TRIBUNALES
Un muerto retrasa el juicio en el que se decidirá si Salas es «culpable» del concurso de Contsa
La Fiscalía reclama 20,8 millones a Laffore, por lo que sus herederos tendrán que decidir si renuncian a su herencia

La muerte en 2014 de Fernando Laffore, apoderado de Contsa , está retrasando la celebración del juicio tras el cual el juez mercantil 1 de Sevilla, Eduardo Gómez , decidirá si él y José Salas, propietario de la empresa, agravaron la situación de insolvencia de la compañía. La Fiscalía reclama a Laffore 20,8 millones de euros en concepto de daños y perjuicios pero como falleció en Rumanía sus herederos tendrán que enfrentarse a esa denuncia ahora y anunciar en el Juzgado Mercantil si renuncian a la herencia, lo que les liberaría de tener que afrontar cualquier reponsabilidad económica si tras el juicio resulta condenado este apoderado de Contsa.
La Fiscalía calificó de «culpable» el concurso de acreedores de Contsa Corporación Empres arial , solicitando la inhabilitación de José Salas para administrar bienes ajenos y entidades mercantiles, y para representar a terceros durante 15 años. Asimismo, reclamó que se decretera la pérdida de cualquier derecho que tenga en la masa o contra la masa y reclama que devuelva lo indebidamente obtenido o recibido de la masa activa. En este sentido, pidió que se le condenara al pago total a los acreedores del déficit patrimonial, cifrado por la administración concursal en 87,3 millones de euros, así como a la indemnización de los demás daños y perjuicios.
Además, el Ministerio Público exige a varios «presuntos» cómplices de Salas que devolvieran los bienes o derechos obtenidos indebidamente en Contsa, así como que pagaran indemnizaciones por daños y perjuicios. A Fernando Laffore Cabo le reclamaba 20,8 millones más 1,5 millones por intereses; y 200.000 euros a Manuel Herrera Reina y Encarnación Delgado Castilla ; y otros 200.000 euros a Francisco Ramón García Zamudio .
Si los herederos de Laffore no quieren tener que enfrentarse a la reclamación de daños y perjuicios, éstos tendrán que renunciar a su herencia. El apoderado de Laffore, que captó ingentes cantidades de dinero para Contsa a cambio de rentabilidades que oscilaban entre el 5 y el 45%, falleció en Bucarest (Rumanía) en septiembre de 2014, pocos días antes de que fuera detenido en el aeropuerto de Málaga. Según fuentes consultadas por ABC, él quería declarar como testigo en el Juzgado de Instrucción 17 de Sevilla, que invesrtigaba entonces la estafa piramidal que atrapó a 1.600 inversores. Al llegar el 31 de agosto de 2014 al aeropuerto de Málaga fue detenido porque pesaba sobre él una orden de busca y captura del Juzgado de Instrucción 2 de Rota . Durmió una noche en los calabozos y el 1 de septiembre pasó a disposición judicial, declarando sobre el presunto uso irregular de una vivienda que era de Contsa en la urbanización Costa Ballena. Viajó a Sevilla y cuando volvió a Rumanía, donde falleció poco después de llegar.
En su declaración ante el tribunal que está juzgando en la Audiencia de Sevilla esta estafa piramidal, Salas ha echado la culpa de todo a dos empleados muertos: su hermano Rafael, que perdió la vida en extrañas circunstancias en 2008 y al que hace responsable de la contabilidad de Contsa, y a Laffore. Ahora, los herederos de Laffore tendrá que decidir si renuncian a su herencia si no quieren tener que enfrentarse a la demanda de la Fiscalía, que reclama 20 millones de euros a este apoderado de Contsa.
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