LQDVI
Lucía Lantero: «Mis niños de Haití necesitan sentirse seguros y saber que hay una esperanza»
Desde hace ocho años la fundadora de Aymy.org mantiene en el país caribeño un hogar para 59 niños y una escuela a la que asisten 200. Hoy participa en Sevilla en la X edición de LQDVI
«Nunca jamás pensé que iba a acabar en Haití», asegura la joven santanderina Lucía Lantero, quien unos meses después del terremoto, tras presentar su tesina de Agrónomos en 2010, a los 25 años fue allí «de voluntaria por tres meses para ayudar en un tema de conservación de alimentos y de reforestación». Lucía cuenta cómo ese mismo año «pretendía volver para pasar la Navidad con mis padres, y de repente empecé a ver a los niños en el punto fronterizo más pobre dentro de República Dominicana y el más pobre dentro de Haití».
¿Por qué se quedó?
Empiezas a dar algo de comer, te involucras un poco para saber cómo y porqué están en esa situación, y al final te enteras de que son «niños esclavos». Muchos de ellos son víctimas del terremoto que cruzaban a la República Dominicana esperando la panacea, pero llevan mucho tiempo en situación de calle y se han escapado de algún sitio donde eran esclavos. Contacté con un sacerdote español que estaba en República Dominicana.
¿Existen los «niños esclavos»?
El padre Antonio, que así se llama, me confirmó que los padres de estos niños eran tan pobres que aun sabiendo que estos niños probablemente iban a acabar explotados, preferían tomar el riesgo que los posicionara en un sitio de esclavitud, antes que dejar que murieran de hambre.
¿De dónde vienen?
No tienen partida de nacimiento ni nombre, no se acuerdan de dónde vienen y viven en la pobreza absoluta. En la calle encima estaban expuestos a violaciones y abusos. Ahí es cuando decidí que había que hacer algo, que alguien se tenía que ocupar. Son utilizados para hacer carbón vegetal, se les promete a los padres que los van a llevar al colegio y que van a poder estudiar, pero en realidad son mano de obra gratis. Están alejados de cualquier protección legal porque ni siquiera existen.
Y nació «Ayitimoun yo» (Aymy)...
Decidí quedarme y empezar lo que ni siquiera sabía como llamarlo. Significa «niños de Haití» y es precioso porque lo escogieron los niños. Empecé con cinco niños, alquilé una casita con Alexis, otro francés que estaba en el mismo proyecto que yo al que le pedí ayuda y me prometió que se quedaba a echarme una mano hasta Navidad. Ahora somos un hogar con 59 niños y una escuela que está proyectada para unos 200 niños.
¿Qué edad tienen los niños?
No lo sabemos porque ha habido casos de niños que hemos tratado como que tenían tres años y luego tenían ocho o nueve años.
¿No hay colegios en la zona?
Los niños están estigmatizados porque ir al colegio en Haití es un privilegio. Es un lujo y no querían que estuviesen con niños de la calle.
¿Cómo se mantiene todo esto?
Cada vez es más difícil encontrar financiación. La infraestructura y el personal ha crecido. Son 8.500 euros al mes y cada vez nos cuesta más, este año ha sido más duro al crear la fundación. Tenemos a 27 personas haitianas trabajando en nuestro proyecto
¿Por qué lo hace?
Me lo preguntan muchas veces. Soy madre biológica de dos niños y es exactamente la misma responsabilidad. Somos pequeños pero tenemos el apoyo de todo el pueblo y está cambiando la región en sí.
¿Qué supone LQDVI?
En principio me dio la voz cuando estaba sola. Me era muy difícil romper una vez has hablado con tus amigos y tus círculos. Es como un gran altavoz.
¿Los milagros existen?
Si hay algo bonito que aprender es que los milagros existen, y si hay algo de lo peor que he vivido allí es que el ser humano puede llegar a ser un animal muy muy feo y allí lo ves sin maquillaje ni filtro y puedes ver la peor parte del ser humano.
¿Qué necesitan sus niños de Haití?
Comer. Necesitan sentirse seguros y necesitan saber que hay una esperanza. El año pasado a uno de mis primeros niños que ya no estaba en el centro, le pegaron un tiro simplemente porque sí (se emociona). Es un país muy inestable y muy difícil. Es nuestra responsabilidad ser capaces de darle un futuro seguro. No pretendo que sean ricos, pero que tengan dignidad dentro de la pobreza. Puede haber un nivel de pobreza donde eres digno, donde puedes comer, donde puedes alimentar a tus hijos con humildad. Ese es el proyecto.
¿Cómo colaborar con vuestra fundación?
A través de la cuenta corriente ES11 0049 1262 2821 1027 7020 o haciéndose socio en nuestra web Aymy.org
Noticias relacionadas