El reloj de...
Manuel López Soriano: «Nuestro incienso “Los tres Reyes” se ha quemado en el Panteón de Agripa»
Hermandades, conventos y parroquias se abastecen de velas, incienso e imágenes religiosas en esa especie de supermercado espiritual que es «Cerería del Salvador», desde 1845
Manolo y su hermano Antonio forman la cuarta generación de un negocio que lleva 175 años dando luz y olor a la Cuaresma y a la Semana Santa sevillana.
Noticias relacionadas
Además de las hermandades, los conventos y las parroquias, en la clientela de este s upermercado espiritual del Salvador (hoy en Álvarez Quintero) se encuentran personas que se quieren llevar a sus casas y a sus países de origen «el olor de la Semana Santa sevillana».
Hagamos historia. Ustedes comenzaron lejos de El Salvador.
Así es. Nuestro negocio comenzó en 1845 en la finca de mi bisabuela Rosario en La Puebla del Río, donde se empieza a elaborar nuestras primeras vela.
Imagino que de los bosques que rodeaban el cortijo familiar sacaban sus bisabuelos la cera y la miel para el negocio.
Cierto. La finca estaba rodeada de un frondoso eucaliptal donde se ubicaban las colmenas en los propios árboles y allí obtenían la materia prima.
Una venta que era, entonces, más doméstica que religiosa.
Efectivamente. El alumbrado que hoy conocemos era prácticamente inexistente. En las casas, para iluminarlas, se empleaban lámparas de aceite y velas.
¿Por qué sus bisabuelos deciden dejar La Puebla del Río e instalarse en El Salvador?
Vinieron buscando el progreso empresarial y un mercado más amplio.
En El Salvador montan fábrica, comercio y vivienda en una casa de tres plantas. Un tres en uno, ¿no?
(Risas) Totalmente. Un tres en uno que tuvo que serles muy práctico aunque estuvieran un poquito apretados.
¿La electrificación de Sevilla obligó a reinventar el negocio?
Evidentemente. Digamos que el negocio focaliza su mercado en la venta de velas, bujías y derivados. En las fotos familiares se visualiza perfectamente esa transición. En las primeras fotos aparece la tienda solo con velas y después se van introduciendo imaginería religiosa y objetos litúrgicos. Según la temporada, la tienda llegó a vender muñecas de juguete para los Reyes.
Hoy están ustedes en la calle Álvarez Quintero, con un retrato de su bisabuelo como tributo a su emprendimiento y se han convertido en una especie de supermercado espiritual…
Así es. Hoy ofrecemos las velas de siempre, incienso «Los Tres Reyes» e imaginería religiosa, sin olvidar objetos sacros.
Déme algunos datos, por favor: ¿cuántos kilos de cera manejan ustedes en la temporada alta?
Entre 110.000 y 130.000 kilos anuales. En temporada alta manejamos casi el ochenta por ciento de esa cifra. La cera es nacional.
–¿Qué altares son los más iluminados?
Los de mayor relevancia que estamos atendiendo son los de El Silencio, el Gran Poder y el Buen Fin.
¿Su mercado es local o regional?
Nacional. Aunque el acento se pone en el regional y el provincial. Nosotros vendemos desde Cádiz a Almería, aunque también sean clientes hermandades de Madrid, El Ferrol, Barcelona, Valladolid…
Hace unos años, en colaboración con la Universidad y Lipassam, crearon ustedes la llamada «cera eco». ¿Qué es eso?
Una cera limpia. Su composición es la menos abrasiva para el suelo y la más fácil de limpiar. La que menos residuos deja por llevar menos contenido en aceites y parafinas.
¿La cera más pura que ilumina la Semana Santa es la de los palios?
Sin duda. La cera de un palio y la de los crucificados es la más olorosa, mantiene las propiedades más naturales y es de ceras de abeja cien por cien, sin añadidos ni aditivos que puedan ser lesivas para las imágenes.
Uno de los productos estrellas de su establecimiento es el incienso «Los tres Reyes». ¿De dónde procede y que lo hace distinto a los demás?
Procede de Arabia, pero mis bisabuelos le dieron el toque sevillano e inventaron una fórmula que lo hace distinto a los demás. Muchas hermandades usan nuestro incienso como base del suyo, al que le añaden otro aromático para darle un toque más identitario.
Hay clientes que cuando lo huelen suelen exclamar: «Éste es el que yo estaba buscando»…
Hay clientes que lo dicen gráficamente: «Hombre éste es “El tres Reyes” que yo andaba buscando y no lo que me han dado por ahí».
El caso es que ese incienso ha llegado lejos, fuera de Sevilla.
Efectivamente. Este incienso se ha quemado en el Panteón de Agripa en Roma, en la Catedral de Niza y, ya mucho más cerca, en la Catedral de Sevilla. Pero muchos clientes extranjeros nos lo piden desde California, México, Francia, Malta. En definitiva, me piden el olor de la Semana Santa que tanto les cautiva.
Una cera tan pura y blanqueada al sol como la que hacían sus bisabuelos hace 175 años, ¿se encuentra en el mercado o el mercado pide otras cosas?
Sin duda. La cera pura sigue iluminando parte de la Semana Santa como hace más de un siglo.