ENTREVISTA

Manuel Villalón: «Con la mentalidad actual de las Atarazanas hoy no se hubiera hecho ni la Giralda»

El economista y fundador de Southup Ventures, un fondo de apoyo a startups, dice que los sevillanos son muy imaginativos pero les falta «constancia y perseverancia»

Manuel Villalón ROCÍO RUZ

JESÚS ÁLVAREZ

Manuel Villalón Suárez (Riotinto, Huelva, 1971) lleva muchos años afincado en Sevilla aunque ha trabajado en Londres y Barcelona. Empresario y economista de Arthur Andersen , creó hace cinco años la asociación andaluza de «business angels» para apoyar el emprendimiento y hace dos el fondo de inversiones Southup Ventures, que presta apoyo financiero a startups. Empezaron siendo cuatro «angels» y ahora son ya cerca de 30.

¿Son «angels» únicamente para ganar dinero o por algún otro motivo?

Queríamos hacer algo en Andalucía para dinamizar la innovación y el emprendimiento. Queremos ganar dinero pero no fue la motivación principal.

¿Sevilla es un buen lugar para crear una empresa?

Hace diez años no pero ahora lo es. Hay muchas oficinas y los costes laborales son razonables . Hay aún ciertas dificultades para encontrar financiación, pero si el proyecto es bueno ahora se financia sin problemas.

¿Ya no hay que irse fuera para crear una empresa tecnológica con posibilidades de éxito?

Cada vez menos. España llevaba un gran retraso en innovación respecto a EE.UU. o Europa; y Sevilla respecto a Madrid o Barcelona. En diez años, hemos reducido esa distancia aunque seguimos aún lejos. Hace diez años no había nadie en Sevilla con quien pudieras hablar de innovación tecnológica

Ha trabajado en Londres. ¿Qué imagen se proyecta allí de Sevilla?

Hay muchos tópicos pero por suerte esa imagen festiva y poco eficiente de España empieza a cambiar gracias a algunas empresas tecnológicas sevillanas que empiezan a ser conocidas.

¿Cuáles son esos tópicos?

Se asocia a Sevilla con trabajar solo para vivir, da igual con mucho o poco. Y que estamos atascados y sin ganas de progresar. La primera vez que fui a una reunión de inversores me presentaron como «la parte seria de Sevilla».

¿En estos dos años cuántos proyectos sevillanos y andaluces salieron adelante y cuántos fracasaron?

Nos han llegado unos trescientos y apoyamos cerca de 30 y al día de hoy sólo se han caído dos o tres , algo que es poquísimo teniendo en cuenta que en empresas teccnológicas la tasa de mortandad supera el 80 por ciento.

¿Esa tasa de mortandad es superior a la del resto de España?

No, es menor.

¿Por qué?

Por la falta de ambición. Un exceso de ambición puede provocar la ruina. A alguna de las tecnológicas sevillanas de más éxito en el comercio electrónico que decidimos apoyar empezó a irle mal cuando les entró mucho dinero de empresas de capital-riesgo. Y tuvo que retroceder a un modelo menos ambicioso y más controlado para sobrevivir. No es bueno correr mucho.

¿Eso es lo que le pasó a Abengoa?

De la que yo hablo iba mucho más acelerada, creciendo al 30 por ciento mensual. Se puede morir de éxito si no se sabe gestionar ese éxito.

En EE.UU. se piensa que fracasar es clave para triunfar. Se presta dinero antes a quien ya ha intentado algo y no le ha salido bien. Aquí no se ve así.

No. Este es un tema casi religioso. El catolicismo incide mucho en el perdón y los anglosajones, que son protestantes, ven las equivocaciones como algo natural. Piensan que lo normal es que la primera vez que lo intentes te la pegues; e incluso la segunda . Y a medida que acumulas intentos, resulta que vales más porque aprendes de los errores cometidos. En el entorno tecnológico esto es aún más claro. Allí la bancarrota no tiene las connotaciones tan peyorativas que tiene aquí y se concibe como una herramienta para sanear la empresa. Aquí, sin embargo, pocas empresas salen del concurso de acreedores, que en EE.UU. no existe.

¿El miedo al fracaso es un freno para el crecimiento económico?

En España sí, pero en el entorno tecnológico el miedo al fracaso se está superando. Ya hay incluso talleres de fracaso donde emprendedores que no pudieron mantener sus empresas explican sus experiencias y cómo gestionaron ese fracaso. Hay que aplaudir al que lo intenta, siempre que se comporte de una manera responsable, y darle otra oportunidad para levantarse.

¿El miedo al fracaso puede explicar que solo uno de cada cuatro titulados andaluces quiera montar un negocio y tres quieran ser funcionarios?

Cuando yo hice la carrera, en los años 90, no conocí a ningún compañero que quisiera crear una empresa. Ni uno solo. Si ahora es uno de cada cuatro creo sinceramente que estamos avanzando.

En Cataluña y País Vasco la tasa de emprendedores es el doble y la de potenciales funcionarios la mitad.

En Andalucía partíamos de cero. Soy optimista y veo que las universidades, a diferencia de mi época, incitan más a sus alumnos al emprendimiento.

Endogamia universitaria

Nuestras universidades están aún muy lejos de las mejores, según los rankings internacionales.

El mayor freno para el progreso de nuestras universidades es la endogamia . Es difícil promover la creación de empresas y del talento cuando el 90 por ciento del claustro de profesores no ha salido de la universidad desde que entraron en ella con 18 años. Yo exigiría que para ser profesor universitario se tuviera una experiencia previa en la empresa privada. Se tiene que abrir mucho más al exterior. Algunas universidades parecen una Diputación de los años 70, pero se están dando algunos pasos en buena dirección.

