Misterio en la «Casa de la Sombra» de Sevilla
En la calle Marqués de Nervión se vivió un caso de presencias extrañas en el dormitorio de su propietario
Pocas veces el investigador de lo paranormal, o el reportero del misterio, tiene la oportunidad de encontrarse con un caso donde hay implicaciones tan profundas y desconocidas que no entiende bien las ramificaciones que pudiera tener. El que nos ocupa tiene como epicentro una casa en el barrio de Nervión de Sevilla .
Allí el propietario, en una conversación previa con mucha inquietud, decía: «Tenéis que venir a casa, os pago lo que pidáis. Están pasando cosas muy raras y quiero que esté libre de una sombra que veo en el pasillo y en el dormitorio ». Como solemos actuar –una línea de conducta- no cobramos jamás y sólo nos mueve el afán de conocimiento y poder captar los vestigios de esa otra realidad , por lo que aceptamos el caso.
Junto a mis compañeras Susana Villalobos y Carmen Bravo , con un agudo instinto investigador, nos desplazamos al domicilio indicado. El testigo, la «víctima del misterio» decía: «Al principio lo vi en el pasillo, pero no le di mucha importancia, era como una especie de sombra, que iba a la zona de la puerta. Luego el detector de presencia, la luz, se encendía por la noche como si alguien pasara por aquí, pero yo me percataba de ello. Luego la alarma de la puerta saltó varias veces pero tampoco había nada que la hiciera saltar, todo muy extraño», decía.
Susana Villalobos quiso insistir: «¿Lo ha visto alguna vez más?» y Manuel respondía: «Sí, las otras dos noches lo he visto en la puerta del dormitorio , es una especie de sombra alta, más que yo (teniendo en cuenta que él mide en torno a 1.78 metros), la primera noche me asusté mucho, la segunda cuando se fue a acercar le di con la pierna y le dije "¿Qué haces?" y desapareció», eso último hizo que ambos sonriéramos, pues no era normal.
Sesiones
Con mucho criterio la investigadora quiso preguntarle: «¿Toma usted algún medicamento?», sobre todo buscando algún efecto alucinatorio. El testigo respondió, mientras abría un mueble lleno de medicinas: «Lo que tomo es esto» al tiempo que nos enseñaba diferentes fármacos, ninguno con propiedades que pudieran haber originado ese estado o esa sensación.
Con todo, quisimos comenzar a investigar quedándonos en el dormitorio escenario de los sucesos que ocurrían en la casa. Los niveles de campo electromagnético estaban disparados. De estar entre 30 y 60, acababan en 337, demasiado altos. Luego, la sesión de la llamada «Spirit Box» fue todo un acierto, pues en ella comenzó a sonar una voz lejana que decía claramente los nombres de personas vinculadas a la familia, como si quisiera algo de ellos, en repetidas ocasiones y en concreto de uno de ellos: «Jose».
Carmen Bravo iba realizando las pruebas de «Spirit Radio» que no fueron significativas dentro de la investigación pues los resultados eran muy confusos. Pero si parecía haber una relación directa con los miembros de la casa.
Como conclusión a aquella jornada de investigación pudimos determinar que:
1º.- El entorno donde estaban construidos los pisos no había registrado muerte alguna aunque sí varios decesos en pisos próximos.
2º.- Lo que allí habite tiene que ver con la familia pues parece que en las pruebas llama en repetidas ocasiones a sus miembros.
3º.- El investigador no puede hacer más que tratar de recabar la información posible sobre un caso y mostrar argumentos y/o pruebas de una realidad captada independientemente de su naturaleza u origen.
4º.- Nadie, por mucho que se diga, puede eliminar un fenómeno de un sitio, máxime cuando es atemporal y no sabemos cuándo se puede manifestar.
No se pueden negar determinados hechos, el poder captar psicofonías puede conducirnos a saber que hay algo más pero que hay que seguir investigando y esta casa en Marqués de Nervión en un claro ejemplo de ello.
Cuidado con el sitio al que nos vamos a vivir porque sin saberlo podemos encontrarnos a uno de esos seres «del otro lado» e, incluso, que pertenezcan a nuestro entorno familiar… ¿Quién sabe?
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