El nuevo arzobispo de Sevilla llama a presentar la «amistad cristiana» como alternativa al «enjambre digital»

«A sus plantas me postro como Sevilla y le rindo homenaje y loor», dice ante la Virgen de los Reyes

Saiz Meneses entra en la sede arropado por una cuarentena de prelados

José Ángel Saiz Meneses toma posesión del nuevo oficio J.M. Serrano
Javier Rubio

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A las plantas de la Virgen de los Reyes , entronizada en el altar del jubileo, monseñor José Ángel Saiz Meneses tomó posesión del báculo y se sentó en la sede episcopal hispalense como el prelado número 130 de la diócesis.

Fue durante una ceremonia eucarística en la que concelebraron casi una cuarentena de prelados y cardenales ( algunos eméritos) con la participación de fieles venidos de Tarrasa para acompañar al nuevo pastor de la archidiócesis en su nuevo cometido y las autoridades civiles y militares de Sevilla con el alcalde, el general jefe de la Fuerza Terrestre y la consejera de Cultura encabezando la nutrida representación.

Alrededor de las once y media, el nuncio papal monseñor Bernardito ordenó leer las letras apostólicas en que se da cuenta de su nombramiento y don José Ángel tomó posesión del nuevo oficio.

En la homilía, el nuevo ordinario de Sevilla presentó el ejemplo de los grandes santos sevillanos como luminarias del peregrinar del pueblo cristiano.

Fue una homilía en línea con algunas de las ideas que ya ha abordado en entrevistas cuando se anunció su designación en abril. «El desafío de la desvinculación y la liquidez» que lleva a «la fragmentación de las vidas, la desconfianza, la precariedad de los vínculos humanos».

Frente a lo que denominó el «enjambre digital, en que cada uno de construye su propio mundo, y acaba originándose una suma de individualidades aisladas que nunca llegan a ser un nosotros», reivindicó «la experiencia de la amistad vivida en la comunidad cristiana».

Saiz Meneses habló de comunidad, del «paso del yo y el tú hasta el nosotros» ; y también de sinodalidad, ese camino marcado por el Concilio Vaticano, que va abriéndose paso en la Iglesia y ahora explícitamente en Sevilla.

En el introito de la ceremonia, el nuncio Bernardito Auza hizo aprecio de monseñor Asenjo como «pastor delicado solícito y cerca» .

Y presentó al nuevo ordinario como alguien cuyo lema episcopal 'Duc un altum' «es expresión de confianza en el señor y ardor pastoral».

Le exhortó a hacer de la unidad su tarea. «Nadie puede quedar fuera de la atención del obispo» , expresó.

Asenjo, que ha cesado como administrador apostólico de la sede, presentó la realidad de la archidiócesis haciendo especial hincapié las hermandades como dique de contención contra la secularización: «Te esperan cerca de 700 hermandades y cofradías, una auténtica riqueza en esta Iglesia particular. Quierelas, valoralas y acompañalas».

La ceremonia se prolongó por espacio de dos horas y cinco minutos desde la entrada del nuevo pastor de la Iglesia sevillana por la puerta de la Asunción, la principal del templo, que se abre en contadas excepciones entre las que se encuentra la llegada del nuevo obispo.

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