Entrevista
«Monteseirín cerró el Equipo Quirúrgico y María Jesús Montero dio la orden de demolerlo. ¡Y los dos eran médicos!»
El cirujano Felipe González Márquez, que fue subdirector del centro sanitario municipal que ae ahora pretende construir de nuevo el Gobierno andaluz, almacena en su memoria todo lo ocurrido
«Antes diagnosticábamos con el ojo clínico, sin ningún aparato, y casi nunca nos equivocábamos»

Felipe González Fernández estudió Medicina en la Universidad de Sevilla, se formó como cirujano en la clínica Puerta de Hierro de Madrid y aprobó en 1968 las oposiciones a " médico de beneficencia" convocadas por el Ayuntamiento de Sevilla para atender ... a pobres de solemnidad y personas residentes en la capital que no habían cotizado nunca a la Seguridad Social. González trabajó en el Equipo Quirúrgico Municipal, un edificio de dos plantas inaugurado en el Prado de San Sebastián en 1927, desde 1968 hasta 1975, cuando se trasladó junto con el resto de sus compañeros a un nuevo y flamante edificio de seis plantas situado frente a los Jardines de Murillo, que sería derribado por la Junta de Andalucía en 2008 y sobre cuyo solar, en el que sólo permanece ahora un ficus, el Gobierno PP-CS planea construir un nuevo inmueble sanitario con el mismo número de plantas. Felipe González Fernández fue subdirector del Equipo Quirúrgico y director en funciones antes de su cierre y bajo su mando estuvieron los 160 profesionales que hicieron de él un centro especialmente apreciado por los sevillanos por su excelente servicio de Urgencias.
¿Recuerda cómo fue el final del Equipo Quirúrgico Municipal?
Lo recuerdo muy bien porque lo viví en primera persona. Se cerró en 2006 siendo alcalde de Sevilla Alfredo Sánchez Monteseirín y consejera de Salud de la Junta de Andalucía, María Jesús Montero. Dos años después vino una empresa navarra especializada en derribos y lo tiró abajo. No quedó ni una piedra.
¿Cómo era ese edificio que se echó abajo en una zona muy céntrica de Sevilla?
De gran calidad y con unos 30 años de antigüedad. Tenía una magnífica estructura de hormigón y metal y seis plantas, incluyendo un sótano con todos los servicios: cocina, mortuorio, salas de mantenimiento, aparatos de climatización y un depósito de cadáveres. En la primera planta estaban las Urgencias con un laboratorio y Radiología. La segunda planta tenía un salón de actos y dormitorios para el personal de guardia. La tercera era toda de quirófanos, cuatro en total, con una sala de espera y una sala de esterilización. Y había otras dos plantas más de hospitalización, cuarta y quinta, con 15 habitaciones de dos camas en cada una. En el ático del estaba prevista una capilla pero al final no se hizo porque los consejeros municipales eran muy de izquierdas.
¿De izquierdas? ¡Pero si aún no había muerto Franco!
Pue era así. Algunos eran anticlericales y se quitaron de allí al capellán que teníamos en el edificio antiguo del Equipo Quirúrgico que se terminó de construir en 1927, dos años antes de la Exposición Iberoamericana. El párroco de San Bernardo iba allí a decir misa.
En 1978 sí había concejales comunistas gobernando el Ayuntamiento. ¿De quién dependía la sanidad municipal?
Precisamente de uno de ellos, Amparo Rubiales, que fue la concejal de Sanidad en esa primera Corporación democrática. Recuerdo que nos reunió a todos los médicos y demás trabajadores del Equipo Quirúrgico y nos dijo que lo importante era la promoción de la salud, no la asistencia sanitaria o las especialidades. Nos dijo que dejáramos de hablar de médicos de la beneficencia y que habláramos a partir de ese momento de sanidad municipal. En realidad lo que quería era quitársela de en medio pero supongo que, como mujer inteligente que era, atisbaba que iba a ser un gran lío y se lo traspasó a un ferroviario, también comunista. Luego le tocó a José Villa, un alto funcionario de Cultura que llegaría a ser secretario de Jesús Aguirre, duque de Alba, en su época de comisario de la Expo92. Villa cerró la maternidad municipal que había en el antiguo Pabellón de Méjico y se la llevó al Equipo Quirúrgico.
¿Cuántas personas llegaron a trabajar en el Equipo Quirúrgico?
Unas 140 personas. Atendíamos las Urgencias las 24 horas todos los días del año y prestábamos asistencia y operábamos a todas las personas incluidas en el llamado Padrón de Beneficencia, que nunca habían cotizado a la Seguridad Social. El Hospital de San Lázaro, que dependía entonces de la Diputación, hacía lo mismo que nosotros pero con los residentes en la provincia. Sólo Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Bilbao y Valencia tenían centros sanitarios de beneficencia que completaban las denominadas "casas de socorro", que en el caso de Sevilla capital eran cuatro o cinco en distintas zonas, entre ellas, Nervión, Casco Histórico y Triana.
Esas "casas de socorro" municipales duraron poco en democracia...
Las cerró Manuel del Valle, entonces alcalde, en aplicación de la Ley General de Sanidad de 1987 que declaró una asistencia universal y gratuita. Se quitó la asistencia sanitaria a todos los ayuntamientos de grandes capitales y diputaciones, con lo cual desaparecieron los padrones benéficos. A todo el mundo se le dio la cartilla y nosotros nos quedamos sin enfermos del padrón de beneficencia y nos quedamos solo para las urgencias.
¿Cuántas especialidades médicas atendían en el Equipo Quirúrgico?
