Funeral Catedral de Sevilla

Monseñor Asenjo: «Es mucho más dolorosa la muerte inesperada de miles de personas a causa de una epidemia»

El arzobispo de Sevilla preside la misa funeral por las víctimas sevillanas del coronavirus que se ha celebrado en la Catedral de Sevilla y paralelamente en todas las parroquias de la Archidiócesis

Monseñor Asenjo ha oficiado la misa funeral por las víctimas del coronavirus R. Doblado Vídeo: P.Y.B.

Pedro Ybarra Bores

El arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo , comenzó su homilía por las víctimas del coronavirus en la Catedral de Sevilla de este jueves tras escuchar el relato de la muerte de Jesús que ofrece el evangelista San Lucas en el que aparecen el «tremendo grito» de dolor: «Dios mío, Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» para añadir poco después en «un gesto de filial aceptación de su sacrificio redentor: "A tus manos Señor encomiendo mi espíritu"».

El arzobispo explicó dicho relato como «una descripción bastante aproximada de nuestros sentimientos en estas semanas a medida que íbamos conociendo la agonía y la soledad de millares de hermanos nuestros que morían sin el consuelo y la cercanía de sus familiares .

«Muchos de nosotros, aturdidos por la magnitud de la tragedia , hemos llorado por los muertos, solidarios con sus familias, llenos de temor por los enfermos, rezando por el personal sanitario, con medios escasos y mucha generosidad, como otros servidores públicos, militares y civiles». Para continuar argumentado que «por todos ellos y por nuestros ancianos, que tanto han trabajado por una España mejor y a los que tanto debemos, hemos levantado los brazos al cielo, pidiendo que cese tanto sufrimiento», afirmó.

Monseñor Asenjo se dirigió a los familiares de los fallecidos para manifestarles la condolencia más sincera de la Iglesia en Sevilla, de sus obispos, sacerdotes, religiosos y laicos. « Si la muerte es siempre dolorosa y provoca en nosotros innumerables interrogantes como máximo enigma que es de la vida humana (G&S, 18), es mucho más dolorosa la muerte inesperada de miles de personas a causa de una epidemia », añadió.

El arzobispo quiso transmitir a todos durante su intervención en nombre de la Iglesia una palabra de esperanza. En el sermón del Monte nos dice el Señor: «Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados» . Nos consuela en esta tarde la seguridad que nos da nuestra fe: ellos no sólo perviven en nuestro recuerdo y en nuestro afecto. Siguen viviendo en sus almas inmortales, que al final de los tiempos se unirán a sus cuerpos resucitados», dijo.

Para terminar su homilia, el arzobispo encomendó «a nuestros hermanos a la piedad infinita de Dios nuestro Padre. Así lo hacemos seguros de que nuestra plegaria por ellos es el mejor homenaje a su memoria », afirmó, al mismo tiempo que encomendaba «la poderosa intercesión de la Santísima Virgen de los Reyes a los enfermos todavía hospitalizados, le encomendamos también el consuelo, la paz y la fortaleza para vosotros sus familiares, esposas, hijos, padres y hermanos, golpeados todos por su final inesperado . Pedimos también a la Virgen que premie el esfuerzo de tantos héroes anónimos, civiles y militares, que han expuesto sus vidas al servicio de los enfermos , que premie también la dedicación de las autoridades y dé éxito a los investigadores que preparan fármacos eficaces. Le pedimos, por fin, que lleve de la mano a los fallecidos ante el trono de Dios para que puedan gozar de la compañía de los santos y contemplar por toda la eternidad la infinita hermosura del rostro de Cristo resucitado. Dales Señor el descanso eterno y brille para ellos la luz perpetua», concluyó.

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