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Manuel Parodi Álvarez: «España transformó al mundo tanto o más que la Roma imperial»

Pelayo Quintero pasa por ser uno de los pioneros de la arqueología en España; pero, además, fue un personaje poliédrico: pintor y dibujante, catedrático de Bellas Artes e historiador del arte

Maunel Parodi Álvarez Marta García

Félix Machuca

Si tuviera que definirme al personaje cómo lo haría.

Un hidalgo de los de lanza en astillero y adarga antigua y a su vez un hombre de su tiempo integrado tanto en la realidad social como en los ámbitos culturales y académicos. La política no le fue ajena.

En cualquier caso, no lo asimilaría a Indiana Jones como se ha hecho en alguna parte.

No exactamente. Es un pionero de la arqueología, no es un cacharrólogo, no un busca piezas. Es un arqueólogo académico y científico. Se inserta en los primeros pasos de la moderna arqueología.

Los planos de su chalé gaditano reflejan claves de los rosacruces. ¿Es cierto?

Siempre ha existido esa leyenda urbana en Cádiz. Viene de su propia época. Siempre se le ha querido vincular con el mundo de la masonería, de los rosacruces y lo que está confirmado en que fue Rotario. Fue presidente del club Rotario de Cádiz.

En cualquier caso, en la vertical de ese chalé, apareció el sarcófago púnico femenino. Se podía decir que dormía sobre ella…

(Risas) Literalmente. Eso ha dado pie a diversos relatos de Fernando Quiñones, Pilar Paz Pasamar y Benítez Reyes desde la literatura. Esos relatos han contribuido a construir la imagen pública del personaje.

Una imagen pública que pasa de lo más gazmoño a lo más juerguista…

Así fue. Siempre desató pasiones encontradas.

La leyenda urbana asegura que él mismo depositó el sarcófago allí por una sublime obsesión.

Así es. Se le achaca eso. Y aún hay quien lo defiende en ambientes populares

Fue monárquico, liberal, filomasón, escultista y un hombre de carácter para sobrarle arrestos y enfrentarse con Serrano Suñer.

No se casaba con nadie, firme en sus convicciones, sin matices: o blanco o negro.

¿Hasta Marruecos lo llevó su pasión arqueológica o su enfrentamiento con la dictadura de Franco?

Su caída en desgracia se produce con el 18 de julio. Y fue evidentemente una patada hacia arriba que llevaba un castigo encubierto. Lo quitaron de la Península y como, a tantos otros, lo mandaron a Marruecos.

Su vinculación con Sevilla se resume en los estudios que hizo de los mosaicos italicenses de la Condesa de Lebrija y de la casa de los Ybarra.

Sevilla fue una escala obligada de referencia en su camino hacia el sur. Además de esto, tuvo una muy estrecha vinculación con la Exposición del 29, siendo el comisario del pabellón de Cádiz. Fue un gran amante de la Feria sevillana.

¿Coincidió en Sevilla con Huntington?

No tengo constancia. Pero no sería de excluir.

¿Qué lo llevó a no congeniar con Schulten?

Incompatibilidades de caracteres y que Schulten fue muy desconsiderado con la Administración española.

Su tesina, dirigida por Genaro Chic, se ocupó de la navegación fluvial en Hispania. Chic mantiene que el Guadalquivir se hizo navegable gracias a las obras de ingeniería romana.

Y coincido plenamente con él. Es la mano humana la que hace al Guadalquivir lo que es hoy y a lo largo de la Historia: el río navegable más importante de la Península.

Chic habla de la navegabilidad del Betis comparándola con la del Ródano. ¿Es exagerado?

En absoluto. El Betis fue una verdadera autopista desde época prerromana y ha sido el eje divisorio del desarrollo de las diferentes culturas de su valle

¿Sería exagerado asimilar su importancia con la del Nilo o la del Tigris y el Éufrates?

En absoluto. Esa es la correspondencia exacta. Egipto es un regalo del Nilo, Mesopotamia es un regalo del Tigris y el Éufrates y Andalucía es un regalo del Guadalquivir.

¿La Bética fue lo que Roma hizo con el río?

La Bética es un libro abierto cuyo eje longitudinal es el Guadalquivir como bien supo comprender Augusto.

Usted ha tenido una presencia muy activa en el segundo plano de la conmemoración magallánica. ¿Tras la globalización romana, fue la española la que más transformó el mundo?

España transforma al mundo tanto o más que Roma. El ámbito de influencia romano es menor que el de la monarquía hispánica. España tiende un puente entre oriente y occidente que tiene un pilar en Filipinas, un arco sobre el Pacífico, otro pilar en México, el segundo arco sobre Atlántico y el tercer pilar reposa sobre la plaza del Triunfo de Sevilla.

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