Misterios de Sevilla: Miedo en la calle Sierpes
Hoy nos trasladamos a una tienda de la calle Sierpes donde se celebró una misteriosa fiesta de cumpleaños
La ciudad de Sevilla está llena de bellos rincones cargados de historias y leyendas, de misterios y de hechos inexplicables.
Hoy nos trasladamos a la calle Sierpes donde el investigador Miguel Ángel Paredes se iba a encontrar con un caso singular en los días previos a una Semana Santa.
Fue a visitar a una amiga que hacía tiempo que no veía en su tienda del centro. Allí, mientras charlaban junto al monitor de la cámara de seguridad vio algo extraño: «Vi cómo en el monitor surgía una sombra y detrás de esa sombra iban varias. Le pregunté sobre lo que era eso y ella me dijo que no era nada, que esas sombras las veía ella por el monitor constantemente y pensaba que era una interferencia que tenía..., pero no fue así».
Llamó su atención aquel curioso fenómeno y siguieron observando con atención el monitor: «Las mismas sombras que vimos pasar la primera vez volvieron, pero en la tienda no vimos absolutamente nadie, entonces le dije que eso no era normal. En ese momento entró un cura y al vernos la cara se interesó por si nos ocurría algo. Le dijimos que habíamos visto unas sombras por el monitor . Nos sorprendió que ni se inmutara y, encima, nos hablara de algo extraño que pasaba allí». Según cuenta el investigador, la respuesta del sacerdote fue: «No os preocupéis que eso son almas que viven en este lugar».
Paredes continúa su relato: «Nos quedamos helados y mi reacción fue decirle: "Padre, perdone usted, pero... ¿está seguro de lo que está diciendo?", a lo que respondió: «No os miento, es la verdad, es más, os voy a contar una cosa de este establecimiento. Una mujer que celebraba aquí su cumpleaños murió. Las amistades que vinieron a la fiesta colocaron a la fallecida en el pasillo y siguieron celebrando con el cuerpo presente. Ella así lo hubiera querido».
La chica se quedó muda pues trabajaba allí todos los días y jamás concedió importancia a tales imágenes que creía un problema del aparato. Le pidió al investigador que fuera otro día con una grabadora para tratar de obtener alguna psicofonía. Regresó y en aquellas pruebas se captaron los sonidos de unos pasos acercarse al aparato, golpes (raps), arrastrar muebles y portazos sin que, obviamente, se viera nada.
¿Tiene credibilidad la historia narrada por el sacerdote? ¿A qué naturaleza obedecían esos sonidos captados? ¿Hay algo paranormal en aquel establecimiento?
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