Coronavirus
La facultad de Matemáticas se estrena como centro de vacunación del Covid en Sevilla
En el «búnker» de Reina Mercedes y el centro de FP de la Candelaria se inmuniza este martes a unas 2.000 personas
El vacunódromo de Matemáticas, el nuevo centro de la Universidad de Sevilla que sustituye al pabellón deportivo de Ramón y Cajal, ha comenzado a funcionar en la mañana de este martes. Se trata de la biblioteca que se encuentra en los sótanos junto a la facultad, en la avenida de Reina Mercedes y conocida por los estudiantes como el «búnker».
Aunque está algo escondida porque está detrás de la facultad y hay que bajar las escaleras hasta llegar al sótano, el cambio se ha realizado porque estas dependencias están climatizadas y son más frescas que las anteriores. Se nota al entrar la climatización ya que mientras que en Ramón y Cajal no había aire acondicionado y las últimas jornadas hacía mucho calor, en las dependencias de Reina Mercedes sí hay aire y está preparado para que no se superen los 23 grados. Además el aire se va renovando continuamente.
Desde este martes ya es el nuevo centro de vacunación que se ha estrenado con unas 1.600 personas, casi todas nacidas en 1967, que han sido inoculadas con dosis de Moderna. El estreno ha tenido lugar sin incidencias aunque con un poco de retraso porque las vacunas han llegado algo tarde y aún estaban semicongeladas.
En Reina Mercedes empezaron con un poco de retraso porque las vacunas aún estaban congeladas
Han sido unos minutos de retraso que, según el coordinador sanitario Agustín Míguez, se debe a que las vacunas llegaron con una media hora de retraso . Por ello estaban semicongeladas y ha habido que esperar a que se atemperaran antes de comenzar a inocular los viales.
Una vez resuelta esa pequeña incidencia, la llegada de público citada para la vacuna ha sido fluida mientras el colectivo de sanitarios, unas 18 personas, estaba aún poniendo los carteles de señalización del nuevo centro de vacunación cedido por la Universidad de Sevilla y que se une al otro que también se inauguraba este martes en el centro de Formación Ocupacional Guadalquivir situado en la barriada de La Candelaria donde también se inocularán diariamente unas 1.000 personas y que ha comenzado a funcionar con normalidad. Este martes se han citado a unas 400 personas y se les ha inoculado Pfizer.
El coordinador sanitario se ha mostrado satisfecho por el estreno de estas nuevas dependencias, en las que aún hay algunas mesas y sillas y enchufes propios del uso como biblioteca que tenía hasta hace unos días este espacio universitario, y ha explicado que se harán dos turnos: uno desde las 9 hasta las 13.30 y otro de tarde de 15.30 a 19 horas.
Los abuelos quieren dar propina
En cuanto al nivel de asistencia, ahora es del cien por cien ya que normalmente todos acuden tras la llamada para ser vacunados. De hecho, la mayor parte de la población no espera a que los llamen sino que entran en la web para buscar su cita. Por eso no suelen sobrar vacunas. En el caso de que queden unas pocas tienen una lista preparada para llamar a los de la franja de edad autorizada para vacunar a los que localizan si es necesario. No es cierto que se pueda ir voluntario a esperar a vacunarse si sobran dosis.
«La gente se muestra muy agradecida» , ha explicado Míguez haciendo hincapié en que es el sentimiento generalizado de la población al recibir la vacuna. Hay anécdotas de todo tipo, desde la de los más mayores que pretenden dar una propina a los sanitarios que los vacunan (algún abuelo ha querido meter un billete en el bolsillo al enfermero) a los que le entregan una caja de bombones o una carta de agradecimiento de sus nietos. «Reconforta mucho el sentimiento de la gente y parece que ya vamos viendo la luz al final del túnel» , ha dicho el coordinador sanitario insistiendo en que Sevilla lleva un buen ritmo de vacunación.
Jessica Díaz, enfermera que este martes estaba atareada en la señalización e identificación, ha explicado que en la primera franja horaria han vacunado a unas 300 personas y que apenas ha habido colas. Ella, que desde que comenzó la campaña dice haber vacunado «a miles de personas» , relata que es muy satisfactorio dedicarse a inmunizar a la población. «La gente está deseando salir de esto y mejorar sus vidas. Habíamos entrado en un bucle de no salir de casa y de miedo y esto da esperanza a la gente», ha dicho. Ella como los dieciocho enfermeros y ocho celadores que trabajan en el nuevo vacunódromo, siente que cada vez queda menos para el final de la pesadilla.
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