Un oasis en la Sevilla de agosto: el Parque Infanta Elena
Con sus más de 9 hectáreas, es un enclave perfecto para el esparcimiento, la convivencia o el deporte
¿Le apetece una dosis de naturaleza en plena ciudad? En Sevilla Este podrá encontrar el lugar perfecto para una escapada idílica, casi serrana, sin tener que salir de la capital. Nos referimos al Parque Infanta Elena, que con sus más de 9 hectáreas es un enclave perfecto para el esparcimiento, la convivencia o el deporte.
Lo primero que llama la atención cuando se entra en el recinto del Infanta Elena, a través de la calle Miguel Ríos Sarmiento, es lo boscoso de la vegetación, una auténtica masa forestal de coníferas y pinos que fue repoblada en 199 8, tras casi veinte años del proyecto fallido de contar con una zona verde en La Ranilla.
Una vez dentro, observará que toda una red de caminos atraviesan y bordean el parque, un trazado que sirve de cómodo circuito para corredores, ciclistas o personas que, simplemente, desean hacer ejercicio caminando.
Otra de las maneras de ponerse en forma en el parque es a través de los puntos de gimnasia , donde poder llevar a cabo ejercicios aeróbicos, de musculación sin carga o de estiramiento.
Una excelente opción que brinda este espacio verde es la de albergar reuniones familiares , de amigos. Resulta de lo más placentero celebrar alguna ocasión especial, sobre todo para los más pequeños, bajo la tupida sombra de sus árboles.
Basta escoger la hora más idónea de las 16 en que permanece el parque abierto, dos más que en invierno, pues durante la temporada estival el recinto abre sus puertas a las 8:00 horas, hasta medianoche.
«Fauna»
Otro de los atractivos del Infanta Elena es la laguna artificial que se encuentra casi en el centro, con el sistema de aspersión, a modo de fuente, que le da un plus de vistosidad. En ella destaca una pequeña colonia de ánsares que ha ido echando raíces.
Su origen se encuentra en el regalo de los propios vecinos, que obsequiaron con dos ánsares macho al parque hace ya un lustro. Cierto tiempo después decidieron hacer lo propio con una pareja de hembras, y la vida se abrió paso.
A diferencia de otras especies, estas aves permanecen durante todo el año en el parque , lo que les hace perder algo de su esencia salvaje. De hecho, no se sienten intimidados por la presencia humana, si ese acercamiento se hace cívicamente.
Pero, sin duda, el animal protagonista del Infanta Elena es el perro. No en vano hay toda una zona de esparcimiento canino de media hectárea de extensión, dentro de la que se incluyen puntos de juego y zonas de adiestramiento para canes.
En cualquier caso, con o sin mascota, es una gran opción para dejar las complicaciones del día a día y «sumergirse» en un remanso de paz. Sin salir de Sevilla.