TRÁFICO Y ENVEJECIMIENTO, UN PROBLEMA CRECIENTE
Mayores al volante: la distancia entre sentirse joven y ser joven
En Sevilla son casi 80.000 los conductores de más de 70 años. Sus reflejos ya no son los mismos, pero sí los requisitos para tener permiso de circulación. Algo no cuadra
La muerte en julio de la joven tenista sevillana Nadia Mechaala tras ser embestido su coche por un vehículo conducido por un norteamericano de 74 años que se había «despistado mirando los carteles de dirección» —y que ha sido acusado de homicidio imprudente— puso de nuevo sobre la mesa un debate recurrente en lo que al tráfico se refiere: el del problema que pueden suponer los conductores de edad avanzada por su pérdida de condiciones físicas . Desde algunos sectores se habla abiertamente de peligro, desde otros de simple «grupo de riesgo» y algunos otros recuerdan que se trata del segmento de conductores que menos accidentes de tráfico sufre (algo que los datos refrendan). De una forma u otra, se trata de un grupo creciente para el que las atenciones y la regulación parecen haberse quedado ya cortas.
Según el censo actual de la Dirección General de Tráfico (DGT) , el número de conductores mayores de 70 años es de aproximadamente el 10% de las personas que poseen permiso de conducir, entre quienes el kilometraje medio anual ha aumentado en los diez últimos años un 25%. Conducen más puesto que sus habilidades son mejores en términos comparativos con las de hace varias décadas a causa de los avances médicos y de la calidad de vida. En un decenio, de 2005 a 2015, el número de conductores con más de 70 años se ha incrementado casi un 55% , al pasar de 1.444.575 a 2.251.000 (806.425 conductores más). Y analizando algo más atrás, hasta el año 2000, el incremento de conductores ancianos ha sido del 93,5% desde entonces. Ese año se sentaban al volante 1.163.646 conductores de más de 70 años.
En el caso de Sevilla, actualmente son 79.222 los conductores mayores de 70 años si se cuenta con todos los tipos de carnet (coche, moto, especiales...), lo que representa algo más del 7% del total de 1.095.136 de todas las edades, un porcentaje algo inferior a la media nacional de conductores veteranos pero que ha de ser igualmente tenido en cuenta por sus especiales características. En esta provincia, actualmente son 50.562 personas con permiso tipo B en vigencia que tienen más de 65 años, de las que 22.846 han cumplido ya los 70 años.
Pautas básicas
La polémica en este ámbito se mantiene. ¿Deben seguir conduciendo pese a la inevitable pérdida de reflejos? ¿Qué tiene que hacer la DGT con este tema? Expertos en circulación consultados por este periódico subrayan las pautas de comportamiento al volante que debe tener esta población , que van desde la adecuación de los sistemas de seguridad (cinturones, reposacabezas...) para cada tipo de recorrido a evitar las horas punta de circulación y los trayectos largos, además de eludir la conducción nocturna. Para persona con dificultades de movimiento se recomienda el uso de coches con dirección asistida, cambio automático, espejos retrovisores panorámicos o pedales de gran superioridad.
Otro consejo es limitarse a trayectos conocidos y, en la medida de lo posible, hacerlos acompañados. O bien, directamente, evitar conducir si se experimenta dificultad para mantener la concentración, si se tiene la visión defectuosa, si no se logra mantener una trayectoria recta con el vehículo o no se recuerda la ruta para alcanzar el destino. Por otro lado, es importante que el conductor con cierta edad conozca si con la medicación que tome puede conducir en plenitud de facultades, y si usa gafas o audífonos debe realizar las revisiones periódicas para asegurar que su visión y su audición son correctas.
Y todo ello porque, a pesar del cúmulo de circunstancias especiales que rodea a este segmento de población, Tráfico, a través del Real decreto que aprueba el Reglamento General de Conductores , no establece diferenciación alguna respecto al reconocimiento médico y psicológico para mayores de 70 años y los que tienen menos de esa edad. Esto supone que renovar el carnet de conducir habiendo superado esos 70 años no conlleva en España ningún requisito especial . Las exigencias para renovar el permiso tipo B para personas mayores son las mismas que para un conductor de 30 años, a excepción del período de vigencia, que a partir de los 65 deja de ser cada diez años para pasar a renovarse cada cinco. Nada más.
De esta forma, las autoridades depositan toda la responsabilidad en los centros de reconocimiento de conductores. Incidiendo, en lo referido a la toma de conciencia al volante, en esa visión de «la culpa es de los demás», del tráfico, de las malas conductas, de la carretera... El control sobre los conductores veteranos es nulo hasta el momento. Sí existen medidas «a posteriori», punitivas , reflejadas en el Reglamento de Conductores para la suspensión cautelar de un permiso de conducción. El artículo 39 del mismo se detalla el «procedimiento de declaración de nulidad, lesividad o pérdida de vigencia de las licencias» cuando entrañen «un grave peligro para la seguridad del tráfico o perjudique notoriamente el interés público».
Tras la retirada del permiso por parte de los agentes de la autoridad que consideren que esas circunstancias peligrosas se producen, será el jefe provincial de tráfico el que acuerde la medida concreta mediante una resolución motivada. Pero en cuestiones de prevención para los casos que afectan a este segmento, la labor se antoja aún escasa, especialmente si se tiene en cuenta el imparable envejecimiento de la población (en 2050, un tercio de la población española tendrá más de 65 años). Existe ya, de hecho, ese 55% más de conductores seniors que hace diez años. Y para 2030 se ha calculado que en España habrá unos seis millones de conductores con más de 65 años , uno de cada cuatro personas con permiso de conducción.
Más mortalidad
En este sentido, la Comisión Europea ha alertado recientemente de una tasa de mortalidad para conductores mayores de 75 años que empieza a ser ya cinco veces superior a la media de la población , con una tasa de lesiones dos veces superior al resto. En los últimos años, de hecho, las personas de 65 años se han convertido en el tramo de edad con más víctimas mortales por accidente de tráfico. En Andalucía, por ejemplo, los datos de la DGT del último ejercicio cerrado, 2015, indican que 26 de los 172 fallecidos en carretera tenían más de 65 años, lo que representa el 15%; antes de 2010, el porcentaje no llegaba al 10% , lo que, con cierta perspectiva, supone un importantísimo incremento.
Eso sí, la mortalidad en este segmento significa cantidad de accidentes. Un reciente estudio de la Fundación Línea Directa pone de relieve que los conductores mayores tienen cuatro veces menos accidentes que los jóvenes. Sin embargo, ese mismo estudio incide en esa alta mortalidad de la franja más veterana, donde ha ido creciendo el número de fallecimientos al volante de manera sostenida desde 2009 en paralelo a la reducción entre el colectivo de 25 a 34 años.
Otro estudio de dicha fundación difundido hace varias semanas refleja que el 17% de los conductores es partidario de retirar el carnet a sus familiares mayores de 65 años, mientras que el 72% aboga por hacerles cada año pruebas psicotécnicas, aunque el 60% considera las mismas «poco rigurosas». El debate, de un modo u otro, está servido.
Noticias relacionadas