Régimen de visitas
Una mujer, defendida por el juez Serrano, desobedece tres fallos judiciales e impide a un padre ver a su hijo
Un juzgado de Primera Instancia de Sevilla acordó en 2017 un régimen de visitas de una hora a la semana en la tarde de los miércoles y en presencia de la madre, que no se ha cumplido ni una vez
Jesús Bernabé, un sevillano de 44 años, se siente « un maltratado por las leye s», pues, pese a contar con tres fallos de órganos judiciales de distintas instancias , el último del Tribunal Supremo, no puede ver a su hijo , que ahora tiene nueve años, porque su expareja, que precisamente trabaja en el ámbito judicial, incumple dichas resoluciones.
Este hombre mantuvo una relación de casi dos años con la madre de su hijo, que nació en marzo de 2010 . Si bien, rompió con ella antes de que ésta diera a luz. Según ha trasladado el varón a este periódico, durante los primeros 18 meses de vida del niño pudo verlo acercándose a casa de ella en un pueblo de la Sierra Norte, donde él también tiene familia y pasa muchos fines de semana. Además, le pasaba una pensión alimenticia, algo que fue reconocido por un juez.
Pero antes de que el niño cumpliera los dos años la madre decidió que su padre no viera más al niño. Y así hasta ahora. Pese a las reticencias iniciales a abrir una vía judicial contra la madre de su hijo, Bernabé, defendido por el despacho Garoña Abogados, interpuso en mayo de 2016 una demanda contra su expareja , cuyos intereses defiende el despacho del juez, abogado y dirigente de Vox, Francisco Serrano .
En sentencia de 24 de marzo de 2017, el Juzgado de Primera Instancia número 17 de Sevilla acordó que la patria potestad , que la madre quería retirarle a su expareja, sería conjunta , aunque la ejerciera exclusivamente ella, quien además tendría la guarda y custodia de la menor.
Ni una hora al día
La madre pidió privar de la patria potestad del niño a Bernabé. A este respecto, el juez señaló que el «no cumplimiento de sus deberes inherentes a la patria potestad viene sustentado por la negativa de la madre al mantenimiento de las relaciones paternofiliales , así como por la incapacidad para su ejercicio adecuado del padre debido a un consumo de estupefacientes, ya superado». La madre, que ya rehizo su vida con otro hombre, señaló en el acto del juicio que el papel de padre lo ejercía su actual pareja. Para el juez, el padre no se desentendió de su hijo absolutamente, pues hay constancia de que la pasó 250 euros de pensión durante unos meses y mostró preocupación por cuestiones escolares del menor.
Asimismo, estableció una pensión alimenticia de 200 euros . Para ello y después de que la mujer cerrara la cuenta bancaria del niño en la que el padre iba a ingresarla, Bernabé tuvo que abrir una cuenta en una notaría para tal fin.
Del mismo modo, el juez acordó un régimen de visitas , en base al cual Bernabé estaría con su hijo, en presencia de su expareja, una hora al día los miércoles de cada semana durante un año. Pasado este tiempo, sería dos horas cada miércoles en presencia de la abuela paterna.
El objetivo: ver a su hijo
Cuando llegó el primer miércoles fijado por el juez para poder ver a su hijo, su madre no atendió a las llamadas, ni a la carta certificada que le remitió el varón por ese asunto. No pudo ver al niño ni ese miércoles ni ningún otro día. « No se ha cumplido ni una sola vez », ha lamentado este varón.
Este fallo fue confirmado por la Sección Segunda la Audiencia Provincial de Sevilla . Y este mismo año 2019, el Tribunal Supremo ha inadmitido a trámite el recurso presentado por el despacho de Francisco Serrano. Pese a todo, Bernabé sigue sin poder ver a su hijo, su verdadero objetivo.
Bernabé y su abogado, Francisco Garoña, que trabajan en la creación de una asociación de padres maltratados , han anunciado a este periódico que ante el incumplimiento reiterado de la madre de lo dictado por los órganos judiciales en la vía civil van a acudir a la jurisdicción penal ante lo que consideran un delito de desobediencia a la autoridad judicial , precisamente por parte de una profesional del ámbito.
Abogado y cliente coinciden en señalar que el propósito de la madre es dilatar este proceso para que el niño alcance los doce años y pueda ser escuchado por un juez en este asunto. « La situación es de locos », ha concluido Jesús Bernabé.
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