Misterios de Sevilla: miedo en la iglesia de San Marcos

Recientemente narramos en este espacio los inexplicables episodios que al parecer habían sucedido en el antiguo Centro Andaluz de Teatro . Relacionado o no con este lugar, con la calle San Luis de Sevilla , nos encontramos otro suceso difícil de explicar.

Ángel Hueso es nuestro siguiente testigo. Se trata de uno de los habituales contertulios radiofónicos de la ciudad, que habla de hechos paranormales y de cómo también se han utilizado estos mismos relatos como «espantaviejas».

Pero la verdad es que, pese a su escepticismo, también narraba cómo, en la iglesia de San Marcos , muy cercana a todo el entorno al que nos referimos, unos jóvenes practicaron el mal llamado juego de la ouija sabedores de la absoluta soledad del edificio. Para unos era una experiencia seria y para otros, un motivo de risa. Incluso en el transcurso de aquella improvisada sesión.

Gastaron una broma y, sin saber cómo ni porqué, una chica sufrió un desmayo. Al unísono, al final de un largo y estrecho pasillo , una solitaria y vieja máquina de escribir comenzó a emitir sonidos. Se pudo escuchar sus teclas aporreadas por unas invisibles manos que parecían reprobar y desaconsejar aquella broma y aquella práctica semi-ocultista.

Parte del pasado de Sevilla aguarda aún bajo su subsuelo ser desenterrado y devuelto a su antiguo esplendor. En muchos casos, hallazgos arqueológicos que al ser arrancados de su último lugar de descanso han logrado despertar sus viejos fantasmas y sus viejos recuerdos, que durante siglos estuvieron ausentes.

Contar una historia de fantasmas siempre es, a ojos del aficionado, un hecho insólito y muchas veces, demasiadas, un acontecimiento casi increíble. Siempre y cuando no le suceda a uno mismo. Quizás por ello sea tan apasionante la estética de este tipo de relatos y sea tan vibrante desvelar los secretos mejor guardados de unos edificios que tienen una particular historia que contar.