ENTREVISTA
«Obama sería de Los Estudiantes y aprendería a bailar sevillanas»
Jerry L. Johnson, agente consular de EE.UU. en Sevilla durante 25 años, dice que «los sevillanos son muy pasotas y están dejando perder su ciudad pero son lo mejor de Sevilla»
![Jerry L.Johnson](https://s1.abcstatics.com/media/sevilla/2016/07/10/s/Jerry-Johnson-sevilla-U102811175714AYC--620x349@abc.jpg)
El filólogo norteamericano Jerry L. Johnson (Iowa, 1938) vino a Sevilla en 1971 a investigar la vida y obra de Juan Ramón Jiménez con una beca Fullbright. Aunque luego volvería a la Universidad de Virginia , donde culminaría su doctorado, la capital de Andalucía volvería a cruzarse en su camino en 1987 cuando fue elegido agente consular de Estados Unidos en Sevilla , puesto que desempeñó durante 25 años, hasta su jubilación. Casado con una salmantina, lleva 40 años entre nosotros y aquí ha criado a sus dos hijos. Tiene seis nietos y viaja dos veces al año a EE.UU . para verlos. Jerry L. Johnson es uno de los tres mil norteamericanos que viven en Sevilla, entre los que hay empresarios, profesores, estudiantes, ejecutivos y abogados.
En una entrevista con ABC asegura que Sevilla ya no es lo bonita que era cuando él llegó hace 40 años. «Sevilla sigue teniendo muchas cosas bonitas, es como un gran museo, pero el marco, es feo. Decir que Sevilla es ahora la ciudad más bonita del mundo es simplemente mentira ».
Johnson dice que «la ciudad ha cambiado mucho. Vas por la calle Sierpes y hay baruchos, güisquerías, gazpacherías y todo tipo de baraturas. Se va perdiendo Sevilla y los sevillanos no hacen nada ».
Y añade: «Todo se justifica por la mano de obra y yo entiendo que hay que vivir de algo, pero es que estais perdiendo lo que teneis. El sevillano tiene que aprender a exigir y a no ser derrotista ni a conformarse con lo que hay. El cambio de Sevilla, de recuperar esa esencia que tenía cuando ya la conocí, no vendrá por arriba, de los políticos ni de ningún alcalde», dice.
Y recuerda que «en Florencia estos días el pueblo se ha rebelado contra un McDonalds que quieren poner enfrente de la catedral. Los sevillanos deberían aprender de los florentinos, porque aquí hace 20 años que hay un McDonalds en La Campana. Allí no se consiente una hamburguesería enfrente de la Catedral» , añade.
También dice que « no entiendo la manía que tienen ustedes, los sevillanos, a los árbole s . Y me llama la atención tantos naranjitos que no dan sombra o tantas palmeras , que tampoco la dan, con el calor que hace en la ciudad.
Respecto a la fama de fiesteros y de vagos que tienen los sevillanos de Madrid para arriba, afirma: « Esa imagen se cultiva desde la época del Ministerio de Información y Turismo de Franco , pero aquí sabemos todos que no es verdad. Los sevillanos no son vagos ni mucho menos y aunque les guste la Feria yo conozco a muchos feriantes que se van del trabajo a la Feria y de la Feria al trabajo», dice.
Respecto a la visita de Obama a Sevilla, afirma que «yo lo llevaría a un pequeño patio que hay detrás del Salvador, el típico patio sevillano de hace 200 años. Le tendría allí 5 minutos y luego le soltaría en El Corte Inglés. La primera es la Sevilla que hay que proteger, la Sevilla bonita, es la de ese patio. Luego en el Corte Inglés encontraría la Sevilla de los turistas en la que se está convirtiendo esta ciudad.
—¿Y a qué bar le llevaría?
—A La zagala, en el Porvenir.
—¿Y a qué tapa le invitaría?
—A una ensaladilla rusa.
—¿Y dónde le invitaría a una Cruzcampo bien tirada?
—En ese bar hay. De hecho, no hay otra marca de cerveza.
—¿Obama entendería la Semana Santa de Sevilla si la viera?
—Seguro que sí, porque se la habría estudiado antes. Él es muy inteligente y prepara sus viajes con todo detalle. Estoy seguro de que ha leído algún libro sobre Sevilla antes de venir
—¿Con qué hermandad cree que el presidente se identificaría más?
—Creo que con la de Los Estudiantes.
—¿Y con la Feria de Abril se identificaría también?
—Seguro que sí. A Obama le encanta bailar.
—¿Sevillanas...?
—¿Por qué no? Las aprendería rápidamente.
—Usted acompañó a George Bush hijo hace ya muchos años en una visita por la ciudad. ¿Recuerda qué le llamó más la atención?
—Él era gobernador de Texas; aún no era presidente de los EE.UU. Yo no soy nada del partido republicano pero Bush es una persona simpatiquísima. Le gustó mucho la calle y la animación de la ciudad. Y le encantaron los caballos de Jerez. Hubo que sacarlo casi a tiros de allí, jaja. También estuve con Gerald Ford, otro presidente, y le encantó la catedral.