Sevilla

Las naranjas de la reina Isabel II son del Alcázar de Sevilla

De los árboles del Jardín de los Poetas y del Jardín del Marqués de la Vega Inclán van a parar a manos de la monarquía británica

Luis Ybarra Ramírez

Fue a causa de la unión entre Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg. Con su matrimonio, a través del cual se estrecharon los lazos entre las coronas de España y de Reino Unido, se inició una tradición a principios del siglo XX que más tarde se perdió y que, en la actualidad, se ha recuperad o: el envío de naranjas de los Alcázares a la casa real inglesa. En la nueva costumbre, se ha incorporado en los destinatarios a la realeza española. Ambos países, gracias al interés del embajador británico, Hugh Elliot, el verdadero promotor, y con la ayuda del cónsul en Sevilla, Joe Cooper, parecen unidos otra vez por esta despensa ilustre que traspasa fronteras por la lengua.

El primer envío desde que estos desaparecieran en plena convulsión política y social el pasado siglo se realizó en 2019. El segundo, a principios del mes de enero, lo que nos permite asegurar que en palacio no ha faltado la mermelada durante el confinamiento . También que les ha gustado, pues, según comenta Manuel Hurtado, jefe de Unidad de Actividades del Patronato, «nos respondieron con una cariñosa carta de agradecimiento. Es muy bonito que algo que cesó durante bastantes décadas vuelva tiempo después. No había motivo para no hacerlo de forma anual. Van de aquí a Madrid y de Madrid directas a Buckingham» . Los jardineros que mantienen en buen estado la flora, observando desde los parterres, cogieron este invierno las que tenían mejor aspecto. Después, en la tienda, «las envolvieron con cuidado, colocándolas en unas hermosas cajas envueltas de papel. Nosotros les ofrecemos las naranjas y ya después ellos se encargan de hacer la mermelada», explica Hurtado.

Rama con naranjas ABC

El Alcázar abrió sus puertas entrados en la tercera fase de la desescalada para todos los andaluces, aunque las visitas, previsiblemente, aumentarán con el paso de los días llegada la «nueva normalidad». Esta historia, por su parte, se ha postulado como un motivo más para acudir al monumento. Una curiosidad que ha generado interés, ya que sus localizaciones son exactas: «En el Jardín de los Poetas y en el Jardín del Marqués de la Vega Inclán , que son las zonas más espaciosas, están los naranjos que surten desde ahora a la reina Isabel II, y también a nuestros reyes. Claro que se pueden ver. Este, de hecho, es el árbol más numeroso que tenemos en un entorno con la vegetación tan abundante como este. Su belleza varía según la época del año, pero desde luego no hay meses malos», aclara.

Orígenes remotos

Aquel pregón de Vallejo que presume de naranjas que son de la China no miente. Su origen está allí. Más cerca, quizá, de Vietnam y de Camboya. Ya se encargaron los musulmanes más tarde, en el siglo IX, de introducirlo en la península Ibérica. Y así impregnaron para siempre las murallas que tocamos en estas líneas. En el Jardín del Cenador de la Alcoba se halla el ejemplar más longevo de toda Europa . Hace casi 600 años que el rey D. Pedro lo plantó y allí sigue, con la madera manchada de historia, siendo testigo directo de aquello que acontece en un lugar similar al paraíso y rodeado, además, de 30.000 ejemplares de su misma especie. Esta es la cifra de los que datan en Sevilla, que en determinadas épocas del año conversan unos con otros y nos embriagan en su charla. El resultado parece claro: 600.000 kilos anuales a pie de calle y un aroma que provoca sinestesia.

Existen múltiples versiones sobre la inclinación de Gran Bretaña por este producto que ha cruzado continentes y enraizado culturas. La más curiosa, tal vez, es la que nos explica que lo compraban para combatir al escorbuto : vitamina C. Su devoción ha llegado intacta hasta hoy.

Rey Alfonso XIII

Sea como fuere, hasta aquí nos ha traído un gesto de Alfonso XIII , quien contrajo matrimonio en mayo de 1906 con la princesa británica Victoria Eugenia de Battenberg , nieta de Victoria I y sobrina de Eduardo VII. Ambos pasaron largas estancias en el Alcázar. Construyeron, por ejemplo, una pista de tenis de hierba para practicar un entonces novedoso deporte . Raqueta en mano, unas imágenes de archivo demuestran esta anécdota de la que se evidencia lo que está documentado: ese vergel fue su hogar y desde él exportaron pequeñas dosis de Sur encerradas en cáscara. El fabricante que elaboró la mermelada más allá del Canal de la Mancha fue Wilkins & Sons, la misma empresa que hoy se encarga de importar 500 toneladas desde Sevilla y que desde 1911 se ha mantenido como la proveedora oficial de la monarquía británica.

Este nuevo lazo tiene el color del sol y de la tarde. Nace entre verdes ramas, explota por marzo en mil olores que son uno y en la estación más fría se desgaja para convertirse en el fruto amargo de noble destino que en realidad es . A lo mejor, el líquido que se desprende de su interior, tras el Brexit, como ya sucedió en el pasado, sirva de ungüento en las futuras relaciones comerciales.

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