Salud
Nace el primer equipo sevillano de dragon boat compuesto por supervivientes al cáncer de mama
18 mujeres competirán esta semana en el Campeonato Europeo de Clubes que se disputarán en aguas del Guadalquivir
El río Guadalquivir ha resultado ser la mejor medicina para un grupo de 18 mujeres luchadoras que se enfrentaron a su destino y le plantaron cara a un diagnóstico temible. Después de ganarle la batalla a la enfermedad, esta semana están dispuestas a colgarse otra medalla, de un metal más terrenal, compitiendo en el XVIII Campeonato de Europa de Clubes , que se celebra en Sevilla a partir de este jueves y hasta el domingo. Estas palistas conforman el primer equipo sevillano BSC (son las siglas en inglés para definir a las supervivientes de cáncer de mama) de la disciplina deportiva de Dragon Boat.
Esa especialidad deportiva de origen chino ha funcionado como el mejor de los ansiolíticos que meses atrás se vieron obligadas a tomar para poder dormir y paliar las secuelas de un proceso oncológico duro. Rocío, María del Carmen o Lola le han dado sentido a aquella idea que nació el pasado 4 de febrero, cuando coincidiendo con el Día Internacional contra el Cáncer , se lanzó por redes sociales una búsqueda de voluntarias.
Una de las promotoras y actual presidenta de la asociación BSC Sevilla, Ángeles del Valle , recordaba este martes cómo su hermana, Rocío del Valle, la animó el año pasado a que se enganchara a subirse a una embarcación de dragon boat cuando regresó con el resto de integrantes de la selección de la Pablo de Olavide del mundial de universidades de China, donde los sevillanos se trajeron varias medallas. «En septiembre concluí mi tratamiento y empezamos a movernos. Nos dimos cuenta que se iba a celebrar un mundial en Sevilla y que no había un equipo de BSC y empezamos a buscar valientes».
La media de edad del equipo es de 50 años. Algunas hacía más de un cuarto de siglo que no practicaba deporte y en menos de un año van a competir en un europeo
En este punto de esta historia que habla de esfuerzo, transformación y toneladas de esperanza, entra a jugar un papel fundamental el Club de Piragüismo Triana , que les cedió las instalaciones y sus embarcaciones para que esa tripulación soñada acabara entrenando tres días a la semana en el río Guadalquivir .
El equipo hoy es una realidad y este martes se presentaba en el hospital Quirón Sagrado Corazón , que ha apostado por estas mujeres convirtiéndose en su patrocinador. Pala en mano y sin esconder ni un ápice de la ilusión de quien se sabe principiante, estas mujeres quieren ser ejemplo para otras tantas «que están pasando por el duelo de la enfermedad y no tienen ilusión». Su equipo está abierto a todas ellas y no hay limitaciones, salvo las que se impone cada una.
La media de edad del grupo se sitúa en los 50 años. Algunas hacía 25 ó 30 años que no practicaban ninguna actividad; la mayoría no se había subido a una piragüa en su vida y en menos de 12 meses de aprendizaje van a competir en su primer europeo. Además han tenido que palear contra viejos consejos médicos que no recomendaban el ejercicio físico después de una mastectomia ante el riesgo de linfedema. «Los beneficios del deporte son muchos. La actividad física eleva los niveles de endorfinas y nos aumenta el umbral del dolor. Ganamos en masa muscular, en capacidad pulmonar, pero sobre todo es el mejor antidepresivo», detalla Mercedes Prieto, médico, paciente y palista a tiempo parcial.