Misterios de Sevilla: fenómenos paranormales en el edificio de la Diputación
Ciertos relatos en torno a esta céntrica construcción hablan de susurros sin origen, ascensores que suben y bajan sin que nadie los accione y otros fenómenos paranormales
En pleno centro de Sevilla se alza, majestuoso, uno de los edificios con más rancia tradición de la ciudad. Se trata del edificio de la Diputación de Sevilla, sede oficial de este organismo y antiguo Cuartel de la Puerta de la Carne .
Su construcción se remonta al año 1785, cuando se destinó a su utilización integra para alojamientos militares en el siglo XVIII , de estilo neoclásico y una de las primeras obras realizadas dentro de la visión arquitectónica 'tardo-académica'. Era un fiel calco del proyecto original de la obra militar del cuartel realizado por Juan Martín en el año de 1751 para la ciudad de Reus .
Las obras en firme comenzaron el citado 1785, un año de abundantes lluvias. Estos hechos conllevaron grandes riadas en estos terrenos, ocasionando pérdidas constantes de materiales de construcción y un peligroso deterioro en las cimentaciones de esta casa cuartel. Una petición de los altos mandos militares al ayuntamiento les concede buscar otro emplazamiento a escasos cien metros (huertas baja y alta de espantaperros) que en los planos urbanísticos de la época se establecían con la denominación geológica de «alturas de la ciudad». Curiosamente estas formaciones en altura «a veces inexplicables sobre zonas llanas» conllevan en su interior cúmulos de enterramientos de determinadas religiones. ¿Casualidad?
Las medidas de la planta rectangular exterior son de 100 metros fachada x 87 metros fondo, el patio principal interior es de 60 metros x 40 metros. Su exterior está concebido simétricamente.
Las fachadas presentan una decoración de mampostería repetitiva entre ventanas y trozos de pared. La planta baja está realizada con grandes ventanales rectangulares cerrados de rejas de forjas, mientras que la planta superior deja ver una serie de arcos rebajados. Encima del portal de acceso existe un único balcón. Se pueden apreciar, en algunos lugares de sus fachadas laterales, reformas perdidas durante su larga vida, donde las ventanas han sido sustituidas por óculos para achicarlas y hacer las estancias más confortables.
Perimetralmente todo el edificio queda coronado por una cornisa, sostén del antepecho de mampostería que remata toda la azotea de la cubierta superior del edificio.
Podemos deducir que la funcionalidad de este edificio está en consonancia con su destino: soluciones arquitectónicas para el alojamiento de gran cantidad de hombres ( tropa ), ganado ( caballar ), útiles bélicos ( armamento ), buena ventilación, espacios muy luminosos y los mayores avances de higiene de la época. Tal vez era una obra moderna, de sencilla fisonomía, novedosa y que rompía con estrépito la idea del monumentalismo sevillano, hoy tarjeta identificativa del cambio generalizado en otras muchas construcciones para fines parecidos a partir de esa época.
A mediados de los ochenta los jardines delanteros que ennoblecían al edificio pasaron de ser un magnífico ejemplo de mantenimiento constante por parte de los soldados a convertirse en un bosque desproporcionado de hierba, árboles y palmeras rotas, que en su caída arrastraron destrozando garitas, verjas, pilotes, paredes e incluso hasta la pequeña plazoleta de bancos y mesa central de cerámica sevillana. Este lamentable acontecimiento (la rotura de las palmeras) ocasionó un accidente mortal, pues en su caída dejó sin vida a un matrimonio y a uno de sus hijos menores, que paseaban por allí. Curiosamente el soldado de la garita también falleció como consecuencia del enterramiento producido por los cascotes de la techumbre de dicha garita, que representaba un pequeño castillo en el que solo cabía un soldado de guardia de puerta.
Desde ese preciso momento se comenzó a divulgar por Sevilla que ese edificio había mantenido en vilo durante los últimos años a muchos vecinos de la zona, diciendo estos apreciar movimientos de sombras, extrañas formaciones evanescentes, desgarradores gritos y alguna aparición espectral en los grandes salones que llevaban varios años totalmente vacíos y cerrados sin posibilidad de entrada ya que puertas y ventanas de los bajos todas habían sido tapiadas con ladrillos.
Hechos desconcertantes
Jesús S., antiguo soldado de servicio, relataba: «Es curioso, aquel edificio encerraba algún misterio recóndito. Recuerdo que junto con un amigo de la mili nos poníamos a gritar canciones no muy nacionales y aquellos gritos no salían de la habitación, era como si nadie lo escuchara. Ahogaba el sonido . Siempre se dijo que en este edificio se escuchaban cosas raras, pero muchos pensaban que era la típica novatada de la mili». Poco tiempo después se comenzaron desalojar las instalaciones de personal militar y el edificio de excelente planta neoclásica quedó desierto y abandonado...
Los sucesos comienzan cuando diferentes miembros del cuerpo de limpieza del edificio escuchan, claramente, los llantos y quejidos de «alguien» en las cercanías del patio antiguo de cocheras donde hoy se alza un conjunto de edificios de nueva construcción. El suceso impactó profundamente a J. G. S., trabajador que afirmaba sin dudar: «Fue estremecedor, me dirigía al edificio de Presidencia cuando en el entorno, muy cerquita de mí, pude oír claramente como alguien estaba llorando . Pero allí no había nadie. Eran unos quejidos y llantos lastimeros, raros, que me impresionaron mucho» Nunca se supo de donde provenían aquellos «llantos de ultratumba», que actualmente se siguen escuchando.
