó la forma de la Virgen, que se abría y se cerraba coronada por una aureola en un acto ceremonial. De la figura, de pronto, cayó un bebé unido aún a la vulva por una especie de cordón umbilical. Mientras tanto, una voz, por medio de los altavoces, gritaba el lugar del que había salido el recién nacido, reincidiendo en lo que se veía en la acción: un órgano genital femenino. Entonces, uno de los intérpretes se acercó al muñeco del niño y lo colocó frente a un foco para iluminarlo. Luego le golpeó con la intención de colarlo al fin por un aro. Ahí terminó la escenificación que ha generado la polémica.
Este longevo ciclo dedicado al títere, hay que recordar, lo organiza, y financia, el Ayuntamiento de Sevilla. Esta edición, según aseguró el director artístico del festival, Juan Luis Clavijo, ha contado para su programación con entre 60.000 y 100.000 euros , una cantidad similar a la de años anteriores, a pesar de que se haya reducido el número de funciones considerablemente y de que se prevea, como es lógico, un descenso en el número de asistentes debido a las medidas que se han visto obligados a tomar a causa de la crisis provocada por el covid, que obliga a limitar los aforos.
Complicidad del público
Durante los escasos minutos que duró la escena que hemos relatado, el patio de butacas del teatro Alameda manifestó una pasión mayor que en los números anteriores, celebrando la representación a la que acababan de asistir con visible entusiasmo. «Espejismo» tuvo momentos muy cómicos que causaron la carcajada de la mayoría. Pero solo se escucharon vítores cuando la vagina se transformó en la Virgen y dejó caer al niño . Allí sonaron de manera espontánea los únicos «bravos» que se escucharon en la hora y cuarto aproximada que duró el espectáculo. Quizá algo más debido al protocolo con el que concluyó.
Al terminar, el delegado de Cultura y Hábitat Urbano, Antonio Muñoz , quien estuvo todo el tiempo presente, salió para compartir unas palabras con los espectadores: «Qué gran función hemos presenciado . Quiero recordar que esta XL edición de la cita más antigua en el sector del títere de España está dedicada a El Espejo Negro, que cumple treinta años de trayectoria. Por su buena labor recibe el premio Farolito». Este reconocimiento es la máxima distinción que ofrece el certamen, que tuvo que cancelarse la pasada primavera, arrancó el martes con esta obra y se clausurará el día 23 de diciembre. La Feria del Títere tiene, además, sus escenarios repartidos por los centros cívicos de diferentes distritos de la ciudad, como Nervión, Bellavista o el Polígono Sur, además del Espacio Santa Clara, cercano a la Alameda.
Calvente, con esta producción que ya había estrenado en otros espacios del país, como su Málaga natal, quería reflexionar sobre la necesidad de libertad. Y, para ello, recurrió a diferentes debates tanto de actualidad como de carácter histórico. Negar lo que en esta misma ciudad comenzaron los inmaculistas y hacerlo de una forma explícita y grotesca, con una segunda parte incluida en la que de forma violenta se hace desaparecer al niño, ya ha provocado calurosos conflictos con anterioridad. Esta es, sin embargo, la primera vez que en Sevilla documentamos una ofensa de estas características que viene financiada por las arcas públicas y avalada por una larga carrera. El Espejo Negro es, en su sector, una de las compañías más reconocidas.
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