Premio Jurista del Año 2015
Mercedes Alaya: «Quería ser juez desde que tenía 7 años»
La magistrada admite que cuando era niña «me gustaba mandar y mucho, me encantaba hacerme oír»
En el acto en el que recibió el premio Jurista del Año 2015 , la juez sevillana Mercedes Alaya mostró su cara más humana A lo largo de su discurso, el primero desde que la magistrada es conocida popularmente, dedicó algunos minutos para reflexiones más personales y emotivas y también para otras de tinte cómico, que arrancaron las risas del público . Alaya no ocultó que pensó en ser juez cuando tenía «siete u ocho años» pero sin saber muy bien por qué. «Por su puesto, me gustaba mandar y mucho , me encantaba hacerme oír y que se escucharan mis opiniones», admitió.
No «pocas sentencias habré puesto yo con la almohada», explicó la magistrada
También aseveró Mercedes Ala ya que «mentiría» si dijera que le apasionó la carrera de Derecho y, pese a que terminó como «buena estudiante», apuntó que «quizás estaba más interesada» en su entonces novio y hoy marido, Jorge Castro García , que en el «basto campo de la Justicia».
La magistrada también recordó cómo fue su primer destino , «henchida de teoría que no sabía poner en práctica», lo que le obligaba a diario a «revestirse de autoridad», o cómo al llegar a la Costa del Sol su necesidad de «actuar llegó a cotas de estrellato».
«Era como vivir en una película policíaca , la Costa del Sol era mucha Costa del Sol, los alijos de droga más grandes que haya visto, escondidos en los lugares más recónditos , mafias de todos los colores y nacionalidades, asesinatos una semana sí y otra también», rememoró con una buena dosis de humor.
Entre biberones y pañales
Alaya también habló de su vida más personal y familiar, como la muerte de su hermano y «referente»; de su casa llena de «biberones y pañales» con la maternidad o de cómo cuando su último hijo aún no andaba «llegó el Caso Betis y después, Mercasevilla ». La juez rememoró una estampa familiar de su hijo «dormido en la alfombra, con el chupete porque quería estar cerca» mientras ella trabajaba. No «pocas sentencias habré puesto yo con la almohada», dijo la magistrada.
A lo largo de toda su intervención hizo varias emotivas menciones a personas y colectivos a los que ha dedicado este premio, entre otros, su familia; las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, entre los que ha citado a los miembros de la UCO, a los que ha dicho guardar un «intenso cariño»; a Miguel Colmenero, jefe de Medicina Interna del Hospital Virgen Macarena de Sevilla ; a «los que trabajan cuando otros dormimos», a sus «más leales colaboradores» y también a las mujeres que, desde cargos de responsabilidad públicos o privados han «luchado» con el «sentido de culpa» por no poder conciliar la vida laboral y familiar. «A mis grandes amigas», concluyó.
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