URBANISMO
La milla negra de Sevilla
Pese a su privilegiada ubicación, el recorrido entre Luis Montoto y el Prado aparece plagado de proyectos olvidados, edificios históricos en ruina o solares degradados
La historia de las ciudades o la de sus barrios es a veces caprichosa. Ocurre que el destino se conjura en algunas ocasiones para que una zona concreta disfrute de esplendor o, en cambio, caiga en desgracia sin motivo aparente. Este último parece el caso de la milla negra de Sevilla , una pastilla de terreno al borde del casco histórico —situación privilegiada que teóricamente le favorece— que comprende desde Luis Montoto, al norte, hasta Carlos V, en el Prado, al sur , con el límite de San Bernardo, Nervión y La Calzada al este y los Jardines de Murillo al oeste. Esa céntrica franja lleva años maldita, con edificios históricos abandonados, proyectos estancados o solares en estado deplorable.
De norte a sur, el recorrido comienza en la Puerta de Carmona con el convento de San Agustín , incrustado entre viviendas y abandonado hace décadas. En 2007 el Ayuntamiento adjudicó el derecho de superficie a una empresa de los arquitectos Antonio Cruz y Antonio Ortiz, que han diseñado un hotel para este lugar. Pero la iniciativa no avanza. Primero fue la crisis económica la que paralizó la construcción, que requiere una inversión mínima de 25 millones. Después fue la Comisión Provincial de Patrimonio, esto es, la Consejería de Cultura, la que exigió un plan especial de protección, lo que obligó a los arquitectos a volver al punto de partida. Tras el período de alegaciones, Patrimonio puso objeciones a la altura del hotel al ser un Bien de Interés Cultural (BIC). Los promotores negocian con la Junta de Andalucía para adaptarse a los requerimientos, pero los trámites son lentos. El edificio, del siglo XIV, ha tenido distintos usos, desde convento a fábrica de hierros, y es propiedad de Urbanismo, que llevó a cabo algunas obras de consolidación y reparaciones de urgencia por su deplorable estado.
Al otro lado de la calle se encuentra la manzana de La Florida , un triángulo que conforman las vías Luis Montoto, Menéndez y Pelayo y La Florida con edificios históricos abandonados desde hace varios lustros de los que sólo queda la fachada, que goza de especial protección. Novaindes era la dueña de este enorme inmueble y pretendía construir allí durante el boom 84 viviendas de lujo, locales comerciales y tres sótanos con garajes. Pero ésta fue otra de las promotoras que quebró con la crisis y se encuentra en fase de liquidación. Un juzgado adjudicó la finca en abril a la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria, la Sareb (el «banco malo») por 61 millones, la mitad de su valor de tasación. Los 80 particulares que entregaron 1,8 millones por compra de viviendas finalmente recuperaron en 2014 el dinero. La Sareb anunció hace unas semanas que sacará a la venta de forma inmediata esta finca. Urbanismo ha dado al dueño del solar para que edifique antes de noviembre de 2016, ya que de no hacerlo saldrá a la venta forzosa mediante subasta.
Camino al sur por Moreno Galván, antes de llegar al paso bajo el puente de San Bernardo, a la izquierda quedan las viejas naves del cuartel de Monterrey , también abandonadas desde hace años. El Ministerio de Defensa sí acometió en 2012 la rehabilitación de los chalés militares de Eduardo Dato y la Caja de Reclutas de la esquina con Jiménez Aranda, pero el resto del antiguo recinto militar ha quedado sin reformar. Metros y metros en estado lamentable de los que ahora sólo se usa una pequeña franja cercana al puente como aparcamiento entre la maleza. Ayuntamiento y Defensa llegaron hace años a un acuerdo para construir viviendas en estos terrenos, pero la crisis frenó a posibles interesados y ni se vende el terreno ni se rehabilita para intentar aprovechar las enormes naves.
Justo enfrente se encuentra la Real Fábrica de Artillería , el impresionante conjunto de edificios históricos que conformaron una de las principales fundiciones militares del país desde tiempos inmemoriales y donde la actividad cesó en 1991. Desde entonces, este BIC ha sufrido la desidia de la administración pública, que no ha sido capaz no sólo de sacarle partido al viejo recinto fabril sino ni tan siquiera de mantenerlo protegido. Filtraciones, apuntalamientos, reparaciones de emergencia y proyectos frustrados han sido la tónica general de ese maltrato a un lugar único en pleno corazón de San Bernardo. El Ayuntamiento ha emprendido ahora una primera fase de reforma, la del edificio de la fundición central. Se espera que en unos nueve meses se haya concluido esta reforma inicial, pero el dinero destinado a la misma, de 1,1 millones no da para más que eso. El resto de la fábrica sigue a la espera. En la fundición mayor se pretende crear un espacio cultural.
Del puente de San Bernardo en dirección al casco histórico, en la misma bajada del mismo se muestra destrozado el antiguo mercado de la Puerta de la Carne , cerrado desde 1999 pero que parece haber visto algo de luz con el proyecto de mercado gourmet que el Ayuntamiento puso en marcha en el mandato anterior tras múltiples vicisitudes. Una vez iniciado el proceso de adjudicación, el actual equipo de gobierno socialista pretende darle un giro algo más cultural a los contenidos del edificio, por lo que ha solicitado a la concesionaria algunas modificaciones, que elevarán el coste del proyecto a los 6 millones. A lo que se han sumado hace unos días los reparos de Patrimonio, que exige el proyecto de ejecución para saber si existe riesgo de colapso en la estructura del edificio. La seguridad es vital, pues las galerías comerciales colgarán de su techo con cables de acero, de modo que los avances se ralentizan. El inmueble, construido entre 1926 y 1929, está catalogado con nivel de protección B, ha necesitado en los últimos años labores de desescombro y estuvo en manos de okupas. El malestar de los vecinos es notable tras años de desidia.
