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María Tapia Quesada: «Si el Consejo me encargara el cartel no tendría miedo a ser María Tapia»

Félix Machuca entrevista a la autora del cartel anunciador de las Fiestas de la Primavera de Sevilla

María Tapia es la autora del cartel anunciador de las Fiestas de la Primavera de Sevilla Rocío Ruz

Félix Machuca

Autora del cartel de las fiestas primaverales de la ciudad, su obra goza del beneficio mediático de la polémica. Antes de pintarlo colocó en el estudio un suyo del Gran Poder, para que guiara su mano.

¿Y cree usted que la ayudó?

Así lo he sentido, he tenido la suerte de tener esa fe y qué mejor que aplicarlo en un trabajo como este.

Usted no lo pintó sobre un caballete cualquiera. Se acordó del de su madre, lo recompuso y sobre él lo trabajó.

Mi madre murió hace diez años. Ella también fue pintora. Y junto a mi padre me inculcaron el amor por el arte. El caballete estaba despiezado, lo restauré y la he sentido a mi lado mientras pintaba.

Entiendo que se encomendó al gran Patrón de Sevilla y a sus dioses lares. Así cualquiera ¿no?

Cuando nos enfrentamos a una gran responsabilidad Sevilla sabe a quién acudir.

Creo que le llevó más tiempo investigar, documentar y componer el cartel que pintarlo.

Así es. De hecho, es mi método de trabajo. Invertí muchas horas en documentar y en componer. Cuando tengo esos datos la pintura sale sola.

¿Sospechaba que vestir al Giraldillo con falda y una torerita iba a tener tanto altavoz?

Lo sospechaba y pensaba que iba a tener más críticas negativas. Pero también he comprado que mucha gente se ha identificado con el cartel.

¿Hay algún precedente en la cartelería local que vista al Giraldillo de manera tan castiza?

En un cartel de Francisco Narbona de 1899 aparece una mujer vestida con chaquetilla goyesca. Y eso me dio la idea de vestir así al Giraldillo, porque también el cartel es un homenaje a la mujer sevillana.

Pero para altavoz el cartel de la Maestranza de este año. Sevilla sigue sin solucionar su diálogo entre la tradición y la contemporaneidad. Y creo que esa tensión no le viene mal a la ciudad.

Es la mejor forma de demostrar que el arte sigue vivo y que las distintas maneras de verlo alimentan un debate que de lo contrario estaría inactivo. El día que no se de esa tensión Sevilla dejará de ser lo que es.

Pasó lo mismo con las Setas y la torre Pelli.

Me encantan que convivan con elementos tradicionales de la ciudad porque generan un diálogo, a mi modo de ver, interesante, entre pasado y presente. Sevilla camina hacia el futuro sabiendo lo que lleva en su ADN.

El problema de esas relaciones entre la tradición y lo nuevo es que, por ejemplo, el legado arquitectónico del 29 lo están mercadeando por mamotretos.

Una cosa es que convivan esos elementos arquitectónicos y otra la demolición especulativa. No estoy a favor de la destrucción y sí de la conservación. La avenida de La Palmera es una joya y deberíamos respetarla todos.

¿Usted cree que el cartel de la Maestranza es un cartel o es otra cosa?

A mí me encanta como obra de arte conceptual. Pero como cartel no termina de cumplir la función de lo que es un cartel. Un cartel anuncia y debe llevar un mensaje claro y fácil para el espectador.

Del suyo se ha dicho que al contemplarlo dan ganas de venir a Sevilla. ¿Es eso un cartel?

Eso me lo han dicho muy lejos de Sevilla. Por lo tanto, si traspasa fronteras, cumple su función anunciadora y publicitaria.

Lo que parece claro es que no tiene miedo a expresar sus ideas. ¿Si el Consejo le pidiera un cartel para Semana Santa sería tan rompedora como Ricardo Suárez, Manolo Cuervo, Ricardo Cadenas, Ciruelo…?

Sería fiel a mi estilo. No tengo miedo a ser María Tapia

Un amigo suyo me comenta que su osadía le ha llevado a decir que no le importaría ver un paso con luces led…

(Risas) Creo que sería algo novedoso y acorde al tiempo y al estilo que vivimos.

No me imagino a la Macarena con luces led.

Yo sí y además de colores…

Madre mía. Usted ama Sevilla, su carácter y esa irresistible atracción por la exaltación. ¿Eso se entiende por ahí?

En Sevilla se hace hasta lo más mínimo de forma muy especial. Tanto que a mis amigas de Jaén les tuve que explicar que aquí se escenifica una exaltación del primer tubo que se pone en la feria y hasta se serigrafían los catavinos de ese día. Se quedaron sorprendidas.

Y si no se entiende al sevillano le daría igual…

Y además es una seña de identidad local. Ser sevillano se lleva con orgullo y eso es digno de admirar.

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