NO RENUNCIAN A SU LIBERTAD
¿Es mejor estar solo que mal acompañado?
Reconocidos profesionales sevillanos defienden las ventajas de la soltería
Son muchas las ventajas de la soltería, y también los inconvenientes, como todo en la vida, pero la principal que se extrae del testimonio que dan a ABC reconocidos profesionales sevillanos es la libertad. La libertad para entrar y salir, para ejercer el oficio por el que han optado o para viajar por motivos laborales. Si embargo no es una libertad elegida, pues permanecen solteros porque no han encontrado a la persona ideal, a la piedra de su honda.
La oncóloga Ana María Álvarez Silván reconoce que «no hubiera tenido capacidad para compatibilizar mi profesión con la atención del hogar que yo hubiera deseado, porque he tenido que estudiar mucho y viajar».
Dice que en su dedicación a los niños con cáncer ha tenido momentos muy duros que «me hubiera gustado compartir con alguien que me quisiera, que me comprendiera , que me animara y que me apoyara. Momentos duros que he superado gracias a mis profundas creencias religiosas»
Considera que la familia es vital para la sociedad, y que una mujer que se casa no debe abandonar su familia por un trabajo profesional brillante que la haga llegar agria, cansada y agotada a casa.
«La mujer tiene mucho que aportar tanto a la familia como a la sociedad: su ingenio, su generosidad, su constancia y, sobre todo, su gran capacidad de amar. Lo ideal es saber compatibilizar ambas cosas. Para ello es preciso medir sus fuerzas y sus posibilidades antes de tomar una decisión. También encontrar un marido competente y que la quiera de verdad, en el que pueda apoyarse».
Para José Antonio Zamora «la soltería tiene mucha más ventajas que inconvenientes, que también los tiene». Por su profesión le ha dado mucha libertad de movimientos para viajar y conocer muchos sitios sin tener ningún tipo de ataduras.
«Puedo planificar viajes o salidas y decidir si me quedo más tiempo o no en un determinado lugar en función de lo que veo o vivo. Ese tipo de cosas tienes más dificultades para hacerlas cuando estás casado», señala Zamora.
Pero aún así, no está soltero porque quiere. «La verdad —sigue— es que mi soltería no ha sido buscada, sino que se ha dado por las circunstancias de la vida. Tuve novia durante mucho tiempo y pensaba realmente que terminaría casado, aunque finalmente no fue así. Mi vida hubiera cambiado por completo y muchas de las cosas que he hecho no las hubiera podido realizar. Pero también reconozco que me he perdido otras muchas. A veces pienso, si hubiera tenido hijos, cómo serían o si se parecerían a mí... De todas formas asumo la vida de soltero que tengo y ya me he acostumbrado a ella». En cuanto a la soledad, asegura que tampoco la tiene ni la siente.
«Ni mucho menos. No creo que el soltero tenga que ser un ser solitario. Tengo muchos y muy buenos amigos y una vida plena», termina.
María Sanz valora mucho la suerte que tuvo de que en «mi casa no me educaron para el matrimonio, ni me hicieron sentirlo como una prioridad por ser mujer, sino todo lo contrario».
«Esta libertad —añade— supuso la amplitud inmensa de unos horizontes juveniles que tenían en la poesía su principal opción, cuyo acierto pleno he podido confirmar al cabo de los años».
Nunca conseguirá saber si, casada o con hijos, hubiera alcanzado el objetivo de escribir y publicar tan ampliamente, pero a estas alturas de su vida la poesía le ha dado más de lo que nunca imaginó ni pretendió con su elección.
«Si a esto añadimos —continúa— que hasta ahora, no he encontrado un hombre dispuesto a compartir conmigo los proyectos y el privilegio de una vida literaria cuya madurez disfruto diariamente en la paz de mi biblioteca, pues solo me queda reafirmarme en esta soltería a la que, sin embargo, no tendría inconveniente en poner fecha de caducidad mientras mantenga aquellos horizontes tan amplios y mi libertad intacta».
A falta de datos estadísticos actualizados y relativos a una población con edad bastante como para haberse casado, sí referimos algunos estudios hechos fuera de España sobre otras ventajas de los solteros.
Así, uno realizado por la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos confirma que los solteros tienen mejor salud, son menos gordos y disponen de más facilidades para encontrar trabajo.
Además, son más sociables, según reveló un estudio liderado por el doctor Kelly Musick, profesor de la Facultad de Ecología Humana de la Universidad Cornell de Nueva York. También hay encuestas que afirman que duermen mejor y tiene mayor independencia económica porque no tienen que dar explicaciones sobre a dónde van a parar sus ahorros de modo que pueden darse un mayor número de caprichos sin tener que contar con la aprobación de nadie. También lidian mejor con la soledad.
Esas son las ventajas de vivir solo, aunque la mayoría no elija la soltería y no pueda abandonarla aunque se empeñe en buscar pareja.
Porque, como dice el refrán, «casamiento y mortaja del cielo bajan»...