EL RINCÓN DE...
Marta Sánchez Carrero: «La Feria no tiene distancia social. Ese concepto es irreal en una caseta»
Es presidenta, con alternancias anuales con otro socio, de la caseta «La Papa», en la calle Rafael Gómez Ortega, 19. Ayer no hubo pregón ni comilona entre los socios. Pero sí celebraron el alumbrado virtual de una Feria que se comió el bicho
—¿Me explica lo del alumbrado virtual cómo fue?
—Tenemos un grupo de «guasá» de la caseta La Papa y los socios decidimos que el alumbrado nadie nos lo iba a quitar. Y lo celebramos el sábado y fue la mar de divertido.
—¿Puede usted concretarme más en qué consiste el alumbrado virtual?
—Cada socio ha adornado su casa como si fuera nuestra caseta: farolillos, carteles, encajes… Algunas socias se vistieron de flamenca. La manzanilla sobre la mesa y a medianoche brindamos por un alumbrado que simulamos con la linterna de nuestros móviles.
—Pero no acabo de enterarme, ¿cómo supo cada socio lo que hacía el compañero?
—Fuimos colgando fotos del momento y lo pasamos realmente bien.
—El caso es no abatirse y darle la mayor normalidad a una situación que en absoluto lo es.
—Exactamente. De eso se trata.
—¿Se había quedado alguna vez sin Feria?
—Nunca. Yo no recuerdo que se haya suspendido nunca una Feria. He visto cómo limitaron la entrada de caballos cuando la peste equina, he visto el desmadre de carruajes cuando valía todo, pero nunca jamás se había suspendido una feria.
—¿El anuncio de la Alcaldía de que no habría Feria de Abril cómo le cogió a su caseta?
—Teníamos hecho el montaje de los tubos, los toldos puestos y la puerta provisional, que se pone en la entrada de la caseta, también estaba colocada. Pagado el seguro correspondiente para el montaje y sus tasas habituales.
—O sea que este año el montaje os ha salido más económico.
—No, no, en absoluto. Aunque se devuelvan las tasas y la Feria no se celebre ni en abril ni en septiembre, a nosotros nos ha costado tres días de trabajo que nos facturará el montador.
—¿Cómo se ha tomado la nota de Fiestas Mayores de devolver las tasas?
—Primero es de agradecer la sensibilidad y el esfuerzo de la Alcaldía para devolver las tasas. Y segundo, creo que fue la voz anticipada de la alcaldía para comunicarnos que tampoco habrá Feria en septiembre.
—Imagino que durante el alumbrado virtual más de uno brindó por la devolución de tasas…
—Yo lo hice, con manzanilla bien fría, y algún que otro socio también.
—¿Qué opinión tiene sobre la definitiva postura de la Alcaldía cancelando la Feria en septiembre?
-Lo veo de lo más acertado. Nunca lo vi factible por el asunto sanitario. Y tampoco creo que fuera oportuno celebrarla con la cantidad de familias afectadas por el fallecimiento de familiares por la pandemia.
—¿Para tomar esa decisión se le fue a la Alcaldía una buena ocasión de realizar una votación popular como hizo para prolongarla?
-Totalmente. Pero no han tenido ni que hacerla. Se ha impuesto el sentido común. Y eso es digno de aplaudir.
—Creo que es lo que muchos sevillanos esperaban de esta alcaldía: sentido común y dejar la Feria para otro año.
—La Feria es una fiesta donde lo que predomina es la convivencia y la cercanía. Llevarla hasta septiembre, por muy recortada en forma y tiempo como dijo el alcalde en un principio, a mí me seguía pareciendo una auténtica barbaridad.
—¿Qué cree usted que le ha hecho cambiar de idea al alcalde?
—Manda el tema sanitario. Y respecto al montaje es absolutamente inviable que con tan escaso tiempo se pueda organizar una feria, por muy limitada que la quisiera hacer. Las contrataciones se realizan con meses de antelación.
—Siempre me he preguntado cuál es la distancia social en una Feria como la pretendida en septiembre.
—La Feria no tiene distancia social. Se confraterniza, nos besamos, bailamos apretados y esa distancia es pura utopía en la fiesta.
—Si una cosa tiene asegurada la Feria es que no existe la distancia social y que un beso y un abrazo pueden parecer distancias kilométricas…
—Eso es lo que te he tratado de decir anteriormente. Pedir guardar la distancia social en una caseta con el tablao lleno de personas bailando y la trascaseta apretadita pidiendo todos una ración de calamares fritos y una tortilla de patatas es un delirio.
—¿Qué haría usted con el dinero que el Ayuntamiento se va a ahorrar con la Feria?
—Yo haría lo que han hecho otros municipios españoles. Donarlo para que los científicos busquen una vacuna que acabe definitivamente con este virus.
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