Salud
«La lucha de gigantes» de siete pacientes sevillanos que han superado el Covid, el virus del Nilo y la listeriosis
ABC recoge el testimonio de varias personas que han padecido las tres enfermedades que han protagonizado los últimos 365 días
«Lucha de gigantes convierte el aire en gas natural. Un duelo salvaje advierte lo cerca que ando de entrar en un mundo descomunal. Siento mi fragilidad ». Esta primera estrofa de la canción que popularizó el grupo musical Nacha Pop —con letra de Antonio Vega— hace ya tres décadas bien puede resumir lo que muchas familias han sufrido en el último año a raíz de las tres enfermedades (dos víricas y una bacteriana) que ha padecido —y sigue sufriendo en parte— la provincia de Sevilla: listeriosis, coronavirus y virus del Nilo y que ha dejado un reguero de víctimas, enfermos y curados.
Son tres enfermedades que han atacado por desigual al conjunto de la población sevillana. Los enfermos que la han superado narran para ABC cómo ha sido este calvario en el que han llegado a sentir esa «fragilidad en ese mundo descomunal» que dice la canción y que supone vencer al «invasor».
Los protagonistas de estas historias han pedido que se les respete el anonimato –excepto el caso de Covid en Lebrija— puesto que muchos de ellos se encuentran con secuelas graves y no quieren aparecer con sus nombres y apellidos, algo que respeta este periódico.
Virus del Nilo en La Puebla del Río
La picadura de un mosquito previamente infectado por un ave enferma ha provocado hasta la fecha el ingreso hospitalario de decenas de vecinos de la provincia, especialmente de Coria y La Puebla.
El virus del Nilo se ha cobrado la vida de tres personas mientras otras cuatro permanecen muy graves en la UCI tras desarrollar meningoencefalitis. En total son más de cincuenta personas las que han dado positivo, si bien muchas ya están en sus casas.
Una de ellas es F.B.D., de 86 años y vecino de La Puebla, que se mantenía en forma cada día realizando largas caminatas por el paseo fluvial. Su hija recuerda que «seguramente le picara 3 o 4 días antes de ingresar porque no tenía ninguna roncha. Mi padre tuvo cefalea, fiebre, desmemoria, rigidez de la cabeza y problemas para mantenerse en pie. Un día, la cuidadora me avisó de que algo estaba pasando porque no le abría la puerta. Cuando lo hizo se asustó al verle. Salió en calzoncillos y muy desorientado y delirando. Enseguida me avisó», recuerda.
«Mi padre tuvo cefalea, fiebre, desmemoria, rigidez de la cabeza y problemas para mantenerse en pie»
«Al final lo tuvimos que ingresar en el Virgen del Rocío el mismo día de su cumpleaños, el 14 de agosto, pero antes de eso en un almuerzo en Islantilla empezamos a notar cosas raras si bien no le dimos mucha más importancia. Antes de ser hospitalizado lo llevamos al Virgen del Rocío pero no veían nada especial, nos dijeron que por su edad podría ser algo de demencia. De camino a mi casa de Gelves iba delirando todo el rato y haciendo cosas extrañas. Estuvo en mi casa varios días, un día se tiró la comida por encima y noté que tenía mucha fiebre. Fueron los peores días. Llamamos a Teleasistencia y enseguida una ambulancia lo llevó al hospital de nuevo para ser ingresado como posible caso de fiebre del virus del Nilo », explica a ABC la hija de este anciano cigarrero.
«Le hicieron una punción y el resultado dio positivo por encefalitis permaneciendo en planta once días. Ahora, se recupera lentamente y su cabeza empieza a normalizarse . Está recuperando la movilidad y está en su casa con el cuidado de sus cuatro hijos que nos vamos turnando». Además, ha entrado a formar parte de un estudio llevado a cabo por el doctor José Manuel Cisneros para ver cómo evoluciona esta enfermedad que ha protagonizado la segunda quince de agosto en Sevilla.
Coronavirus en Lebrija
El protagonista de esta historia es Juan José Peña, vecino muy conocido y querido en Lebrija, que ha sido el paciente que más tiempo ha estado ingresado en la UCI en Andalucía por el Covid-19. Abogado de profesión, Peña explica que mantiene un lento proceso de recuperación que lo aleja de momento de su actividad profesional.
«Poco a poco voy recuperando musculatura, camino pero sin hacer grandes esfuerzos porque me tengo que acostumbrar a que mi cuerpo funcione con menos oxígeno y siempre en compañía. El Covid me cambió la visión de la vida. Ya no fumaré nunca más en pipa. De un día a otro me vi al borde de la muerte , pero ahora voy viendo la luz al final del túnel».
En los 58 días que pasó en Cuidados Intensivos, Peña recuerda «que había momentos de consciencia, y otros en los que he sentido mucho pánico . Entre marzo y abril fue lo peor, incluso llamaron a mi mujer para que se despidiera de mí. El coronavirus me ha dejado muy tocado, tengo mucho miedo . He visto cómo en este tiempo se me han muerto dos clientes de mi bufete de abogados por el Covid y un compañero de profesión. Lo que le digo a los negacionistas es que se lo tomen muy en serio y respeten el uso de las mascarillas. Es muy fuerte que tus amigos tengan que venir a casa a ayudarte a tomar un baño porque uno solo no puede».
Listerioris en Sevilla capital
El 15 de agosto de 2019 tuvo lugar el peor brote de España por listeriosis, un patógeno muy presente en la naturaleza que, en cantidades elevadas, provoca diarrea, vómitos y fiebre. Su consumo puede resultar letal para personas inmunodeprimidas y mayores —al desencadenar meningitis—, pudiéndoles causar un aborto a las embarazadas . En total, hubo 200 intoxicados, tres muertes y siete abortos y llevó a la cárcel a los responsables de una empresa que comercializó la carne mechada infectada.
