Consumo
La moda de cobrar por anular la reserva en los restaurantes llega a Sevilla
Los hosteleros defienden que el pago de 10 euros pretende evitar que se queden mesas vacías
Si usted reserva mesa para comer o cenar en un restaurante de Sevilla se puede encontrar con una sorpresa : le pedirán la tarjeta de crédito y le advertirán que si falla a la cita le cargarán diez euros por comensal a no ser que avise con antelación suficiente que varía en función del local. Está ocurriendo en numerosos establecimientos de hostelería de Sevilla tanto para reservas telefónicas como en las que se hacen a través de la web.
Se aplica una «política de cancelación» que consiste en que al realizar la reserva se le solicita una tarjeta de crédito. No se efectúa cargo alguno en el momento de reservar. Pero, en caso de no asistir o cancelar menos de dos horas antes de la cita, se cobra con cargo a la tarjeta que previamente se facilitó diez euros por persona . En otros locales sólo se cobra cuando son más de seis y el límite para anular la reserva es de doce horas. De esta forma se está extendiendo una práctica común en los hoteles que ahora suele darse en restaurantes en los que hay cola cada fin de semana.
¿Por que lo hacen? Según él presidente de los hosteleros, Antonio Luque, Sevilla se está adaptando a lo que ocurre en España y es un modelo que se aplicaba hace tiempo en otras grandes ciudades como Madrid o localidades turísticas como Marbella . En este sentido, asegura que se está «modernizando» y adaptando a la forma de funcionar del resto de España.
En cualquier caso, defiende que ese sistema forma parte de la «política de cada empresario particular» y que cada uno en su negocio hace lo que quiera. «Es como si yo en mi hotel pido una señal por adelantado», explica Luque. Aunque desde la patronal no tienen cifras del número de locales que aplican esa política de cancelación , Luque lo enmarca en la necesidad del sector de no perder dinero y recalca que es algo legal, «aunque choque al cliente». «El empresario no lo hace para aprovecharse, sino para asegurarse de que no va a tener pérdidas», dice explicando que puede pasar que un sábado fallen diez comensales y otro quince.
Otro conocido hostelero sevillano confirma que se está haciendo porque cada vez se les quedaban «más mesas colgadas». Y era algo que les estaba causando «muchos estragos económicos» ya que algunos locales contratan personal extra para los fines de semana . En algunos se le han llegado a quedar vacías veinte plazas en un establecimiento de 50 comensales. Y eso les ha supuesto dejar de vender un treinta por ciento. «Es una solución que no nos gusta pero que debemos afrontar», dice el dueño de una cadena de restaurantes.
La Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios considera «abusivas» las cláusulas que impongan una indemnización desproporcionadamente alta al consumidor que no cumpla su obligación. Basándose en ello. el portavoz de Facua, Rubén Sánchez, ve «desproporcionado» cobrar diez euros por comensal ya que, si van cuatro, son 40 euros, lo que puede suponer una penalización de entre la mitad y el 60 por ciento de la factura final. Para Facua la antelación con que se debe anular la reserva también es «excesiva» y cree más razonable permitirlo hasta media hora antes.
Contrato escrito o verbal
El abogado Joaquín Moeckel sí lo ve «lógico» porque si el establecimiento se queda con la mesa vacía está sufriendo un perjuicio que podría ser un «lucro cesante» . Además recuerda que cuando se reserva, a través de la web o mediante conversación telefónica, se está produciendo una especie de contrato escrito o verbal. En cualquier caso apunta que el cliente tiene derecho a pedir factura por la anulación de la mesa y el establecimiento declarar a Hacienda que ha recibido diez euros. Y se pregunta qué pasa en el caso de una cancelación parcial. Si, por ejemplo, fallan sólo dos de los seis comensales ¿Se debe cobrar o no?