RECORTES SANITARIOS

Lo que no enseña el SAS de la nueva UCI del Infantil

Ha invertido 2,5 millones y faltan lavabos, neveras, espacio, seguridad e higiene

A la izquierda, la sala de Procedimiento; y, a la derecha , otra sala convertida en almacén ABC

AMALIA F. LÉRIDA

A pesar de la inauguración a bombo y platillo de la nueva UCI del hospital Infantil del Virgen del Rocío de Sevilla, dos semanas después de su estreno siguen los problemas que el personal encontró el día del traslado desde la planta segunda a la primera.

Y lo que es peor, la indiganción crece entre los profesionales porque no se ha mostrado a los medios de comunicación las condiciones en las que trabajan, el día a día con carencias tan necesarias como lavabos para los pacientes.

Inaugurada el 15 de octubre por la presidenta andaluza, Susana Díaz, y comunicada a la prensa también su puesta en marcha el pasado 3 de noviembre por la dirección del centro, (el traslado fue el 28 de ocutubre) a día de hoy en el servicio faltan elementales medidas de seguridad e higiene, no hay lavabos para cada paciente, ni espacio para el personal sanitario, dos salas siguen aún como almacén, una de ellas para los enfermos más graves; desde el control de Enfermería, uno de los boxes no se divisa, y el personal no ha sido entrenado para manejar la moderna tecnología que se ha comprado.

Un total de 819 metros cuadrados que ha ampliado un 50% la superficie disponible con anterioridad, 18 boxes individuales que dejan atrás 16 camas distribuidas en un espacio diáfano y 2,5 millones de euros para dar respuesta con las «máximas garantías de calidad, confort e intimidad», según el SAS, no han solucionado las carencias que nada más entrar en la zona saltan a la vista.

En la unidad de Aislamientos, con capacidad para cuatro enfermos inmunodeprimidos que son los que más asepsia e higiene precisan, hay un control muy pequeño sin fregadero ni lavabo donde preparar la medicación y desde el que no se puede vigilar a los niños porque uno de los boxes queda completamente fuera del campo visual, como puede verse en la siguiente imagen.

Desde el control queda fuera del campo visual uno de los boxes ABC

Dentro de ellos, los lavabos son pequeñísimos y no hay agua caliente para lavar a los enfermos por lo que el personal tiene que salir a otra unidad a cogerla. Tampoco hay timbre de emergencia , ni vertedero ni lugar en el que los profesionales puedan lavarse las manos antes de vestirse adecuadamente para atender a los niños de tal forma que han de ir a otra unidad y recorrer un trayecto que poco ayuda a conseguir la asepsia debida.

En las dos siguientes unidades, los pacientes ya no tienen ni lavabos en sus respectivas estancias. Hay uno solo en el centro de la zona común. El vertedero, en una sala de apenas dos por tres metros, es común también a estas dos unidades y tiene un minimostrador para preparar la medicación. En esta área tampoco hay timbre de emergencia y pueden verse dos salas llenas de aparatos y material utilizadas como almacén. Una de ellas es la denominada sala de procedimiento a la que llegan en un primer momento los pacientes más graves.

En esta zona también está la sala en la que el personal come y descansa. El espacio y la mesa indica que, sin holgura, caben cuatro personas y hay unos 14 trabajadores, sin contar a los médicos, los cuales tienen otra sala exclusiva para ellos de mayor tamaño. Para acceder al área de descanso de los trabajadores hay que pasar por el denominado almacén de grandes volúmenes.

La última y cuarta unidad es la de cuidados intermedios. Allí hay boxes ocupados por niños crónicos e infectados que precisan aislamiento. También dispone de un lavabo común para el aseo de los pequeños y el frigorífico para su medicación y la alimentación brilla por su ausencia de modo que los sanitarios han de ir a otras unidades separadas de ésta por dos puertas con códigos y un rellano al que da una escalera, un ascensor y una zona de estancia para los familiares.

Luego, en el pasillo de las habitaciones de los médicos hay un pequeño vertedero en el que solo cabe el carro de la limpiadora lo que obliga al personal de Enfermería a salir a otras unidades. Por último, el espacio dedicado a la lencería y la farmacia, es muy pequeño y está dispuesto de forma improvisada.

El personal sanitario está indignado y urge medidas para poder desarrollar su trabajo en óptimas condiciones.

La zona de urgencias

Pasillo de urgencias por el que pasan enfermos, familiares y personal sanitarioABC

La zona de Urgencias del Infantil presenta en algunas estancias un un aspecto lamentable. Además de la falta de luz y el calor que se percibe nada más entrar, dando al servicio un aspecto lúgubre hay sitios como el denominado cuarto de «limpieza» en cuya antesala se apilan bolsas de basura y la higiene de los azulejos de paredes y la solería brilla por su ausencia.

En uno de los corredores que conecta las distintas áreas del servicio por la que pasan padres, niños enfermos y personal sanitario las paredes están llenas de parches de pintura .

Si miramos al suelo se junta la solería de mármol o terrazo con la de plástico o sintasol y en los baños se especifica en un folio pegado a la puerta con escritura a mano quienes son sus destinatarios y «recoger llave en Observación».

Por otra parte, y entre otros aspectos que llama la atención además de las quejas de los padres por la tardanza de las pruebas de los pequeños, está el abandono, suciedad y desorden de una estancia que sale de unos corredores en la que hay un ascensor destinado a mercancías con los cristales de las oxidadas y sucias puertas, rotos.

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