Pero los sucesos no se limitarían a extraños lloros y lamentos. V.L .G. bajaba una tarde del mes de febrero a los garajes de la zona de presidencia en el antiguo patio de cocheras cuando le asaltó un grito desolador. Bajó apresuradamente las escaleras buscando la persona que estaba dolorida pero no halló a nadie. Ya en el garaje notó una extraña e incómoda presencia , como si alguien le estuviera siguiendo, hasta que la situación se hizo casi insostenible: «No sé lo que ocurría, algo me cogía del hombro y me era muy difícil soltarme. Pero allí no había nadie, fue algo increíble». Una entidad invisible mora por los garajes de la Diputación sevillana asustando e inquietando a los ya asustados trabajadores. Y no sería el único caso.
Todo el personal es consciente de que algo misterioso está sucediendo en su lugar de trabajo, pero no saben el origen de tan extrañas experiencias. El cuerpo de seguridad también ha tenido sus experiencias: en cierta ocasión se recibió la señal de uno de los ascensores que suben a Presidencia, ascensores que sólo atienden llamadas vía llave exclusiva de uso. Aquella fría noche el ascensor no dejaba de subir y bajar accionado por una mano invisible que parecía jugar con el cuerpo de seguridad.
Testimonios de lo imposible
En otra ocasión a uno de los efectivos de seguridad algo invisible y con mucha fuerza le agarró la mano cuando se disponía a solicitar al ascensor en la planta, algo que no quería que aquel ascensor acudiera a la llamada de seguridad mientras se prolongaba aquel extraño rito de subidas y bajadas de mismo sin ser solicitado por nadie.
Los sucesos y experiencias continuaron y R. G. D. tuvo un extraño encuentro con unas misteriosas sombras en la zona de la segunda planta de garajes del edificio: «Fue algo terrorífico, me disponía a llevar unas bolsas a los contenedores cuando algo me agarró. Intenté tirar de la bolsa pero aquello lo mantenía firmemente pegado al suelo pese a que no llevaba nada de peso en él, no podía mover la bolsa. Me puse muy nerviosa porque sentí unos pasos, pero sin embargo no veía a nadie ni nada que los provocara. Cuando solté la bolsa, decidida a ir para otro lugar o simplemente salir de allí, pude ver una sombra que se alejaba de donde estaba la bolsa, no tenía forma concreta, sólo era una sombra... Allí están pasando cosas raras, y la verdad es que no debe de ser de este mundo». Nuestra testigo no pudo seguir contándonos más, la emoción se lo impidió.
I.F.C. relataba como cierta noche del mes de abril: «oí un ruido en la segunda planta y me dirigí hacía allí, al llegar no había nada ni nadie, pero el ruido persistía dentro de los entornos de trabajo. Al llegar al lugar que generaba el ruido me quedé atónito, pues la fotocopiadora había comenzado a funcionar sola , y aquel ala estaba vacío».
No son infrecuentes en los diferentes miembros de seguridad, limpieza y archivo del edificio de la Diputación de Sevilla el escuchar extrañas voces, sentir presencias, ser acompañados de ruidos y golpes, apagar y encender de luces e incluso la visión de extrañas sombras que vagan por el edificio. Si bien hay que indicar que la zona más afectada por los sucesos paranormales de la Diputación de Sevilla las encontramos en la segunda planta de garajes de la zona del patio de cochera, que tiene como techo el edificio nuevo de Presidencia.
¿Explicaciones?
Durante las obras de acondicionamiento del edificio en su paso de cuartel de Ingenieros (e Intendencia ) al edificio administrativo de Diputación durante el año 1993, se proyectaron nuevas edificaciones que obligaron a remover las tierras del patio trasero. Allí, en el patio de cochera y a unos seis metros de profundidad, se encontró toda una necrópolis de la Edad Media , con cientos de cuerpos enterrados, lo que motivó la edición por parte de Diputación del libro 'De la Muerte en Sefarad', trabajo coordinado por la Sra. Dª. María Isabel Santana .
Las obras fueron encargadas a los arquitectos D. Antonio Ortiz y D. Antonio Cruz siendo finalizadas en el año 1994 centralizándose entonces todos los servicios en la nueva sede de Diputación en Sevilla, que curiosamente estuvo a punto de ser trasladada al no menos conocido -y dominado por la presencia del fantasma de Sor Úrsula- del edificio del Hospital de las Cinco Llagas, hoy sede del Parlamento Andaluz.
El descubrimiento y traslado de la necrópolis del lugar nos da un dato curioso: los restos fueron hallados en el patio trasero a varios metros de profundidad (ente cuatro y seis metros) y es precisamente en esa zona donde más intensos son los fenómenos, y curiosamente es a esa profundidad donde hallamos la segunda planta de garajes donde hemos relatado diferente hechos y donde se recrudecen los fenómenos, las voces, las presencias...
En esta zona otros afirman tener extrañas sensaciones sobre las bocas de desagüe e incluso escuchar inquietantes susurros..., bocas que se sitúan sobre al antiguo cauce del río Tagarete y que tan en contacto estuvo con esos enterrados bajo el hoy nuevo edificio de Diputación. ¿Podría existir una relación? Es más que probable.
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