Día Mundial del Alzheimer: el reto del diagnóstico precoz
Hoy se celebra el Día Mundial del Alzheimer, «una enfermedad de larga duración, 24 horas al día y 365 días al año»
El 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, evento instituido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y auspiciado por Alzheimer’s Disease Internacional (ADI) en 1994. «El Alzheimer es una enfermedad de larga duración, 24 horas al día y 365 días al año. Esto no le entra a la gente, pero el que lo sufre, lo sabe. Como los enfermos suelen tener gran calidad de vida porque los familiares se dejan la piel por cuidarlos, llega un momento que les llega la sobrecarga a los cuidadores», dice la vicepresidenta y psicóloga de la Asociación Alzheimer Santa Elena, María de las Aguas Toro Guillén , centro que atiende a unas 200 familias sevillanas.
«Las familias normalmente acuden al centro o llaman por teléfono ( 954 275 421 ) para preguntar de todo: “ha fallecido mi padre, cómo se lo digo a mi madre”, “acaban de diagnosticar a mi padre qué hacemos”... Lo primero que necesitan es información. Es cierto que hay más difusión a través de internet, pero ellos lo único que quieren es una información más especializada y sobre todo personalizada. Las familias salen del neurólogo con un diagnóstico, pero este no se para a explicarles qué es la enfermedad. Por eso acuden a la asociación, para saber qué hacer», afirma.
Para la psicóloga, «las consultas suelen ser por alteraciones de conducta ya que cada fase de la enfermedad tiene sus necesidades. Para que entiendan que lo que ocurre es algo normal, que no solo es pérdida de memoria o capacidades cognitivas, porque a lo mejor aparecen alteraciones de conducta como agresividad física o verbal. No es un trastorno psiquiátrico nuevo, sino que puede venir acompañada la enfermedad de estas alteraciones».
A diferencia de otros meses de septiembre, ahora hay menos consultas «porque la gente tiene miedo con el tema del Covid . Al no poder llevarlos a centros y talleres, por estar cerrados, ha bajado el ritmo. Para las familias el confinamiento con un enfermo de Alzheimer ha supuesto un palo muy duro. Cuando nos cerraron el centro de día por el estado de alarma todos los usuarios quedaron en casa, con lo que ello supone», añade.
«Cuidar al cuidador»
«Cuando hablamos de que hay que cuidar al cuidador nos referimos precisamente a que el familiar es el primero que necesita también atención. No solo apoyo psicológico, sino también asesoría jurídica , saber cuáles son los recursos sociales, y cómo poder afrontar la enfermedad desde todas las perspectivas». «Muchas veces a quien cogen más manía es al cuidador principal, porque aparte de ser la persona de seguridad del enfermo, es también la que más lo limita y discute con él... En el estadio inicial el enfermo sabe que algo le ocurre, ellos no ponen la etiqueta, pero si sabe que hay algún fallo de memoria que intentan tapar. Lo fundamental es mucha rutina, planificar el día, que el enfermo siga teniendo actividades...», concluye.
El Alzheimer es un tipo de demencia, una de las más frecuentes, pero un tipo de demencia que a veces es muy difícil diagnosticar. Para ello, tener una imagen que te ayude al diagnóstico en estadios tempranos es un avance muy importante.
Para la doctora Blanca González-Gaggero , jefe de servicio de Medicina Nuclear y PET-TC del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla, «En nuestro servicio disponemos de un PET-TC desde el año 2012, que es un equipo híbrido donde se suma la imagen funcional con la anatómica. El desarrollo de los equipos PET ha supuesto un gran avance médico, puesto que los equipos PET mejoran la calidad de imagen respecto a las gammacámaras tradicionales , pero además la industria farmacéutica nos está aportando nuevas moléculas para el estudio de diferentes patologías. Y esto es el caso de la β-amiloide para el diagnóstico precoz de la enfermedad de Alzheimer».
«En el diagnóstico de este tipo de demencia lo fundamental va a ser el deterioro cognitivo, pero desde el año 2011 entre los criterios diagnósticos se incluye unos biomarcadores (marcadores biológicos) entre los que se incluye la presencia de β-amiloide en la imagen de PET. La β-amiloide es una proteína que en la enfermedad de Alzheimer se va a ir depositando extracelularmente durante muchos años, ocasionando un daño neuronal, y finalmente la clínica de demencia . Con los estudios PET de β-amiloide obtendremos una imagen que confirme o descarte la presencia de placas de β-amiloide a nivel cerebral, antes de que aparezca la clínica. Este diagnóstico temprano permitirá al médico clínico actuar de forma más precoz intentando frenar la aparición de nuevos depósitos».
Futuro esperanzador
Las indicaciones para la realización de los PET de B-amiloide son aquellos pacientes con deterioro cognitivo inicial, persistente o progresivo, en pacientes con deterioro cognitivo atípico, en deterioro cognitivo de inicio temprano (antes de los 65 años) y para el diagnóstico diferencial con otras enfermedades neurodegenetarivas. Además nosotros también estamos participando en ensayos clínicos para la monitorización de la respuesta de nuevos fármacos en desarrollo. Por último comentar que todavía no está aprobada, pero se está desarrollando otra nueva molécula para estudios de PET, la Tau, que será un biomarcador de daño neuronal, permitiendo obtener una imagen que identifique las áreas cerebrales que con daño neuronal.
La doctora Julia Montañés , radio oncóloga en el servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, «actualmente hay un ensayo abierto desde 2018, que aunque está a punto de concluir, todavía no hay resultados definitivos en cuanto al control de la enfermedad en fases iniciales del alzehimer con dosis bajas de radioteriapia». «Parece que la radiación, que sería en todo el cerebro, actuaría a nivel de las proteínas beta-amiloide que se depositan en el cerebro, produciendo una respuesta inmunitaria que haría que el organismo reconociera como extrañas dichas placas y las destruyera», afirma.
«Parece que no solo pararía la evolución de la enfermedad, sino que incluso habría una regresión y podría desaparecer la enfermedad. No hay resultados aún pero es muy esperanzador, además técnicamente es fácil de administrar y no acarrearía otros efectos secundarios a los pacientes. Puede ser una magnífica opción de tratamiento para una enfermedad para la que hasta ahora no hay prácticamente tratamiento. Iría dirigido a pacientes ya diagnosticados y preferiblemente en fases iniciales de la enfermendad», concluye.
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