TRIBUNALES
Una mujer acusada de mentir en una denuncia de malos tratos, desenmascarada por su «testigo»
La Fiscalía rebaja la petición de pena de cárcel a multa para la procesada, quien ya fue condenada en 2012 por mentir en siete denuncias contra su exmarido
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Por tercera vez, el juzgado de lo Penal número 14 de Sevilla iba a intentar celebrar este martes el juicio contra una mujer acusada de formular una denuncia falsa por malos tratos contra su expareja. En el primer señalamiento, la denunciada cambió de letrado en el último momento; el pasado mes de julio alegó enfermedad para no comparecer en sede judicial y este martes parecía que se iba a repetir la historia. Pero esta vez, fue la vencida.
Raquel V. B. se sentaba en el banquillo de los acusados, nuevamente, por formular una denuncia falsa contra su exmarido, quien llegó a pasar once meses en prisión por supuestas agresiones a su exmujer que después se demostraron que no eran ciertas y que fueron objeto de otro procedimiento ya resuelto.
Los antecedentes de esta procesada con el uso partidista de la Justicia se remontan a 2012, cuando fue condenada a 20 meses de prisión por presentar hasta siete denuncias falsas. Sin embargo, Raquel V. B. no entró en la cárcel porque le suspendieron la ejecución de la pena al ser inferior a dos años (24 meses).
En esta ocasión, Raquel no se enfrentaba sola a la juez, le acompañaba en el banquillo el supuesto testigo que había corroborado ante la Policía y en la fase de instrucción, que la acusada había sido golpeada y tirada al suelo en una plaza de Sevilla Este.
Pero este amigo de la procesada se desdijo de lo esencial de su declaración. Negó haber visto a un hombre de las características físicas del exmarido junto a la acusada cuando se produjo la supuesta agresión. Algo que afirmó en 2011, cuando se presentó la denuncia. También reconoció que nunca vio un coche con la misma matrícula que tiene uno de los vehículos del supuesto maltratador saliendo a toda prisa del escenario de los hechos. En definitiva, declaró rotundamente: «Que no vi nada» .
«Yo sólo quería ayudar»
«Yo sólo la vi en el suelo y fui a ayudarla. Ella me dijo que dijera que había visto una matrícula concreta». Al concluir la vista oral, se digirió a la juez para pedir perdón. «Yo creía que estaba ayudando a una mujer maltratada y yo estoy muy en contra de eso. Por eso dije lo que dije. Lo siento mucho por lo que he podido ocasionar».
Antes que él, declaró Raquel V. B. quien se ratificó en su denuncia y no se movió un ápice de ella. Aseguró que el 11 de mayo de 2011, sobre las diez de la noche, se encontró a su exmarido en la calle y éste la zarandeó, le dio una patada en el estómago y la tiró al suelo.
«Yo no quería denunciar, pero me convenció él», señalando al otro acusado, quien desmentiría esa versión poco después.
No sólo fue el testimonio de su compañero de banquillo, las dos forenses que analizaron sus lesiones tampoco ofrecieron una declaración que soplara a favor de la supuesta víctima de malos tratos. Presentaba unos arañazos que no cuadraban con el relato de la agresión. «Decía que había recibido golpes en la espalda y una patada en la barriga, pero no tenía ninguna lesión en esas zonas», afirmaba este martes una de las profesionales.
Por su parte, el exmarido presentó hasta cuatro testigos que ratificaron lo que habían testificado en 2011: que el supuesto agresor estaba a esa hora en Umbrete, en las obras de reforma de su casa.
Sobre qué pudo mover a su exmujer para denunciarle, José Antonio Santos explicó que por esas fechas él había acudido a los tribunales también para denunciarla por incumplimiento del régimen de visitas del hijo que tienen en común. « Quizás lo hizo en venganz a por aquello». Durante su declaración también confirmó que a finales del año pasado, su exmujer había presentado una nueva denuncia, la novena, contra su persona.
De cárcel a multa
A pesar de que el juicio no iba de cara para la acusada, finalmente la Fiscalía ha rebajado la petición inicial de pena. Antes de celebrarse el juicio solicitaba un año y medio de cárcel y al final fijaba una petición de 15 meses de multa a razón de nueve euros diarios. Considera que el supuesto testigo y también procesado no ofreció un falso testimonio, sino que alteró los hechos, ya que nadie niega que la mujer estuviera en el suelo. Una matización «que también es de aplicación» para Raquel V. B. porque fue la persona que presentó ante la Justicia la declaración de su amigo como material probatorio.
La acusación particular mantuvo la petición de pena de cuatro años de cárcel para ella por los delitos de falso testimonio y simulación de delito y doce meses de prisión para él.
Este martes la sombra del aplazamiento ha vuelto a posarse sobre el caso. En un primer momento, se informó a las partes que a la acusada no le habían notificado la nueva citación (su nuevo letrado aseguró que no había hablado nunca con su representada), pero la juez había dictado una orden de búsqueda y, pasado el mediodía, Raquel V. B. llegaba a los juzgados acompañada de su pareja y su hijo de corta edad, al que usó de parapeto para impedir que los fotógrafos y cámara la grabaran.
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