Misterios de Sevilla: los fantasmas del hospital Vigil de Quiñones
Los vigilantes de seguridad del edificio son testigos cada noche de cómo una extraña luz reluce en la segunda planta
Vamos a trasladarnos a una de esas noches oscuras en la ciudad de Sevilla. Un vigilante de seguridad se dispone a hacer una ronda por el interior de un hospital muy especial... En esta ronda nocturna va a ser testigo de algo que le cambiará la vida.
En esta madrugada de pánico comprobará lo que algunos compañeros de trabajo ya le advirtieron que le podría pasar. Tan solo le separaban tres escasos metros de la puerta principal de aquel enorme hospital cuando, de repente y sin motivo aparente, la puerta se abrió sola delante de sus propios ojos.
Aquel primer hecho le resultó bastante extraño, aunque quiso buscarle una explicación razonable. Y eso, teniendo en cuenta que un sensor situado en una puerta sólo es capaz de captar una determinada altura y peso mínimo de un volumen, no es muy normal que se pueda abrir cuando separan tres metros de distancia a una persona de este sensor. En cualquier caso, el vigilante de seguridad no quiso darle un argumento paranormal .
Quizás, por algún motivo, estaba siendo invitado a pasar por algún tipo de entidad invisible que lo estaba observando y que estaba más cerca de lo que él se podría imaginar. En esto se quedó esa primera manifestación de algo insólito y extraño, el inicio de los sucesos paranormales que estaría por vivir. No pasaría mucho tiempo más cuando este mismo profesional de la seguridad viviría una horrible pesadilla en el interior del edificio Vigil de Quiñones.
En otra de las muchas rondas nocturnas obligadas que tenía que hacer por el lugar sería testigo de una extraña visión. El vigilante se adentró por las puertas del viejo hospital con una linterna de largo alcance y comenzó la ronda por los pasillos del edificio.
Siempre existen extraños ruidos en edificios de estas características, bien por la antigüedad que tienen, bien por algunos animales que se cuelan por él. Pero esta noche no sería un ruido lo que captaría la atención de aquel hombre, sino una extraña visión : pasaban las tres y media de la madrugada y el vigilante de seguridad paseaba por la tercera planta de aquel lugar.
Era un largo pasillo, una habitación y otra a ambos lados del mismo y su linterna no llegaba a alumbrar por completo todo. De repente un extraño bulto captó su atención. Era una especie de sombra de color negro que parecía no estar quieta, es más, según nos describía el vigilante del hospital, parecía flotar en el aire en dirección opuesta a él. Creyendo que alguien podría haber entrado en el lugar comenzó a dar el alto a aquella extraña visita, pero no hubo resultado. El extraño ser flotante, fuera lo que fuera, desapareció a escasos metros del aquel incrédulo hombre.
Algunos compañeros del mismo turno nocturno dicen haber visto la extraña presencia de una religiosa vagando por los pasillos del edificio. Es una monja vestida con un hábito negro y un extraño rosario entre sus manos que parece estar todavía hoy rezando por aquellos enfermos a los que antaño cuidó.
La famosa producción de la película «Solas» se rodó entre las paredes de este edificio encantado. Durante la grabación de alguna de aquellas escenas varios fueron los hechos que ocurrieron en el lugar y que captaron, desde grabaciones psicofónicas que se registraron gracias a los potentes micrófonos de las cámaras hasta sonidos de pasos extraños cuando no había nadie en el interior del lugar. También, llantos y gritos de niños que surgían de la nada.
Actualmente siguen ocurriendo hechos extraños en el interior del Vigil de Quiñones, los vigilantes de seguridad que se encuentran en el lugar cada noche se tienen que armar de valor para entrar y dar algunas vueltas por sus pasillos cargados de energías extrañas. Cada noche son testigos de cómo una extraña luz parece relucir en la planta segunda , ya la conocen como la extraña luz fantasma.
La aparición de la monja que vio aquel vigilante de seguridad en una de sus rondas nocturnas o los llantos que escuchó el equipo de producción pueden ser el recuerdo de las vidas que se quedaron allí para siempre.
El Vigil de Quiñones tiene 240 habitaciones individuales y una capacidad máxima de 750 camas… y un incómodo inquilino del más allá.
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