Misterios de Sevilla: el palacio del terror

Nuevamente lo imposible se hace posible y se manifiesta, esta vez en un monumental edificio del centro de la ciudad

Visiones espectrales ABC

José Manuel García Bautista

En el corazón de la Macarena , en la zona de la calle Feria , encontramos una nueva cita con el misterio. A media altura de la misma, donde se encuentra su antiguo y remozado mercado de abastos y la popular iglesia de «Omnium Sanctorum» se localiza la calle Arrayanes.

Nos detendremos en un particular edificio: el Palacio de los Marqueses de la Algaba . Cuentan las crónicas que tras la hermosa portada de estilo gótico-mudéjar, se erigía una regia torre -ya demolida- en la que sucedieron sangrientos, violentos y desagradables incidentes a la familia de los Guzmanes .

También viene al recuerdo la epidemia de peste de 1649, que fue terrible en esa zona. De hecho, se dice que los jardines de este palacio fueron utilizados como improvisado cementerio.

Textos de la época cuentan cómo el miércoles 22 de mayo de 1652 el descontento fue apoderándose de todas las capas sociales, especialmente entre las más humildes, teniendo una de sus más airadas manifestaciones en el motín de la calle Feria por la escasez y alto precio del pan. Los balcones del palacio sirvieron de improvisadas palestras donde se expuso el sentir popular, siendo brutalmente reprimido por las fuerzas militares de la época. Hubo un reguero de muertos en la plaza y en las calles circundantes al propio palacio.

A finales del siglo XIX se vive una época en la que la nobleza comienza a ceder parte de ese protagonismo tutelado durante siglos y comienza una lenta decadencia que hace que el palacio se vaya deteriorando y olvidando.

El inquietante edificio

De su viejo esplendor queda ya únicamente el recuerdo. En épocas recientes se rehabilitó, bajo el auspicio de la Junta de Andalucía, y en la Plaza de Calderón de la Barca se estableció la nueva Delegación de Bienestar Social. Actualmente es la sede del Área de Educación, Participación Ciudadana y Edificios Municipales.

Pero con su nuevo aspecto también surge el despertar de los viejos fantasmas, aquellos que fueron enterrados entre los muros de la edificación. Por las noches se pueden escuchar portazos, extraños susurros, pisadas que avanzan en la lejanía hasta hacerse cada vez más perceptibles, bajadas de temperatura y el movimiento de objetos cotidianos que llenan de temor a los sufridos trabajadores de la noche en el interior del Palacio.

Patio del palacio ABC

Las experiencias más singulares son las vividas por parte del antiguo personal de seguridad quienes, conocedores de la particular compañía que les deparaba el edificio, se arriesgaron en varias noches a tratar de establecer contacto con aquel misterioso ser que emitía y provocaba todos aquello.

Poco consiguieron. Ni con sesiones de ouija, ni escritura automática ni tan siquiera el hecho de que, a hurtadillas y casi a escondidas, entraran en el edificio personas con capacidades de medium. Nada hizo despertar a los viejos fantasmas o ¿tal vez sí?

Psicofonías

La respuesta la obtuvieron una noche en la que sus trabajadores, armados con una grabadora, formularon varias preguntas a la nada, esperando respuesta. Al revisar aquella cinta magnetofónica un temblor comenzó a apoderarse de todos y cada uno de los participantes de aquella experiencia paranormal. A la pregunta: «¿Estamos solos en el edificio?» una voz quejumbrosa respondió: «Seguiré velando aquí a vuestra merced» . Aquello llenó de asombro a los improvisados investigadores, ya de por sí cariacontecidos.

La segunda pregunta formulada fue: «¿Por qué nos molestáis?» Y nuevamente una voz respondió : «Devoto os pertenece». Aquello debía ser algo impresionante cuando siguieron revisando aquella valiosa (por su contenido) cinta de audio y comprobaron cómo,sin mediar preguntas, había varias psicofonías o inclusiones más que decían: «Tras sus pasos ilumíname», «Dios me guía» o «El año del Señor»...

Nuevamente lo imposible se hace posible y se manifiesta. ¿Aquellas obras de remodelación resucitaron algo adormecido? Tal vez, o quizás fue el azar el que hizo que sus antiguos moradores volvieran a habitar las hermosas dependencias del alicaído marquesado de la Algaba.

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