¿Somos demasiado dependientes de lo público en Sevilla?

Ser la capital política y administrativa de Andalucía ha perjudicado a Sevilla . Que casi un tercio de la población activa dependa de alguna administración pública ha hecho a los sevillanos más conformistas y menos abiertos al exterior. Estar más orgullosos, en el mal sentido, de nuestra forma de vivir y de lo que tenemos y de despreciar lo que no tenemos nos ha hecho menos prósperos. Yeso hace que mucha gente con talento haya hecho una oposición a la Administración en vez de crear una empresa, empleo y riqueza.

¿Bill Gates en Sevilla se hubiera hecho funcionario?

No lo sé, pero desde luego no hubiera creado Microsoft. En la Sevilla de esa época no se daban las circunstancias para que eso ocurriera. Pero el primer dinero de Microsoft, de Hewlett Packard y de Apple lo pusieron los profesores de Stanford y otras universidades . Y no veo a los profesores de la Hispalense haciendo eso. Con la revolución tecnológica esto ya es posible porque sin mucho capital y desde cualquier lugar del mundo se puede crear una empresa internacional.

¿Qué opina de lo que está pasando con las Atarazanas, cuyo proyecto de rehabilitación sigue sin arrancar, diez años después?

Un debate como las Atarazanas creo que no se daría en ningún lugar del mundo. Tener un proyecto tan importante parado durante tanto tiempo por una escalera o porque alguien no quiere que se hagan tres agujeros. Con esa mentalidad actual no se hubiera hecho ni la Giralda . Menos mal que en esa época no había gente tan doctrinal como ahora. Ni estaba la Unesco. A veces se mantiene una birria de casa que es de los años 60 por un azulejo. Aquí cualquier cosa que se quiera hacer es un drama.

Los contactos y la sociedad civil

En Sevilla funcionan mucho los contactos. El 40 por ciento de los titulados que lograron un empleo reconocen que lo lograron gracias a amigos y familiares.

Que un familiar o amigo te avale si no se trata de enchufismo puro y duro lo veo casi natural, pero no me sorprende lo elevado de ese fenómeno porque he comprobado que en Sevilla a la hora de hacer negocios son importantísimas las relaciones personales. Y eso no me parece que sea bueno porque nos cierra mucho al exterior.

Del Eton College salen muchos primeros ministros, diplomáticos, consejeros delegados y escritores británicos. ¿Hay algún Eton en Sevilla?

En Sevilla hay un círculo cerrado y endogámico que se ayuda y ampara, pero en el entorno tecnológico eso no existe. Esta revolución tecnológica ha democratizado mucho el acceso a muchos sectores económicos.

¿Hay mucha sociedad civil en Sevilla?

La crisis produjo mucho sufrimiento pero removió cimientos en una sociedad civil que era económicamente poco eficiente . Se puso el foco sobre el emprendimiento, pero advierto que ahora que empezamos a salir noto que empezamos de nuevo a aflojar.

¿Esperamos siempre que venga alguien de fuera a arreglar las cosas?

Los sevillanos son muy imaginativos pero les falta, en general, cierta constancia y perseverancia. Siempre esperamos que alguien haga algo para que a nosotros nos vaya bien, cuando es uno el que lo tiene que hacer sin esperar a los demás. Culpamos a la Junta, al Estado, o a quien sea, de que no se invierte aquí. H istóricamente partimos con ciertas desventajas pero no podemos estar toda la vida recordando eso o quejándonos . Los que deben crear empleo siempre son los otros, siempre nos tienen que dar algo, siempre hay alguien que no ha hecho algo. Los sevillanos que salen fuera suelen triunfar porque son imaginativos y fuera adquieren ese constancia.

Dice uno de sus socios, Álvaro Muñoz de las Casas, que «las ideas están sobrevaloradas» y que lo más importante es el equipo humano que hay detrás, ¿está de acuerdo?

Las ideas por sí solas no valen casi nada porque ya casi no hay ideas nuevas. Lo que se te ocurre a ti ya se le ocurrió hace cinco años a alguien en Malasia , Singupur o cualquier otro lugar del mundo. Lo que importa es el equipo humano que las ponga en marcha.

¿Y cómo estamos de equipo humano en Sevilla?

Estamos bastante bien, aunque nos falta atrevimiento. Y no hay solo gente joven muy válida sino gente de 50 ó 60 años muy desaprovechada . Se da la curiosidad de que gente que era mayor para una empresa tradicional y fue despedida no lo es, sino todo lo contrario, para una empresa tecnológica. Lo que demuestra que también valía para la otra pero que esa persona estaba desaprovechada y mal gestionada en su empresa.

En el Puerto buscan soldadores especializados y en Sevilla no los encuentran.

La Formación Profesional es un lunar que tenemos desde hace muchos años . Se desprestigió, se provocó que todo el mundo fuera a la universidad y nos la hemos cargado. En Londres es una enseñanza muy prestigiosa, superior incluso, en algunos casos, al de algunas universidades.

¿En los negocios los clientes siempre tienen la razón, como dice El Corte Inglés; o son, incluso, «los jefes», como dice Juan Roig?

Para nosotros el cliente no es que tenga la razón, es que es el dueño, lo es todo. Eres empresa porque vendes. Los comerciales son importantísimos y en España no se valoran . En EE.UU. se accede a las presidencias de las empresas desde el área de ventas mientras que aquí se hace desde el area financiera o de operaciones. Si en los proyectos que nos presentan no vemos una clara orientación al mercado, no los apoyamos y los dejamos pasar. Hay que estar escuchando constamente a los clientes y cambiar cosas si algo no gusta o chirría. En eso Coca-Cola es un ejemplo porque reaccionan muy rápido a las demandas de la gente.

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