SUCESOS

La redada antidroga en el Polígono Norte paso a paso

Medio kilo de cocaína, una decena de detenciones y al menos seis registros domiciliarios, balance de la operación

SILVIA TUBIO

La Udyco regresaba ayer por la mañana al corazón del Polígono Norte para ejecutar una nueva redada antidroga . No hace ni un mes de la última actuación que se saldaba con la detención de siete personas, la desarticulación de un punto muy activo de venta a camellos y consumidores y el desmantelamiento del negocio ilegal de un clan familiar que operaba desde dos viviendas. En una almacenaban la mercancía (principalmente cocaína y heroína) y en otra recibían a los clientes.

En esta ocasión, un operativo de un centenar de agentes se desplazaba a primera hora de ayer, tomando como centro de la redada la plaza Río de Janeiro y la calle José Bermejo. Una decena de personas fueron detenida s y se practicaron al menos seis registros en pisos y en un quiosco ubicado en un pasaje comercial.

La intervención de los agentes de la Udyco fue presenciada por decenas de vecinos, que se arremolinaban en portales y esquinas desde donde siguieron los acontecimientos. La tranquilidad reinante sólo se vio quebrada cuando varios detenidos fueron sacados de una de las viviendas registradas para conducirlos a los coches policiales. Algunos familiares les lanzaron gritos de apoyo, al tiempo que se oían sollozos y lamentos.

Fuentes consultadas por este periódico confirmaron a este periódico que esta redada se enmarca dentro de los operativos para atajar el tráfico al por menor de drogas en puntos conflictivos de la capital. Es el narcotráfico que no mueve grandes cantidades y que está alejado de la figura de los narcos que lideran poderosas organizaciones criminales. Sin embargo, es el que tiene un mayor impacto en la convivencia vecinal y en la realidad más cercana de los ciudadanos.

Medio kilo de polvo blanco

A pesar de ser una investigación contra el tráfico minorista, las mismas fuentes confirmaban a ABC que los investigadores se habían incautado de la nada despreciable cantidad de medio kilo de cocaína con un nivel de pureza alto , además de pequeñas partidas de heroína que siguen confirmando el renacer de esta droga a raíz de la crisis económica.

El despliegue de efectivos policiales fue importante ya que los registros domiciliarios se ejecutaron de manera simultánea para pillar desprevenidos a los moradores y evitar así la destrucción de pruebas.

Además de los agentes encargados de abrir a la fuerza las puertas y dejar el camino expedito a los investigadores de la Udyco, miembros de la UPR (unidad de prevención y reacción) tuvieron que asegurar el exterior montando perímetros que impedían el acceso de personas ajenas a la investigación.

A pesar de la importante presencia policial, no se produjeron disturbios y hasta hubo momentos en los que la cotidianidad del barrio acabó imponiéndose en las calles. Curiosa estampa la que pudo verse mientras concluía el registro del pequeño comercio. Dos furgonetas de la UPR cerraban el callejón comercial junto a un vehículo policial camuflado. Varios policías armados y con material antidisturbio vigilaban la entrada del comercio. A escasos metros, los vecinos tomaban café en los bares de la plaza Río de Janeiro. Niños correteando por la calle confirmaban que la presencia de la Policía no es ninguna sorpresa allí.

Algún vecino se aventuraba a acusar a «algún chivato» de la operación policial. Detrás de esta intervención hay semanas de pesquisas para recabar pruebas que indicaran que el kiosco era usado como punto de distribución de la zona.

Sobre las once de la mañana concluía un operativo con el traslado de los últimos detenidos a dependencias policiales. Entre hoy y mañana pasarán a disposición judicial para que la instructora de las diligencias, que había dado la autorización de los registros, adopte medidas cautelares.

Movilizaciones vecinales en los 90

Plaza Río de Janeiro, calles Fray Serafín Madrid, Moguer, José Bermejo, Puerto Rico... Ése fue parte del itinerario que recorrieron los vecinos de esta zona del Polígono Norte hace nueve años. En mayo de 1996 un grupo de residentes, convocados por la asociación La Primera, se echaba a la calle para portar un lema: «Basta ya». Los asistentes querían denunciar cómo los traficantes campaban a sus anchas por el barrio .

La manifestación, escoltada por varias patrullas de la Policía, pasó por delante de las viviendas de algunos de esos narcos y los vecinos no dudaron en señalarlas, relata una crónica publicada por ABC. Un gesto valiente que perseguía la defensa de la convivencia en el barrio, que no le ha ganado la batalla a la droga.

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