Vinculado al propio mercado de la Puerta de la Carne está el proyecto de reforma de la antigua Estación de San Bernardo , que se encuentra en punto muerto tras ser adjudicado en abril de 2014 a la empresa Nuovit y que incluía un centro deportivo privado y un nuevo mercado de abastos para sustituir las instalaciones «provisionales» que, desde hace años, tienen los placeros de la Puerta de la Carne sobre el mismo suelo donde dejaron de parar los trenes en mayo de 1991. El Ayuntamiento mantiene contactos con la adjudicataria, que no puede asumir el proyecto, para intentar reconducirlo, pero todo apunta que habrá que volver a empezar. Por enésima ocasión.
Dos enormes solares junto a la vieja estación son usados hoy como aparcamiento
En el mismo entorno de la vieja estación de ferrocarril se encuentran dos solares gigantescos que sirven de aparcamiento, pese a no estar adecentados: el de la calle Campamento (terreno donde la Junta supuestamente debería construir un colegio) y el anexo a la vieja estación (municipal). En la acera de enfrente a la también conocida como estación de Cádiz está situado el colegio San Bernardo , otro viejo inmueble pendiente de que se le dé uso después de que en mayo del año pasado fueran desalojados los colectivos okupas que venían gestionándolo y realizando allí actividades nada menos que desde 1990. Se había convertido, de hecho, en el edificio de la ciudad que más tiempo llevaba ocupado ilegalmente. El colegio era de titularidad municipal, pero una vez inventariado por Edificios Municipales tras su recuperación, se ha traspasado a la Consejería de Educación, que podría resolver con este edificio las carencias en infraestructuras educativas de la zona.
Ya en el paseo Catalina de Ribera, el «vestíbulo» de los Jardines de Murillo y del Barrio de Santa Cruz, dos construcciones destrozan también este entorno. La primera, de reciente construcción y que se ha quedado en la estructura de ladrillo visto justo enfrente de los juzgados. Se trata de lo que estaba llamado a ser el «Centro Integral de la Bicicleta» y antes sede de la Policía Local en bicicleta, construido en el último tramo del mandato 2007-2011 (PSOE-IU) como proyecto encuadrado en el área de Movilidad y que acabó retrasándose por falta de fondos y de un proyecto bien definido. El proyecto terminó siendo asumido en el mandato pasado por Urbanismo, cuya idea era modificar la función del pequeño edificio. Y sigue siéndolo, pues el actual equipo de gobierno estudia nuevas posibilidades, aunque sin renunciar definitivamente a vincular su uso con la actividad ciclista.
Y en ese mismo paseo, caminando sólo unos metros al norte, destaca por su calamitoso aspecto la antigua terraza Las Tres Carabelas pese al paso de ejércitos de turistas por delante. La empresa concesionaria del bar (vallado y repleto de inmundicia) llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento a comienzos del mandato anterior para demoler el otro establecimiento que había en ese paseo y que también era suyo (el bar Cristales) y reformar la terraza que sí se quedaba en pie. Sí se derribó uno, pero el otro jamás se ha tocado, incumpliéndose una y otra vez los plazos municipales. Tanto es así que la concesión ha vuelto al propio Ayuntamiento y el edificio ha quedado integrado en el área de Parques y Jardines. De momento, se va a proceder a una limpieza en profundidad «en unos días» y se estudia destinar el local a almacén para los materiales y la maquinaria de los jardineros municipales que trabajan en ese sector, que han solicitado un lugar para ello.
Equipo Quirúrgico, el símbolo
Quizás el ejemplo más ilustrativo de lo que ha venido ocurriendo en la milla negra de la capital andaluza es el del solar donde estaba el Equipo Quirúrgico , convertido ahora en agujero inmundo a las mismas puertas del meollo turístico sevillano. La Junta de Andalucía tiene pendiente construir allí un centro sanitario «de alta resolución», pero llevo años sin afrontar el asunto, al que no destina partidas en sus presupuestos. En 2006, el Ayuntamiento cedió al Servicio Andaluz de Salud (SAS) el solar y en 2008 se terminó derribando el viejo edificio sanitario como primer paso para la construcción del nuevo centro hospitalario. Pero el gobierno andaluz no ha apostado después por este proyecto y el solar permanece abandonado y en condiciones pésimas. Hubo personas sin hogar que se instalaron allí y también acumulación de basuras que generó denuncias del vecindario, harto de la situación.
La Junta, en su línea de los últimos años, presentó hace unos días sus presupuestos para 2016 y no incluyó consignación alguna para el viejo Equipo Quirúrgico. A tenor de ello, el PSOE municipal llevó al último pleno -y sacó adelante- una propuesta para solicitar a la Junta que se le ceda el solar sin uso al Ayuntamiento y que éste disponga allí un aparcamiento en superficie de rotación «hasta que se acometa el proyecto sanitario». El grupo socialista, liderado por el propio alcalde, Juan Espadas, aclara que «no se renuncia» al proyecto de centro hospitalario, pero con esta medida se eliminaría momentáneamente el penoso impacto visual. Uno más en esta milla de la ciudad sobre la que parece haber caído una maldición.