NIÑOS CON SUPERDOTACIÓN INTELECTUAL
Más de 10.000 alumnos de Sevilla con altas capacidades no están reconocidos
Desde Adosse ven imprescindible la formación de profesores y orientadores para detectar y atender a estos niños, de los que el 50% sufre fracaso escolar
En clase de Conocimiento del Medio , el maestro de Primero de Primaria habla de animales acuáticos, y un niño siente curiosidad por los que habitan en el abismo marino . Mientras el docente continúa la lección, el niño se entretiene haciendo un croquis de la profundidad del mar y las especies que habitan en cada nivel. En el aula contigua, también de Primero, otra maestra está enseñando a sumar llevando y una niña pregunta cuándo van a calcular raíces cuadradas . Probablemente, estos alumnos sean superdotados, con una capacidad elevada de rendimiento en las áreas intelectual, creativa y/o artística. Sin embargo, el colegio no ha sabido detectarlos o carece de recursos para orientarlos.
El primer niño se siente diferente, porque nadie de su edad piensa ni le interesan las mismas cosas que a él, pero sabrá adaptarse ocultando su talento para evitar celos y envidias , con el fin de ganar amigos y ser aceptado. Aprobará con buena nota, aunque sus aptitudes intelectuales se irán mermando con el tiempo al no desarrollarlas. La segunda se aburre en clase por su alto nivel cognitivo. Muestra falta de atención, poca persistencia para las tareas al considerarlas irrelevantes y molesta a compañeros y maestros. Un comportamiento que detectan, de forma errónea, como un trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). En Secundaria, al no ser atendida como corresponde, su futuro será mucho peor, viéndose abocada al abandono escolar.
«Sólo en el área metropolitana de Sevilla, habría de 6.500 a 13.000 alumnos con altas capacidades»
Estos son sólo dos ejemplos de casos reales que suceden cada año en las aulas de toda la geografía española. Porque la prevalencia de niños con dotes académicas superiores es de un 3%, aunque al no existir un corte real entre superdotados y los que no lo son, otros autores sitúan la población con altas capacidades entre el 5 y el 10%. Según el Centro de Investigación y Documentación Educativa del Ministerio de Educación , el número de superdotados en España es de 300.000, de los cuales sólo están identificados alrededor de 2.650. Esto implica que el 99% de los alumnos con estas aptitudes nunca serán identificados . Atendiendo a esa horquilla porcentual -de entre el 5 y el 10%-, «sólo en el área metropolitana de Sevilla, habría de 6.500 a 13.000 alumnos con altas capacidades», cuenta Verónica Gil , presidenta de Adosse ( Asociación para el Desarrollo y Orientación de la Alta Capacidad en Sevilla ), quien añade que, «puesto que no tenemos cifras oficiales, pensamos que el número de alumnos identificados no llega a mil».
Pero, ¿por qué se produce esta situación? Por un lado, por una detección e identificación condicionada al alto rendimiento académico. Sin embargo, sólo el 30% de los niños con altas capacidades «responde al perfil del alumno modélico. El 70% -afirma Verónica Gil- no muestran esas señales de alerta, incluso todo lo contrario. Se confunde con TDAH ». Por otro, «por la casi inexistente formación de los docentes y orientadores ». Desde la Confederación Nacional de Asociaciones con Familias de Altas Capacidades (Confines), señalan que «los modelos educativos tradicionales no dan respuesta a los niños con altas capacidades intelecturales. Su currículo rígido , centrado en el profesor, agrupando contenidos según la edad perjudica el aprendizaje de estos niños. Un currículo flexible, centrado en el aprendizaje personalizado de cada individuo, que parte de los conocimientos previos y no de la edad de los alumnos, es un buen comienzo para su atención».
En este sentido, según datos del Ministerio, el 70% de los alumnos superdotados presentan bajo rendimiento escolar y entre el 30 y el 50% fracaso escolar.
En Adosse , no obstante, intentan abrir vías a estos niños para expresar sus altas capacidades. «Se aburren cuando no tienen retos, se muestran apáticos o molestan. Pero cuando les damos una actividad en la asociación de física y química avanzada, están cuatro horas centrados, aprendiendo. Es cuando se entiende que ese niño no tiene un problema de aprendizaje o TDAH, sino que se aburre en el colegio porque no satisfacen sus necesidades».