Éramos como un hospital y cubríamos Aparato Digestivo, Oftalmología, Otorrinolaringología, Dermatología, Neurocirugía, en fin, muchísimas especialidades. Por la llamada Ley de Incompatibilidades, que se aprobó años después de la Ley de Sanidad, la mitad de los médicos, enfermeros y ATS del Equipo Quirúrgico dejaron el Ayuntamiento y optaron por la Seguridad Social. Y con el personal que quedó solo se pudieron cubrir las Urgencias, de modo que se cerraron las dos plantas de hospitalización y se metieron allí servicios de salud laboral y consultas de accidentes de trabajo.
El Equipo Quirúrgico tenía por entonces el láser más avanzado de España para operar desprendimientos de retina.
Sí. El doctor Barranco, que era una eminencia, convenció al Ayuntamiento de la conveniencia de contar con ese equipamiento. Pero teníamos, además, un hospital quirúrgico, con sus cuatro quirófanos, su área de Radiología y Laboratorios que podía aprovecharse. Queríamos evitar su cierre a toda costa por el bien de la ciudad.
Un grupo de profesionales sanitarios luchó para evitarlo. ¿Cómo recuerda esa lucha?
Nosotros ya habíamos visto las intenciones del Ayuntamiento, pese a que se había llegado a un acuerdo con el SAS para que la Junta se hiciera cargo de todo el material fungible (suturas gasas, vendas, alcohol, medicinas de Urgencias, oxigeno, incluido la luz y la calefacción. Esto se hizo para salir del paso pero como vimos que el Ayuntamiento no quería pagar las nóminas de los sanitarios, un grupo de profesionales planteamos que se le ofreciera un concierto en condiciones al SAS para operar allí a cupos de enfermos y aligerar las listas de espera, como se hacía el Pabellón Vasco. Era una buena idea que hubiera evitado su cierre y rogamos muchas veces al Ayuntamiento que aprovechara el edificio y a sus profesionales.
¿Y qué ocurrió?
Por entonces el alcalde era Alejandro Rojas Marcos (PA) y la sanidad le tocó a Alberto Jiménez Becerril (PP). Hablamos con él y le pareció muy buena idea, aunque nos dijo que el el SAS, que estaba en manos del PSOE. debía aceptarlo. Unos meses después ETA asesinó a Alberto, lo que fue un mazazo para todos nosotros; y el convenio finalmente no se hizo. Seguimos algunos años más con las Urgencias.
Entonces ya era alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín.
Y fue él en 2005 quien nos comunicó que lo iba a cerrar. Nos aseguró que la sanidad municipal no tenía razón de ser y que se iban a crear unos centros periféricos de promoción de la salud donde se recolocarían a los profesionales para dar charlas en los barrios. En 2006 se cerró.
¿Usted se jubiló cuando lo cerraron?
-Sí, yo era el último cirujano que quedaba. Y sólo dos anestesistas, que estuvieron haciendo análisis preoperatorios para funcionarios municipales. En los últimos años sí pude hacer cirugía menor y operé muchas verrugas y melanomas que me mandaban del Pabellón Vasco, pero no hubo concierto general con el SAS, que es lo que hubiera salvado el edificio, dado que el Ayuntamiento quería cerrarlo.
¿Y qué pasó después de que Monteseirín ordenara el cierre del centro sanitario?
Que se regaló a Cuba todo el material que había en el edificio. Por orden del director yo seleccioné todo el material que servía, que era mucho. Después pusieron un guardia de seguridad para vigilar el edificio, luego lo quitaron para ahorrar dinero y entonces entraron familias okupas y se inició el deterioro. Robaron muchas cosas y tuvieron que tapiar algunas puertas y ventanas para que no entrara más gente.
Como en el Hospital Militar...
Sí. La Junta se hizo cargo del centro tras el acuerdo con el Ayuntamiento y prometió que que iba a crear allí un hospital de Alta Resolución, un CARE, aprovechando los quirófanos, los aparatos de Radiología y los laboratorios. La verdad es que era ideal para eso.
Pero eso no ocurrió.
No. Y un día de 2008, de la noche a la mañana, vino una empresa navarra experta en demoliciones y lo echó abajo. No tardó ni una semana en dejar aquello hecho un solar. Lo único que quedó allí fue un ficus, que plantaron en 1975, cuando se inauguró.
¿La orden de derribo quién la dio?
No lo sé pero ya dependía de la Consejería de Salud. Era María Jesús Montero la consejera.
Es algo parecido a lo que ocurrió con el Hospital Militar, aunque no se atrevieron a derribarlo y se limitaron a dejarlo que se expoliara por el vandalismo y se fuera cayendo..
Sí. Y con María Jesús Montero también. Y ella era médico, como Monteseirín, Me parece llamativo que dos médicos actuaran así. Duele incluso un poco más.
¿Con ese pequeño hospital quirúrgico en pleno centro de Sevilla no se podrían haber rebajado las listas de espera?
Sí. Y estaba hecho. No había que gastarse dinero en construir nada. Funcionaba perfectamente, estaba muy bien engrasado y prestaba un servicio muy útil en Urgencias. Todos los accidentes de tráfico que ocurrían en la capital que no fueran demasiado graves nos llegaban allí porque la policía local sabía que éramos más rápidos que los grandes hospitales. También nos llegaban muchas cosas de los Juzgados porque estábamos al lado.
El Gobierno andaluz está ultimando un proyecto para construir sobre ese solar un edificio con las mismas plantas que el que se derribó, donde habrá Urgencias y un centro de Atención Primaria, entre otras cosas.
Si se hace, sería una gran alegría para mí y una excelente noticia. Espero que ocurra lo mismo que con el antiguo Hospital Militar.
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