Misterios de Sevilla: el espectro del Convento de Santa Clara

No son pocos los testigos de lo que parece ser una religiosa paseando tranquilamente por el actual espacio artístico

José Manuel García Bautista

Uno de los espacios culturales más conocidos de Sevilla , adscrito al ICAS, es el Convento de Santa Clara en las inmediaciones de la Alameda de Hércules. En torno a este magno edificio hay toda una fascinante historia y relatos paranormales.

El edificio se construyó junto a un viejo palacio propiedad del infante Don Fadrique de Castilla , hijo del rey santo Fernando III. El conjunto del convento, su edificación, se desarrolló entre los siglos XVI y XVII, quedando integrado dentro del palacio de estilo mudéjar y del que sobrevive la muy simbólica torre.

Aún es muy perceptible en el edificio el refectorio, las cocinas, la enfermería, el claustro mayor de estilo renacentista, los dormitorios, la estancia que ocupaba la antigua iglesia conventual y donde se ubicó posteriormente el cementerio. Juan de Oviedo y Miguel de Zumárraga acometieron la obra, entre los años 1620 y 1622, revistiendo sus paramentos interiores con yeserías, añadiendo el pórtico lateral y rematando su espadaña. Entre las destacadas obras de arte que encontramos en su interior podemos contemplar unos retablos menores obra del insigne Juan Martínez Montañés .

Las condiciones en las que se encontraba el edificio exigieron una profunda rehabilitación en la que, como en otros casos, se removió todo su pasado y lo que ello conlleva. Destacable es que se encontraron huesos de religiosas enterradas en el cementerio de la sala De Profundis , no pudiéndose reconstruir la misma por consumo del presupuesto. Así, otros restos hallados, y datados en fechas más antiguas, se depositaron en el Museo Arqueológico de Sevilla , los demás fueron a una fosa común...

Hoy es un entorno cultural pero también un lugar donde se manifiesta lo imposible. En este tiempo he tenido la oportunidad se investigar en diferentes ocasiones sucesos que me han descrito los testigos y que no dejan de ser tan inexplicables como impresionantes.

Los primeros testimonios se registran a principios de 2005 , cuando un vigilante pudo observar como en la parte de la balconada del patio trasero paseaba una monja , en una visión claramente quimérica. Rescatando dicho suceso de mis archivos podía leer (textualmente): «fue sobre las dos y media de la tarde, iba al otro ala, dejé a mi izquierda las escaleras y pasé al patio, seguí andando y algo vi moverse en la planta de arriba. Miré y vi a una religiosa vestida de blanco. Me llamó mucho la atención, tanto que quedé embobado. Nada, era imposible. Tuve que salir a la calle y cuando llegué a casa mi mujer me lo notó en la cara. Me dijo: '¿has visto un fantasma?', y le dije que 'algo así', fue aterrador».

Igualmente, en las obras de rehabilitación se pudieron sentir extraños ruidos cuando se trabajaba en el interior del edificio. Pensaban los trabajadores que podría tratarse de los ruidos propios de la misma, pero en cierta ocasión sintieron como alguien lloraba: «Era como si alguien se estuviera quejando . Se escuchaba muy bien, además en un momento en el que no había nadie trabajando y había un silencio muy extraño. Entonces de la zona que hay abajo, tras los recovecos de la escalera, se escuchó un llanto muy claro. Mi compañero y yo nos quedamos helados».

En otra ocasión en ese mismo tiempo, un vigilante, por la noche, vio junto a la fuente a una religiosa. El hombre impresionado, con el recuerdo entrecortado, no se atrevía ni a rememorar aquella experiencia tan impactante. Algo repetía: «aquella monja era un fantasma, y ¿si las monjas son buenas porqué me dio a mi ese susto?».

En 2013 tuve la oportunidad de grabar en el edificio junto a mi compañero José Antonio Colinet , director de Kronos para 20 Tv. Debía hacer mi habitual intervención hablando de misterios a la vez que realizábamos el magacine y se cubría una interesante exposición fotográfica. Mientras procedíamos a la grabación muchas personas nos reconocían, por aquello de la televisión, y nos comentaban: «¿vais a hablar del fantasma que hay aquí?». Se referían, de nuevo, a la monja.

Finalmente, en el transcurso de una ruta urbana y misteriosa por Sevilla una señora se nos acercó y nos narró su experiencia en el espacio de Santa Clara: «Fue una sensación muy rara, era una señora mayor que estaba en la fuente. Me llamó la atención pero tampoco eché más cuenta. Al rato estaba viendo una exposición de fotografías y se ubicó a mi lado. Estaba viendo una imagen del accidente de la Operación Clavel en Sevilla cuando ella me dijo: 'yo estaba aquí a la vera, donde están estas piernas'. Yo me dije para mis adentros que era imposible estar en ese lugar del fuselaje de la avioneta. Si fuera cierto ella debía estar muerta. Luego la mujer se alejó y desapareció. Me vieron charlar con ella, pero jamás la vimos salir de allí, ni había una salida cerca. Fue muy extraño».

En las investigaciones realizadas en el edificio, en diferentes épocas y años, se pudieron conseguir inclusiones muy significativas: el llanto de una persona y lo que parece alguien rezando. Igualmente hay registros de caídas abruptas de temperatura y de detectores de presencia activados ante la nada. Sin duda, los vestigios del misterio parecen que habitan por toda la eternidad en este lugar, encarnados en el fantasma de nuestra inquieta religiosa.

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