Este embutido lo consumió por primera vez en su vida Elena (38), madre de dos hijos, nacida en Puertollano, que vive en la actualidad en Sevilla y que trabaja en un polígono industrial de Coria. El 13 de agosto y embarazada de 20 semanas s ucumbió por primera vez a los encantos gastronómicos de una tostada con carne mechada durante un desayuno «animada por una de mis compañeras de trabajo».
«Recuerdo que eso fue el martes 13, pasé bien el fin de semana pero el día 19 ya no fui a desayunar. Mi compañera me dijo que el bar había retirado la carne mechada a raíz de todo lo que iba trascendiendo. Aun no teniendo síntomas, decidí hacerme en una clínica privada una analítica y me dijeron que si salía positivo me tomara amoxicilina. Como tardaban los resultados entré con la clave que me dieron y consulté el resultado: una proteína había dado un resultado positivo muy alto. Decidí ir al Virgen del Rocío y se confirmó con otra analítica por lo que, en mi estado y tras saberse ya algunos casos de embarazadas afectadas, decidieron ingresarme», detalla.
«La única vez que probé la carne mechada me contagié de listeriosis. Vaya casualidad»
Elena explica que «estuve 15 días en planta y si bien no desarrollé síntomas, estuve muy controlada siempre por los facultativos. El tratamiento fue a base de antibióticos, en bolsas que me ponían cada cuatro horas. Cada dos días me hacían una ecografía para ver el estado del bebé. Había escuchado que la infección pasaba de la madre al bebé y eso me preocupaba , pero los médicos me animaban y el 4 de septiembre ya recibí el alta». Elena recuerda que antes de dar a luz a su pequeño Luis (que hoy tiene ocho meses , otras mujeres ya habían parido sin problemas, tanto para las madres como para sus bebés, «algo que me tranquilizaba mucho».
Finalmente, el parto se adelantó y nació el día del sorteo de la Navidad, 22 de diciembre . Ese día la fortuna regó con dos millones de euros a cientos de corianos pero para esta puertollanera, el mejor premio fue el alumbramiento del pequeño Luis, un niño que desde ese día acompaña y hace feliz a sus padres y a su hermano David (3 años). «Recuerdo que mi ginecóloga que me había atendido durante el embarazo acababa su guardia ese día, pero se quedó hasta ver que el niño había salido sano», recuerda.
Hoy, un año y dos días después de salir del hospital recuerda con un poco de humor «aquella primera vez, y última, que probé la carne mechada. No se me va a olvidar nunca . Vaya casualidad». «No quería reclamar judicialmente hasta que naciera mi hijo, pero ahora sí. El estado de alarma paralizó el juicio, pero seguimos adelantes porque si alguien tiene que pagar por ello, que lo haga».
Coronavirus y listeriosis en Carmona
Los miembros de la familia de J. Antonio, de 57 años, han padecido dos de estas tres enfermedades, la listerioris y el Covid. «El verano pasado y tras un viaje compramos en el Alcampo de Sevilla Este un paquete de carne mechada de la marca La Mechá de Magrudis. Esa noche yo no la tomé por casualidad, pero sí mi mujer, una de mis hijas y mi suegra, que fue la que peor lo pasó porque la tuvieron que ingresar en la UCI , mientras que mi esposa estuvo unos días hospitalizada, dejándole dañado el aparato digestivo desde entonces. Mi hija sólo tuvo episodios de diarrea. Esos días sentía mucho miedo de que mi suegra se pudiera morir», pero no fue hasta siete meses después cuando la tragedia golpeó de lleno en sus vidas con el fallecimiento de su suegra, en este caso por el coronavirus.
«El Covid fue terrible en mi familia. Mi suegra murió por este virus en el Hospital Macarena y desde que ingresó a finales de marzo no la pudimos ver más con vida, no podíamos ir al verla, ni siquiera pudimos asistir a su funeral». Pero además, tanto él como su mujer y la otra hija que se «salvó» de la listeriosis dieron positivo por Covid, y fue entonces cuando todo se complicó .
Una familia de Carmona ha padecido la listeriosis y el coronavirus, llegando a perder la vida uno de sus miembros por el Covid-19
«Mi otra hija no se contagió y la tuvimos tres meses en casa de un familiar. En mi caso, el coronavirus me ha dejado graves secuelas de las que me estoy recuperando poco a poco . Mi mujer no llegó a ser hospitalizada, pero le ha dejado muchas secuelas. Ahora tiene que usar aerosoles porque se asfixia de vez en cuando, está de baja laboral porque por su profesión no puede usar mucho la cabeza, al presentar lagunas mentales, necesita apoyo psicológico, se agota muchísimo, ha empezado a perder hasta el pelo y los problemas en el aparato digestivo no han desaparecido desde la listerioris. Es terrible la situación. Mi hija, afortunadamente, no tiene secuelas por el Covid».
Cuestionado por su estado a partir del coronavirus, este hombre asegura que ha sufrido «pérdida de la masa muscular muy importante, sigo con dolores de cabeza muy grandes e incluso he tenido alguna que otra hemorragia. No podemos asimilar conceptos complejos porque la mente aún no está recuperada. Incluso un día salí de casa y me perdí».
«Tareas como regar las macetas o dar un pequeño paseo por el jardín son las que podemos realizar. Estamos tocados por el coronavirus , por eso es muy hiriente para nosotros cuando escuchamos a la gente que niega el uso de las mascarillas», comenta con indignación».
Estas cuatro historias son reales y detrás de «estas luchas de gigantes » hay personas que han sufrido mucho y que viven con graves secuelas a raíz de estos tres virus que han marcado para siempre la perspectiva de sus vida s.
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